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Rafael Chirbes
"La gente está indignada, pero si el César dejara caer unos euros se acabaría el problema"

MARÍA COSTA / FOTOS: JESÚS CÍSCAR. 15/04/2013 Entrevista con el autor de Crematorio

VALENCIA. Rafael Chirbes (Tavernes de la Valldigna, 1949) en su viaje del alma lleva varias marcas, haber vivido la posguerra, ser hijo de republicano, marxista y poco amigo de los predicadores. Estudió Historia Moderna en Madrid, trabajó como profesor de español en Marruecos y al regresar a España se dedicó a la crítica literaria, gastronómica (revista Sobremesa) y a escribir novelas.

Una de ellas La larga marcha (1996) fue galardonada en Alemania con el premio SWR-Bestenliste. Los alemanes le adoran. Otra fue llevada a la pantalla por Pepe Sancho, Crematorio (2007), a quien apenas conoció. Un retrato de la especulación inmobiliaria, Premio Nacional de la Crítica y un avance temático de su última novela, En la orilla, donde la corrupción ha llegado a tal punto de putrefacción que anuncia un abismo desolador y sin esperanza. Rafael vive en el campo, en Beniarbeig, con sus animales, sus libros, sus guisos y alejado de la vida social de la que dice, apenas puede uno aprender a conocerse mejor.

-¿España se acerca más a un pantano, que lo traga todo, o a una república bananera, caracterizada por la corrupción?
-No sé. La imagen del pantano es con la que empieza la novela, un lugar que se traga las vidas de los que no se atreven a subir en la escala social y un lugar donde todo se pudre.

-¿Entonces, cree que estamos evolucionando?
-Todos vemos y vivimos lo que está pasando y no sé hasta qué punto puede ser interesante mi opinión. No me gustan mucho los predicadores.

-Hablemos de su novela. ¿Qué imagen le inspiró ponerla en marcha?
-Yo mismo. Yo soy todos los personajes. Cuando quiero ver a un corrupto me miro a mi mismo, cuando quiero ver a una puta, me vuelvo a mirar, etcétera. Dentro de uno está todo, porque somos parte del tiempo en el que vivimos. Cada una de mis novelas reflejan el tiempo en el que estoy.

-En sus novelas hay imágenes que se repiten como la familia y los hijos.
-Sí. Nunca he vivido con mi familia y con mi hermana no he discutido jamás, pero siempre aparece la familia en mis novelas. Es el núcleo de la historia de España. Y En la orilla uno de mis personajes repite lo de: "si esto no explota es porque la familia está ahí, porque los parados viven de la jubilación de sus padres". Y respecto a los hijos también se repite la imagen del hijo que reniega del padre e incluso se avergüenza. Sin embargo, como digo en la novela, "Si para algo sirve el dinero es para comprarles inocencia a tus descendientes". Aunque estas historias siempre acaban con la imagen del hijo que se avergüenza de su padre.



-De la especulación inmobiliaria a la crisis en mayúsculas ¿lo próximo será escribir sobre la esperanza y oportunidades de futuro?
-No sé lo que voy a escribir a continuación. No soy un escritor profesional. Entre una novela y otra pueden pasar años. Incluso las novelas que escribo desconozco su trama y personajes hasta que no llevo mucho tiempo en ellas. Aprendo de lo que tratan escribiéndolas. Envidio a los novelistas que saben por anticipado qué escribirán dentro de unos años e incluso te desmenuzan la trama.

-¿Pero habrá esperanza?
-No creo. La esperanza... de una muerte apacible, de no pasar muchos días en el hospital, quizá, pero la esperanza per se es decepcionante.
 
-¿Por qué?
-Porque vas viendo que vas perdiendo facultades, que cada vez eres más invisible y te resulta más difícil ocultar tus defectos...

-Leí que tras acabar sus primeras novelas se emocionaba e incluso lloraba, pero que ésta última le ha dejado seco, ¿es así?
-Sí, no creo que tenga que ver mucho con la vejez, más bien con que cada día que pasa uno se vuelve más de corcho. Se pierden ilusiones. Por eso escribir es como subir al monte Carmelo, un proceso de conocimiento de uno mismo, del papel que uno ocupa en el mundo, en qué mundo vive, etc y... es duro.

-¿Qué es lo último que ha aprendido?
-Lo que he aprendido lo dejo en la novela y luego lo olvido. No podría llevar esa carga.

-¿El éxito se le sube a la cabeza?
-¿Qué éxito? No sé lo que es eso.

