La Lucrezia Borgia de Donizetti es una de las obras que más contribuyó a la leyenda negra de la familia valenciana
VALENCIA. La familia valenciana de los Borja, Borgia según la grafía italiana que utilizaron, no solo ha generado una copiosa literatura. También en la música han dejado una huella importante y hay muchas obras que se pueden relacionar de alguna forma con ellos. No obstante, la composición más famosa es la ópera Lucrezia Borgia, de Gaetano Donizetti, sobre libreto de Felice Romani, y también una de las que más a contribuido a la leyenda negra y en concreto a la fama de envenenadora e incestuosa de Lucrecia, hija del papa Alejandro VI.
Se basa en la obra de teatro de Victor Hugo Lucrèce Borgia y se estrenó en Milán en 1833. De truculento y retorcido argumento, en ella la protagonista acaba envenenando a su propio hijo Gennaro, que desconoce hasta el último momento que es su hijo. En realidad el principal impulso a la leyenda negra de los Borja se debe a la citada obra de Victor Hugo y Les Borgia, de Alexandre Dumas, que establecieron una cierta moda romántica en torno a la perversidad de los Borja.
Con independencia de lo poco ajustado a la historia de su argumento, la Lucrezia Borgia, sin ser una de las obras más representadas de Donizetti, tiene una gran interés musical y supone una buena representación del belcantismo. Con el auge de las obras de Verdi, Wagner y posteriormente los veristas italianos, esta ópera como el belcantismo en su conjunto, cayó en el olvido hasta mediados del siglo XX, en que este repertorio fue, por así decir, resucitado de la mano de cantantes como Maria Callas, Marylin Horne, Montserrat Caballé o Joan Sutherland.
El lanzamiento de Caballé
Precisamente Lucrezia Borja es un título especialmente vinculado a la carrera de Caballé, ya que hubo de sustituir a Marilyn Horne en una interpretación de esa obra en versión de concierto en el Carnegie Hall de Nueva York en 1965. El éxito que obtuvo le abrió las puertas del Metropolitan inmediatamente y la proyectó internacionalmente.
Un año después de esa interpretación grabó la ópera con Alfredo Kraus, Ezio Flagello y Shirley Verret, junto con la Orquesta y Coro de la RCA italiana bajo la dirección de Ionel Perlea. Se trata de una grabación de muy buen sonido en la que Caballé, en su mejor momento vocal, ofrece una interpretación espectacular.
Fue publicado en su momento por RCA y ahora se puede encontrar en varios sellos discográficos. Algunas de sus arias, especialmente Com'è bello, de Lucrezia, y también el brindis de Orsini Il segreto per esser felici, se han hecho muy célebres y se interpretan sueltas con cierta frecuencia.
Esa ópera fue una de las muchas de este género escogidas por el húngaro Franz Liszt para sus transcripciones detinadas al piano. Compuso unas Réminiscences de Lucrezia Borgia, que duran unos 25 minutos y se pueden encontrar con otras obras pianísticas del compositor en Naxos (www.naxos.com).
La Borja que prefirió no serlo
Hablando de los Borja y la música no quisiera para por alto el caso de la célebre soprano valenciana Lucrezia Bori (1887-1960), que prefirió italianizar de esa manera su nombre original: Lucrecia Borja González de Riancho. Probablemente también para evitar la coincidencia con el de la hija de Roderic de Borja.
Lucrezia Bori, cuyo nombre puso el Palau de la Música de la Valencia a una de sus salas, fue una cantante de éxito internacional, cantó fundamentalmente en el Metropolitan de Nueva York durante la última época de su vida activa y se integró en la dirección de ese teatro cuando se retiró de los escenarios en 1936.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.