MADRID (EP). El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) mantendrá previsiblemente en su reunión del mes de abril los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,75%, ya que un recorte de la tasa rectora apenas sería eficaz en el contexto actual, que requiere en cambio un mensaje "tranquilizador" de la institución monetaria tras la inestabilidad generada por el rescate de Chipre.
Los analistas consultados por Europa Press consideran que no existen fundamentos macroeconómicos que justifiquen una rebaja de los tipos de interés en esta reunión, en la que en cambio se espera un mensaje "tranquilizador" de su presidente, Mario Draghi, que incida en la excepcionalidad del caso de Chipre para mantener la confianza y evitar una salida masiva de depósitos.
La analista de Inversis, Marian Fernández, no espera ni nuevas medidas ni cambios en los tipos de interés en esta reunión, aunque una rebaja no sería totalmente descartable, ya que en la reunión de marzo no hubo unanimidad a la hora de mantenerlos.
PENDIENTES DE SEÑALES
"No lo descartamos, pero no es la opción o el escenario mas probable. Habrá que estar pendientes quizás para ver si abren la puerta de cara a la próxima reunión", agrega.
En su opinión, una rebaja de tipos en estos momentos sería "más útil" como señal que como medida, ya que no puede ser "especialmente efectiva" en un momento del ciclo que no es muy favorable para el crédito". "No lo vemos tan imprescindible como lo era en otro momento", asegura.
En esta línea, la estratega de mercados de IG Soledad Pellón considera que una bajada de tipos ahora "no tendría mucho sentido", dado su escaso impacto en la economía real, cuyo problema es la falta de crédito y unos costes "muy altos" de los préstamos pese a los niveles mínimos del Euríbor y los tipos.
UN AS BAJO LA MANGA
En este sentido, explica que el único motivo para una rebaja de tipos hubiera sido intentar reducir la fortaleza del euro, algo que ya ha ocurrido tras la gran "inestabilidad" surgida en la zona euro por la crisis de Chipre. "Pensamos que ante la falta de impacto en la economía real de una bajada de tipos, el BCE va a decidir mantenerlos y seguir teniendo ese as bajo la manga, aunque es verdad que tiene ya poco uso", añade.
Por su parte, la analista de Selfbank Victoria Torre espera de nuevo un mensaje de apoyo a los mercados, "tal vez un poco más amable" en esta ocasión, para mantener un poco la tranquilidad.
VOLUNTAD DEL BCE
Así, piensa que Draghi debería reiterar su voluntad de comprar de deuda pública en caso de que fuese necesario, como por ejemplo ante la posibilidad de que se prolonguen los problemas de liquidez en Chipre.
"Un mensaje de este tipo vendría bien a los mercados, pero una rebaja en estos momentos no, porque no ha habido un cambio sustancial en lo que es el fundamento macroeconomico, no estaría justificado", subraya.
El analista de Renta 4, Iván San Félix, cree que el mensaje que lance Draghi será "clave", ya que su apoyo a la seguridad de los depositantes y a facilitar liquidez a las entidades podría generar optimismo y determinar un cambio de signo en los mercados. "Un mensaje positivo por parte del BCE podría tranquilizar a los inversores y animarles a rotar hacia el sector financiero", asegura.
LENGUAJE TRANQUILIZADOR
Pellón también espera un "lenguaje muy tranquilizador" por parte de Draghi para hacer frente a la desestabilización surgida por los problemas políticos de Italia y el rescate de Chipre. "Su única función va a ser intentar mantener la confianza y evitar situaciones como la salida masiva de depósitos", agrega.
Para ello, cree que Draghi incidirá en que Chipre es un caso "completamente asilado" que no se va a repetir en ningún otro país, ya que un mensaje en otra dirección.
SIN INYECCIONES A LA VISTA
Algo que Pellón ve "muy improbable", provocaría una salida masiva de depósitos y un gran problema bancario de magnitudes insospechadas.
Sin embargo, reconoce que esto va a ser "complicado", ya que el poder del BCE se ve "menguado" ante las escasas medidas con las que cuenta, dado que no se prevén más inyecciones de liquidez, la compra de deuda pública deben solicitarla los países y una bajada de tipos no tiene impacto real. "Tiene un margen de maniobra escaso y el intentar mantener la confianza le va a resultar complicado", admite.
RIESGOS SISTÉMICOS
Por su parte, la analista de Inversis recuerda como Draghi advirtió antes de la crisis de Chipre de que los riesgos sistémicos de una crisis en el país no eran tan pequeños como algunos aventuraban, y cree que en esta ocasión defenderá que se trata de un caso "excepcional" debido en parte a la idiosincrasia del país. "De lo contrario, sería una especie de guerra abierta contra la principal forma de financiación de los bancos europeos, no tendría mucho sentido", remarca.
Torre también cree que el BCE debería acotar las implicaciones que han tenido las condiciones del rescate de Chipre, ya que son contrarias a la libre circulación de capitales, uno de los cuatro pilares de la Unión Europea (UE) y eso no es algo "positivo". "El hecho de que hubiera rumores de que puede ponerse en funcionamiento en otros países podría ser bastante perjudicial", advierte.
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