MADRID. El 23 de abril parecía no existir rival para Barcelona frente a la fórmula de libro y rosa de su particular Día Internacional del Libro: Sant Jordi. Sin embargo, Madrid, aunque no compite en lo floral, lleva ya unos años poniéndose las pilas para ofrecer una serie de propuestas muy interesantes enmarcadas dentro de la ya tradicional ‘Noche de los libros'.
En esta octava edición que rinde homenaje a los escritores madrileños bajo el lema «¿Me regalas un libro? Te regalo un libro» se superará el medio millar de actividades repartidas tanto dentro como fuera de la capital. Se puede consultar la programación completa haciendo clic aquí.
Desde Madrid Plaza, para ir más allá y llevar el Día del Libro a los 365 días del año, hemos explorado algunos de los locales dedicados a la compra-venta de literatura (entre otras cosas) más interesantes de la ciudad. Aquí van.
Sorpresas subterráneas
En el número 9 de la calle Martínez Izquierdo abrió hace apenas un par de meses La LiVrería. Por fuera parece una tienda de libros como otra cualquiera y su escaparate apenas deja ver lo que hay en el interior. Hay que cruzar la puerta para darse de bruces con la cafetería que ocupa buena parte del local y para empezar a sospechar que allí hay algo más.
En efecto, al margen de la zona de restauración —en la que sirven vinos y cervezas de toda España acompañadas por una tapa de embutido, al mismo tiempo que cafés y tés con "auténticas pastas árabes", explica Ángel— se esconde una planta baja dedicada por completo a la cultura.
En el sótano de esta ‘livrería' (con uve, de victoria, y porque "no había forma de encontrar un dominio disponible con be") se encuentra la Sala Jaime Salom, un espacio multiusos en el que se hacen desde representaciones de microteatro hasta proyecciones de cine, tertulias y lecturas en voz alta. Una de estas últimas, la que se prepara para dentro de muy poco con el autor José Luis Alonso de Santos, en la que se repartirán 15 o 16 manuscritos (inéditos hasta la fecha) y se hará una dramatización (con posterior valoración) de la que será su próxima obra.
Frente a esta sala, otra más. En esta ocasión, una galería dedicada al mundo de la pintura y otras artes. Este mes, por ejemplo, es el turno de Fernando Pérez Sanjuán, con una serie de trabajos de gran impacto visual y técnica impecable.
El día 23 La LiVrería estará funcionando a pleno rendimiento con las charlas y firmas de diez de los escritores de su propia editorial, Éride, que cuenta ya con más de 15 años de historia.
Otro lugar en el que se mezclan literatura, ocio y cocina es el A Punto. Este local regentado por dos periodistas (Ana Lorente y Sara Cucala) y una sumiller (Roberta Bruno) no cuenta con cafetería, pero quien entra puede irse con el estómago lleno. ¿Cómo? Pues porque en el piso subterráneo del A Punto se dan cursos y talleres de cocina de todo tipo: mexicana, francesa, india, de repostería (cupcakes, dulces)... "Menos gusanos y esas cosas —bromea Roberta— hemos tenido de todo". Y, claro, al terminar estos cursos el alumno puede comerse in situ lo que haya preparado o llevárselo a casa.
También organizan catas de vinos, quesos y, con motivo del Día del Libro, también preparan una serie de originales actividades. La más llamativa: un experimento de "cocina para perros" en el que los únicos que probarán bocado serán ellos. "Se prepararán dos o tres recetas que no sean pienso y se servirán como 'tapita' para los perros". Promete ser divertido.
El resto de actividades (hasta el mes de junio) pueden consultarse en su página web.
El encanto de los cafés-librería
Empezaron siendo lugares para amantes de lo bohemio, pero se han acabado convirtiendo en una auténtica moda. Son los cafés-librería, que desde hace algún tiempo han ido esparciéndose como esporas por la capital.
