MADRID (EP/VP). Desde este viernes y hasta el 9 de junio podrá visitarse 'Hiperrealismo. 1967-2012', una retrospectiva compuesta por 50 piezas procedentes de diversos museos y colecciones privadas. La Kunsthalle de Tubinga (Alemania) ha sido la primera parada de esta muestra, que tras permanecer en la capital española viajará al Birmingham Museum & Art Gallery, en Reino Unido.
En palabras de Guillermo Solana, conservador jefe del Museo Thyssen, esta corriente pictórica nació en Nueva York en 1967 y en los años 70 experimentó su mayor apogeo. En aquel momento convivió con el arte conteptual, "volcado en los aspectos lingüísticos".
El hiperrealismo, en cambio, "lleva la experiencia visual al extremo". "Trabaja a través de la fotografía y simula la nitidez de este medio, incluso cuando es abordada con medios muy artesanales", ha explicado. Además, añade: "Lo que vemos no es solo lo que es. Hay una dimensión metalingüística y reflexiva, así como una densidad más intelectual que la citada por las críticas".
VIDA COTIDIANA
La exposición, comisariada por Otto Letze, se divide en cuatro apartados: bodegones, 'En la carretera', 'Ciudades y panoramas' y 'La figura humana'.
Paisajes urbanos, escaparates, restaurantes de comida rápida, últimos modelos de coches, relucientes motocicletas, máquinas de pinball, juguetes de hojalata o botes de kétchup son algunos de los fragmentos de la vida cotidiana que aparecen en estas imágenes.
Los principales asuntos que ocupan el interés de los pintores hiperrealistas están tomados del mundo que les rodea, de su propio entorno personal, dando visibilidad a los objetos diarios a través de su pintura, como escenas banales y artículos de consumo convertidos en motivo artístico.
Los pioneros del Hiperrealismo reflexionan sobre todo ello y lo convierten en el tema de sus cuadros, pero lo hacen trabajando de forma más o menos aislada. A comienzos de los años 1960, en la Costa Oeste norteamericana, Robert Bechtle empieza a producir los primeros cuadros auténticamente fotorrealistas.
Casi al mismo tiempo, Richard Estes comienza en Nueva York a trabajar en sus característicos escaparates y paisajes urbanos, Chuck Close pinta sus famosos retratos y la única mujer de este grupo de pioneros, Audrey Flack, realiza sus primeros trabajos basados en fotografías.
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