MADRID. José Antonio Duran Lleida defendió ayer en Madrid la necesidad de establecer cuanto antes un diálogo fluido entre el Ejecutivo catalán de Artur Mas y el Gobierno central tanto sobre cuestiones económicas como sobre soberanismo, lo que beneficiará a ambas partes. Y en un tono de rebajar el discurso nacionalista consideró la posibilidad de aplazar el famoso referéndum en Cataluña si fuera necesario por estrictas razones económicas, ya que lo primero, dijo, es resolver la crisis.
A su juicio, si Cataluña sufre una asfixia económica, como es el caso, y la única forma de salir de ella es recurrir al Tesoro, "no tiene sentido que no intente mantener un diálogo más fluido con el Gobierno español".
PRIORIDAD, ACABAR CON LA CRISIS
Y respecto al referéndum, declaró que la consulta soberanista catalana prevista para 2014 podría ser aplazada si la situación económica no es "la más adecuada". Su prioridad, añadió, es favorecer una salida a la crisis, pero esta circunstancia no imposibilita la intención de hacer una consulta y, mediante diálogo, buscar su viabilidad en el tiempo.
Según su opinión sería un grave error creer que el debate sobre el futuro de Cataluña es exclusivamente un problema catalán, y que la causa catalana no tiene salida, por lo que ha abogado por el diálogo sin reservas y el reconocimiento de la legitimidad del otro.
Asimismo, Duran Lleida dejo el mensaje de que tiene la impresión de que ERC, el actual socio de Gobierno de CiU en la Generalitat, se puede ir despegando de este acuerdo a medida que crezcan las dificultades para hacer una consulta legal catalana sin acuerdo con el Gobierno central. Explicó que él debe ser leal a ERC después de que ésta fuera la única fuerza política que pactó con CiU, pero ha insistido en que "es evidente que ha habido signos públicos" de que ERC se está desmarcando cada vez más de las decisiones de la Generalitat.
Es evidente que la lejanía de ERC con Mas abre para Duran un campo de infinitos usos, destacan los analistas consultados, para volver a recuperar un papel determinante en el seno de CiU, que ha tenido un poco oxidado en los últimos meses.
RECUPERA EL TONO MODERADO
El portavoz de CiU en el Congreso, además de secretario general de este grupo político y presidente del comité de Gobierno de Unió Democrática de Catalunya (UCD), que ha sido acusado en los últimos tiempos de haberse subido al carro nacionalista, dio en el Foro de la Nueva Economía en el Hotel Ritz de Madrid otra vez su versión más moderada y explicó que Cataluña mantiene una "clarísima voluntad de orientar la acción política hacia el diálogo con el Gobierno central", por lo que instó a dialogar y a que el Ejecutivo de Rajoy plantee también sus propuestas. También pidió el apoyo institucional del PSOE para desarrollar estos planteamientos.
No obstante, reivindicó la posición soberanista por los continuos silencios de España a las demandas catalanas y explicó que la vocación más intensa de Cataluña siempre ha sido regenerar España y no hacer un Estado propio pero en vista de que España no contesta, hay cada vez más voces que prefieren la independencia: "Hay un notable rechazo a ese ‘Escolta Espanya' que ahora dicen ‘Adéu Espanya".
Durán, como destacaron algunos políticos presentes en el acto, estuvo arropado por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo del que dijo ser "amigo de toda la vida", además de una nutrida representación de empresarios como los presidentes de Repsol, Antonio Brufau, de ACS, Florentino Pérez y del ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, entre otros muchos.
EL GOBIERNO TAMBIÉN QUIERE EL DIÁLOGO
Las mismas fuentes destacaron que en los últimos actos de este mismo foro en los que participó Artur Mas, no hubo ninguna representación del Gobierno, lo que da idea de cierta distensión del conflicto abierto entre Madrid y Barcelona. Fuentes próximas al Gobierno se han manifestado de la misma forma, si bien reiteran la firmeza del Ejecutivo en su política contraria al referéndum nacionalista.
Al término del acto, el ministro de Exteriores también reiteró la disposición del Gobierno al diálogo con Cataluña y recalcó que la Constitución atribuye el derecho a decidir al conjunto del pueblo español.
CRISIS POLÍTICO-INSTITUCIONAL
El líder político catalán también mostró su preocupación por la que definió como una crisis político-institucional en toda España, que tiene tocadas a todas las instituciones, desde los partidos hasta la propia Corona.
A su juicio "hay un auténtico cainismo político, que no resuelve la crisis, sino que da alas al populismo", provocado en gran parte por los propios políticos que intentan aprovechar los casos de corrupción únicamente para destrozar al adversario.
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