-Conseguir que una novela se convierta en serie de televisión no es muy habitual en España
-Eso no me afectó para nada. Que tenga buenas críticas. Por una parte te halaga y por otra, piensas: "¡Madre mía! ¿No me estarán haciendo una chaqueta demasiado grande para mi cuerpo?". El éxito no te resuelve ningún problema. Y en mi caso sigo llevando la misma vida que llevaba hace 12 o 15 años. Y tampoco se trata de éxito económico porque con la literatura no te haces rico.

-¿Uno se puede corromper con la literatura?
-Digamos que le puede corromper la vanidad. A mí no me gusta mucho la vida social y procuro alejarme de esos actos sociales donde quieren presentarte gente. Creo que ya conozco la suficiente.

-¿Alternando hay o no fuente de inspiración?
-No lo sé. Pero prefiero inventármelos a verlos.

-¿Cómo es posible escribir sobre la marcha?
-Todo empieza con un malestar, una inquietud. Y ahí empieza mi ascensión que supone a la vez una manera de limpiarte, de quitarte esa suciedad que se te pega del mundo en qué vives...y van apareciendo los personajes. De manera sombría surge uno, otro le lleva la contrario, un tercero equilibra...

-¿Qué malestar se convirtió en el punto de partida?
-Ver lo que pasa, a través de las noticias, que escucho mientras preparo la comida, y preguntarme dónde va esto. En mis dos últimas novelas lo que he querido era reflejar el estado del alma humana a principios del siglo XXI y hablar sobre los hilos que la mueven.

-¿Cómo el dinero?
-Sí. En la otra vida no sabemos, pero en esta, desde que llegamos a esta vida y reflejamos en documentos, el dinero ha sido el valor por excelencia. En ésta sexo, poder y dinero se intercambian y reflejan en los espejos culturales. "¿Has probado este vino?; ¿has estado en tal sitio? ¿Conoces a menganito?..."Todo forma parte del manto del poder.

-¿Cuándo finalizó la novela se le quitó el cabreo?
-Yo no estoy cabreado, estoy hasta los huevos de todo, que es distinto. Y es como están todos.

-¿Cree que está la sociedad preparada para ir más allá?
-Es que, estas preguntas van contra mis principios narrativos porque no tengo ni pajolera idea de nada. Ellos sabrán. Soy un novelista realista que cuenta lo que ve y forma parte de mí. No soy ni un cura para prometer la otra vida; ni un político para prometer cosas en esta; ni un psiquiatra para consolarle. Cuento lo que hay. ¿Ay, es que son muy duras sus novelas porque no dan esperanza? La esperanza se la busca uno donde puede. A mí no me gusta que me den esperanza. Una de las cosas más ridículas que ocurre es cuando se produce un accidente y mandan una legión de psicólogos. Si pierdo a alguien ya lloraré y asumiré mi propio duelo, no necesito que venga un desconocido para hablarme de mi pena.

-¿Y usted vive sin esperanza?
-Pues sí. Para qué la quiero. ¿Usted la necesita?... ¿Cree que este país va a ir mejor el año que viene?

-Se lo pregunto a usted
-No lo sé, ni puedo responder. En todo caso, creo que va a ir a peor, pero es mi opinión. No me gusta que cojan a los escritores como predicadores y nos pregunten qué pensamos del bien o del mal. Los escritores no deberíamos hablar. Llevo un mes hablando como una cotorra. Eso sí, en mayo se acaba la promoción y me callo.

-Bueno, pues tenemos tiempo. Hay quien opina que España necesita voces diferentes al status quo que ha adormecido a la sociedad para resurgir...
-Sin embargo yo me temo que con una lluvia de euros desaparecerá el problema. La gente protesta, está indignada y se envalentona...pero con que llegara el César y dejara caer unos cuantos euros se acababan las protestas. Porque la indignación no plantea nada nuevo, solo es una queja por no poder seguir como estaban antes.

-Desde esa perspectiva ¿da a entender que el ser humano no ha evolucionado y se deja corromper por unas monedas?
-Así ha sido durante los últimos años. En la transición como todo iba bien, todo el mundo se tragó lo que fuera, ni hubo referéndum para entrar en Europa, ni referéndum para asumir el euro...pero como iba bien y Europa mandaba dinero pues era estupendo. Ahora que Europa quiere recuperar su inversión, son mezquinos. En España los dos grandes partidos y los partidos nacionalistas secuestraron el poder a finales de los 70 y se repartieron la tarta. Ahora se pone el foco en la corrupción. Pero ¿por qué se extrañan, si ya en los 80 la corrupción campaba a sus anchas? Lo que pasa es que todos giraban la cabeza porque llovía el dinero y les iba bien. A esto se suma la impunidad excesiva en la que se ha vivido. Lo que ocurre actualmente es que con la crisis la gente se vuelve más exigente. Y exclama: "¡Anda, se lo han llevado todo!". No. Se lo estaban llevando delante de tus narices desde hace años, pero no interesaba verlo porque cada uno se llevaba un poquito.



