28/09/2010 El economista, conocido popularmente como el 'Dr. Agorero", también recalcó que una intervención de la Reserva Federal estadounidense no ayudará a un mercado que ya sufre un exceso de liquidez

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KUALA LUMPUR (MALASIA) (EUROPA PRESS). El economista Nouriel Roubini ha advertido de que la economía global sufrirá "un par de crisis financieras en los próximos diez años", debido a que las reformas financieras planteadas no van en la dirección correcta y no se está haciendo lo suficiente por evitarlo.

En una entrevista concedida a la CNBC durante su participación en un simposio sobre mercados de capital en el mundo celebrado en Malasia, Roubini criticó que no se haya producido ningún cambio fundamental en la economía. "Cuando la reforma regulatoria fue aprobada en el Congreso estadounidense, desde mi punto de vista se hizo muy poco y muy tarde", añadió.

El presidente de Roubini Global Economics señaló que, aunque la economía mundial no entre en una doble recesión, sus efectos se dejaran notar. "Estamos ya en una situación en la que vamos a sentirnos como si estuvieramos en ella, aunque no sea así", insistió.

En esta línea, apuntó que, en caso de los datos económicos sorprendan de forma negativa, la economía se enfrentará a la corrección de los mercados de valores, a un aumento de los diferenciales del crédito, a un incremento de la volatilidad y a una mayor aversión al riesgo, y todo ello supondrá "un shock para la economía real".

El economista, conocido popularmente como el 'Dr. Agorero", también recalcó que una intervención de la Reserva Federal estadounidense no ayudará a un mercado que ya sufre un exceso de liquidez. Así, subrayó que los bancos estadounidenses tienen un exceso de reservas de un billón de dólares y no están prestando dinero, cuando los problemas de la economía son de solvencia o crédito y no de liquidez.

Por otro lado, reclamó al Gobierno de Barack Obama que haga frente al elevado nivel de desempleo que existe en el país y le sugirió que adopte un recorte de los impuestos a las nóminas durante un par de años. Así, reconoció que esta medida tendrá "un coste fiscal", aunque apostó por una supresión real de los recortes de los impuestos para los ricos para compensarlo.