Para los más modernos está La Infinito (Tres Peces, 22). Parece un local pequeño, pero cuenta con una planta inferior que puede verse a través del suelo de cristal que hay a la entrada. Decorada con muy buen gusto y rodeada de estanterías con libros de todo tipo tanto en castellano como en otros idiomas, en La Infinito es habitual encontrarse a jovencitos con Mac que van allí a pasar la tarde con una caña o a parejitas que se animan a probar alguna de sus deliciosas tartas. También son frecuentes las reuniones de intercambio de idiomas.
Si La Infinito está llena, no pasa nada, a escasos metros de ella se encuentra La Marabunta (Torrecilla del Leal, 32), un proyecto asociativo que nació hace un par de años con la vocación de ser una librería-café y espacio cultural. Su carta es reducida, pero la oferta de libros especializados en cuestiones de política, feminismo, movimientos sociales, economía y otras áreas es de las más interesantes de la capital.
No puede faltar en este triángulo literario La Fugitiva (Santa Isabel, 7), justo enfrente del cine Doré. Esta es, con diferencia, una de las más conocidas. Su oferta 'para tomar' se puede consultar en su página web, pero también su agenda de actividades, como las que preparan para el día 23, entre las que se encuentra la visita de algunos de los chicos de la revista Mongolia. Imprescindible.
Ligeramente apartada de estas tres y muy cerca del Museo Reina Sofía se encuentra La Libre (Argumosa, 39). Este sitio empezó siendo única y exclusivamente una librería, pero con el paso del tiempo ha ido quedándose como una parte anecdótica. Los libros han dejado paso al brunch, a los cafés y a una clientela que aprecia la tranquilidad del local y el ambiente distendido de la zona. Su terraza es un punto de encuentro imprescindible para Erasmus y vecinos de Lavapiés.
Conviene no olvidarse tampoco de La Ciudad Invisible (Costanilla de los Ángeles, 7), al otro lado de Sol. No lleva mucho tiempo en funcionamiento, pero este proyecto que combina un buen café (un café de verdad, delicioso) y una sección de guías de viaje para preparar alguna escapada empieza a conquistar al público madrileño. "Dispondrás de WiFi para que puedas organizar tu viaje de la mejor manera. Habla con nosotros, te echaremos una mano", cuentan en su página. En su local, además, también es posible ver exposiciones de fotografía sin moverse de los cómodos sofás de su piso inferior.
Libros libres
Después de toda esta ruta de consumismo toca visitar un lugar en el que se paga mediante suscripción anual, voluntariado o donación. Se trata de la librería Libros Libres (Covarrubias, 38), una idea que surge de la ONG Grupo 2013 y que, imitando a 'The Book Thing', en Baltimore (Estados Unidos), se instaló hace ya unos ocho meses en Madrid.
Nada más entrar a la tienda, el encargado (en este caso, Alejandro), explica al visitante el funcionamiento de la iniciativa: entrar, observar, escoger los libros que se deseen (siempre y cuando se puedan llevar en las manos) y, a ser posible, dejar otros en su lugar, aportar la cantidad económica que se considere "justa" por su adquisicón o incluso ofrecerse como voluntario para organizar los libros que van llegando para los clientes que vengan detrás (ya se han apuntado unos 150).
La idea es que todo el mundo tenga acceso a la literatura independientemente de sus ingresos o estatus social. Y no sólo eso, sino que también hay sección de venta (2 euros, si se puede) y alquiler (1 euro, ídem) de películas para llevar.
El modelo ya se ha replicado en ciudades como Córdoba y Jaén, cuenta Alejandro. Y, contra lo que se pudiera pensar, la oferta de libros dista de ser un cementerio de saldos (aunque los hay) y llegan novelas de ayer y hoy, cuentos infantiles, libros en catalán, francés, portugués o japonés, ejemplares de historia, política, economía, psicología...
Por el Día del Libro, además, también tienen programación especial, con un stand propio en la plaza del Dos de Mayo y otro junto a la Facultad de Documentación de la Complutense durante toda la semana.
Esto es todo, aunque hay mucho más. Porque, tras la 'Noche de los libros', la pasión por la literatura en Madrid no habrá hecho mas que empezar.
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