-¿Los escritores de hoy escriben más sobre lo que pasa o sobre lo que pasó, como la Guerra Civil?
-Sobre la Guerra Civil se empezó a escribir cuando llegó el PP al poder. Hasta ese momento estaba hasta mal visto escribir o hacer películas al respecto. Fue el PSOE el impulsor de una idea que estuvo frenada mientras estuvieron ellos en el poder, por lo que más tarde fue un uso partidista. Cuando el zapaterismo puso en marcha la memoria era ya una memoria inocua, todos se habían muerto. Pero en los años 80 estaban ahí. Sacar a la luz, entonces, la memoria hubiera sido duro de tragar. Había gente que había pegado tiros en la nuca y ocupaban cargos en la administración. ¿Qué hacer?. Se silenció. Se inventó la movida, las artes se impulsaron conciertos...llovió el dinero. Por otro lado la novela no es lo que cuentas, sino desde dónde lo cuentas. Hay gente que utiliza la literatura con oportunismo o la ponen al servicio de alguien. Sin ir más lejos, al servicio del zapaterismo estuvo toda una hornada de novelas sobre la guerra civil, era una literatura del régimen aunque fingiera ser una literatura de los perdedores. En realidad lo que estaban haciendo es mantener un Gobierno, con una visión seráfica que no se correspondía con la realidad. Por eso casi nadie hablaba de la acumulación de capital, de la sobreexplotación.

-¿Qué opina de la República?
-Depende de quien lo diga. Esto fue otra moda que nació durante el gobierno del PP, porque anteriormente nos llamaban locos cada vez que nos reuníamos cuatro republicanos.

-¿De la monarquía española le atrae algo?
-Pues no. Todos sabemos que el Rey ha estado haciendo negocios con Colón de Carvajal, con De la Rosa, etc. De la Rosa dio dinero a puñados para que España entrara en la guerra de Kuwait. Esto lo sabe todo el mundo, igual que se conoce que prosigue la tradición familiar de infidelidad. De todos modos estamos asistiendo a un tiempo raro. Asistimos al suicido de la clase política porque o llegan a un pacto o esto se va al carajo. Es muy raro que esté aflorando todo lo que ya se sabía.

-¿Será una subida al monte Carmelo?
-Desde luego estamos famélicos y la crisis ha creado un descontento del que quieren aprovecharse los partidos populistas para ver qué chupan. Lo que está claro es que el poder no lo tenemos los ciudadanos, lo tienen las multinacionales.

-Ha sido crítico periodístico, literario, gastronómico...¿sigue siendo crítico?
-A mí lo que me ha ayudado sobre todo es haber sido marxista y haber leído a Marx. Te permite entender que no tienes un alma particular sino una de tu tiempo. Eres como eres porque piensas y deseas en tu tiempo. Actualmente me gusta mucho el escritor francés Laurent Mauvignier y concretamente su obra "Hombres".

-Por cierto ¿qué le quedó de su paso como crítico gastronómico?
-Haber sido gastrónomo antes que fraile me ha enseñado a cocinar, apreciar la comida bien hecha y huir de la comida preparada.

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3 comentarios

Jesús Raza escribió
07/09/2013 14:06

Una persona honesta. Un gran novelista. Un revolucionario "stendhaliano". Alguien a quien admirar sin sonrojo. Un hombre de cuando a la palabra "español" se le asociaba "dignidad" y no "corrupción". Un bravo.

María Teresa Bringas Fontaine escribió
20/04/2013 02:38

Buen día Soy argentina y me ha convidado éste artículo mi cuñado que vive en Valencia. Mucho gusto de conocerle y le hago saber que en Argentina estamos viviendo un escándalo Se ha movilizado el país entero y la presidenta burlándose desde Bolivia por mensajes .... Un saludo. Me sostengo porque creo en la evolución, María Teresa

15/04/2013 09:15

Buenos días: me alegro que hayan publicado una entrevista a este autor.He comprado su último libro.Bastante "espeso" pero hace un recorrido completo en las vidas de las personas que se han dedicado al ladrillo en un pueblo de Valencia.- Si, al igual que yo "no estoy indignado" sino hasta los Huevos de los que está ocurriendo.-Un saludo y buen comienzo de semana. ¿Saben Uds que significa el apellido Alapont? pues un descendiente de este apellido inmigrante en Australia me lo ha explicado realmente interesante.- Un saludo Alejandro Pillado Marbella 2013

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