MADRID (EFECOM / MARIO BETANCORT). El rescate financiero de Chipre traerá importantes pérdidas en los clientes con grandes depósitos, además de una merma de la credibilidad sobre las instituciones del país mediterráneo, una situación que preocupa en toda Europa pero que los expertos no creen que pueda ocurrir en España.
Una vez más, la gestión de la crisis chipriota ha sido lenta y en algunos momentos incluso torpe, pero finalmente las autoridades europeas han reconducido el rescate de la isla y han garantizado completamente los depósitos por debajo de 100.000 euros.
Con esta decisión se ha mandado una señal positiva de protección de parte de los depósitos, sin embargo, en los bancos que necesiten ayudas públicas los grandes ahorradores, en muchos casos inversores, tendrán que asumir pérdidas.
Existe el temor de que esta fórmula de rescate cree un precedente y se aplique en otros países, ya que la Comisión Europea ha admitido que los depósitos superiores a 100.000 euros podrían sufrir pérdidas para financiar futuros rescates.
Aun así, Bruselas ha insistido hoy en que la fórmula acordada en el rescate de Chipre es "única", el mismo adjetivo que emplean los analistas que descartan que en España pueda suceder algo parecido.
La economía chipriota, cuyo PIB supone apenas el 0,19 % de la zona del euro, se apoya especialmente en la banca de la isla, que es cinco veces más grande que la propia economía del país o siete veces si se tiene en cuenta la presencia en Grecia.
Esta desproporción se repite e incluso aumenta en otros estados europeos, como Luxemburgo o Malta, sin embargo en Chipre se agrava por las elevadas pérdidas que su sistema financiero ha sufrido por su exposición a la deuda griega.
Por si esto fuera poco, las normas del blanqueo de dinero en la "Isla de Afrodita" son muy laxas, lo que explica en parte que cerca de un 40 % de los depósitos en las entidades del país sean de extranjeros, fundamentalmente rusos o de las antiguas repúblicas soviéticas y, en menor medida, británicos.
Al final todo ello ha derivado en unas necesidades de capital del sistema bancario chipriota inasumibles por el país, puesto que representan el 60 % de su PIB, una proporción más de diez veces superior a la que requirió España.
Un rescate total que alcanzaría los 17.500 millones de euros, el 100 % del PIB, incluyendo la recapitalización y las necesidades del sector público, una cifra muy superior a los rescates de otros países y que demuestra que el rescate total era inasumible sin la participación del sector privado.
Por todo ello, los analistas coinciden en que la situación es tan peculiar que requiere medidas excepcionales y recuerdan que Europa actúa con solidaridad pero, como ya ocurrió con Grecia, el límite de la ayuda se da por la capacidad de pago de los países, es decir, por su nivel de endeudamiento.
Es aquí donde conviene destacar que la deuda de España está muy lejos de alcanzar los niveles que Europa considera insostenibles y refuerza por tanto la idea de que en España no puede ocurrir una situación parecida a la de Chipre.
Además, España ya ha recapitalizado las entidades con problemas y todo el sector ha saneado sus balances con cuantiosas provisiones aunque en algunos casos se haya hecho con unas ayudas europeas próximas al 4 % del PIB de España.
Y todo ello se ha hecho con la supervisión de la Comisión Europea, el BCE y el FMI, que consideran que el saneamiento de la banca española va por el buen camino.
De hecho, desde la primera evaluación de la "troika", el acceso de España a los mercados financieros ha mejorado al tiempo que ha aumentado la confianza de los inversores extranjeros.
La Asociación Española de Banca (AEB) ha defendido hoy que las entidades españolas merecen "la total confianza de depositantes, clientes e inversores" después de cumplir los estrictos acuerdos suscritos con Europa para recapitalizar el sector.
Más allá de que el Fondo de Garantía de Depósitos cubre con 100.000 euros por depositante y banco, como en la mayoría de países europeos, la liquidez de la banca española es ahora holgada y en los últimos meses se ha reducido notablemente su dependencia del BCE.
Otra de las conclusiones de los expertos es que el ejemplo de Chipre ha demostrado que los depósitos de los ahorradores españoles no están necesariamente más seguros en un banco o país extranjero.
Al contrario, según sus argumentos, tras la reestructuración del sistema bancario español están más seguros aquí que en la mayoría de los países europeos y por mucho que Bruselas sea prudente diciendo que la fórmula del rescate chipriota se puede repetir en el futuro.
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