VALENCIA. Hablar de Pictet es hacerlo de un gigante de la industria financiera en el planeta, cuya presencia en España se remonta a 2003 cuando se estableció Madrid Pictet & Cie (Europe). Esta sociedad tiene la forma jurídica de sucursal bancaria de Pictet & Cie (Europe) SA, Luxemburgo, el banco del Grupo Pictet en la Unión Europea.
La presencia en España se compone de una oficina en Madrid desde la cual se llevan a cabo actividades de gestión de patrimonios institucionales y privados, y otra en Barcelona, especializada en gestión de patrimonios privados.
Luis Sánchez de Lamadrid es el responsable en España de Pictet Wealth Management, la división de gestión de la riqueza de su sucursal bancaria española, desde enero de 2011 tras aterrizar desde BSI -donde fue director general de España- y antes ya había desarrollado su trabajo como director de banca privada para UBS en España.
Precisamente los grandes patrimonios son uno de los aspectos que a continuación analiza Sánchez, sin olvidar la coyuntura económica, la marcha de los fondos y sus previsiones financieras para un año clave en la recuperación de la economía española.
-¿Qué catalizadores deberían impulsar la confianza hacia el exterior para que entre capital extranjero?
-Hay que reclamar transparencia y reducir la crispación que afecta a nuestra imagen exterior. De todas formas, desde fuera se observa que en España por fin se ha hecho la reforma financiera, diferenciando entidades solventes.
-¿Qué opinión tiene de la amnistía fiscal decretada por el Gobierno de Rajoy?
-Con la amnistía fiscal hay aproximadamente 55.000 millones de euros nuevos que pagan impuestos en España y la declaración de bienes en el exterior (modelo 720) va a seguir incorporando activos al sistema. A ello hay que añadir el patrimonio de la regularización voluntaria. La mayor parte de este dinero seguirá diversificado en cuanto a localización del patrimonio, pero implica posibilidad de consumo, ahorro y uso como crédito en España.
¿A qué atribuye que el negocio en España de banca privada esté menguando?
-El negocio de banca privada en España está mejorando, aunque no haya creación de riqueza nueva. Hay que tener en cuenta que las entidades financieras, especialmente antiguas cajas, se han fusionado y vuelto a centrar en su negocio tradicional. Antes las personas acudían a unidades de banca privada de grandes bancos o cajas, que tenían carácter defensivo y estaban destinadas a evitar que los clientes se fuesen a otras entidades. Así que proporcionaban crédito, más que un servicio especializado de banca privada y los clientes invirtieron en lo que no debían. De hecho, a diferencia de Inglaterra o Suiza, en España aún casi 70% del negocio está controlado por bancas generalistas.
-¿Podemos decir que los clientes son ahora más exigentes?
-Sí, así es. Piden conocer la entidad y su historial de gestión. No quieren colocación de producto, sino opciones abiertas, con recomendaciones. Así que preguntan más por riesgo. En este sentido son más sofisticados, aunque quieren inversiones que puedan entender.
-¿Por qué tienen tan mal cartel las sicav? ¿Está próximo el fin de su laxo trato fiscal?
-Las sicav, como los fondos de inversión, son instrumentos de inversión colectiva, de ahí que su fiscalidad como entidades sea en ambos casos similar, uno por ciento por beneficios en impuesto de sociedades. Respecto a los impuestos directos de los inversores en ambos casos en IRPF es 21%, 25% ó 27% por los dividendos, con retención 21%, sin exención de los primeros 1.500 euros -a diferencia de las acciones-. Ahora bien, las sicav requieren economías de escala. Para su constitución en España se necesitan 100 accionistas que aporten un mínimo de 2,4 millones de euros y conviene que el patrimonio mínimo sea cinco millones de euros. Al mismo tiempo existen sicav cotizadas en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) donde es posible invertir desde una acción.
-¿Será este año el del despegue de los fondos de inversión ante el fin de los 'superdepósitos' y los tipos descendentes de las Letras del Tesoro?
-Para un patrimonio diversificado el mejor vehículo es un fondo, especialmente frente a depósitos, cuya rentabilidad anual no supera 2% e irá bajando. Además hay que explicar los riesgos. Habría que ver cómo se cataloga un depósito de 300.000 euros en una entidad que no tiene grado de inversión, respecto a un fondo monetario que invierte en activos grado de inversión. Sin embargo, con una buena gestión de fondos se accede a cualquier tipo de activo globalmente. De hecho los últimos meses el patrimonio fondos ha ido subiendo, cada vez con menos garantizados. Lo importante es diferenciarse en producto con fondos especializados.
-¿Cuál es su visión sobre la marcha de la bolsa española para los próximos meses?
-En España, tras el derroche, saldremos de esta crisis fortalecidos, con bases mucho más firmes. Ahora estamos en momento récord de exportación y las empresas son más competitivas. La industria principal vuelve a ser la automoción. Además, los miedos están empezando a pasar como se ve por la bajada de la prima de riesgo. Pero se tiene que reformar el Estado, cuya estructura conviene racionalizar.
-¿Qué cartera recomendaría para un inversor de un perfil de riesgo medio?
-Actualmente no hay ningún activo sin riesgo. El bono alemán a diez años tiene rentabilidad real negativa tras inflación y los próximos dos a tres años es previsible que suban los tipos de interés, con lo que su precio puede bajar. Por otra parte la inversión en un fondo monetario de deuda gubernamental apenas tiene rentabilidad. Además se justifica una reducción del peso en cartera de deuda empresarial grado de inversión por proporcionar modesta rentabilidad.
-Entonces, ¿qué debería asumir el inversor?
-Hay que asumir riesgo para obtener una rentabilidad objetivo. En este sentido hay valor en deuda de países periféricos -recientemente reintroducidos en nuestras carteras-, deuda de países emergentes y deuda empresarial de alta rentabilidad -especialmente vencimientos a corto plazo-. Mientras EE UU probablemente termine el año creciendo al 3% y se discute si China crece al 7% u 8%. En conjunto el crecimiento mundial puede ser 3,5% en 2013. Además esperamos que Europa empiece a crecer el tercer trimestre. Hay que tener en cuenta que las compañías europeas son las que mejor han hecho los deberes e interesan grandes empresas internacionales, líderes exportadores, con balances sólidos, una opción para conservar valor real. Sin embargo las empresas de EEUU están más caras.
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