VALENCIA. Hoy no queda por menos que iniciar la crónica de la revista de fin de semana de este diario por el artículo (entrañable, aunque resulte manido el palabro) del blog de José Martínez Rubio, titulado Cuarenta y tres. Cuarenta y siete. Cero. Ya está todo dicho y sobran más palabras.
Sergio Adelantado actúa de cronista en su columna de este finde. Primero de la designación del restaurante Celler de Can Roca como mejor restaurante del mundo según la revista británica que organiza tan ampuloso certamen. Y en segundo lugar da el banderazo de salida a la temporada de clóchina valenciana después de asistir a bordo de una batea en el puerto de Valencia a la extracción de las primeras partidas de tan exquisito pero proscrito manjar. Y dos recetas de propina.
La eficiencia de lo diminuto. Así muestra Vicent Molins el enorme éxito de la editorial valenciana Media Vaca, que pone tanta dedicación y esmero en cada libro que solo edita tres al año. "No tenemos ningún deseo de crecer" asegura uno de sus propietarios, una filosofía que les permite sobrevivir en la actual tormenta sin ninguna dificultad.
Alejandro Rodríguez detalla en su crónica madrileña cómo se hizo y las claves de su desarrollo del Matadero de Madrid, el centro de creación artística contemporáneo más importante de la capital. Interesante.
Manuel de la Fuente arremete esta semana contra la película Tierra Prometida, de Matt Damon, que pretende ser y según nuestro crítico no lo consigue, un alegato contra el fracking, ese turbio sistema extractivo de gas a base de inyectar materiales líquidos en el subsuelo y a costa de no se sabe aun muy bien qué.
Álvaro González, en su sección El Cabecicubo, se adentra en los programas infantiles de televisión. Una reflexión entre nostálgica e inquisidora sobre si la nueva tele para los peques, con espacios de dibujos como Bob Esponja, tiene el mismo valor que algunos históricos como El Planeta Imaginario.
De la mano de Manuel Muñoz y aprovechando la reciente publicación de un libro sobre los Borgia del que Muñoz es coautor, nos introducimos en el mundo de la música de cámara creada en torno a tan histriónica familia papal. Y la bloguera Carla Vallés, por su parte, declara en su columna su total incapacidad para el arte del bricolaje ya que, dice, va servida con sus títulos académicos y el dominio de idiomas varios. "Soy manazas, ¿y qué?", desafía ante el mundo.
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