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MADRID. La confusión impera en el rescate chipriota. Por tanto, resulta cuanto menos arriesgado pedir la palabra y comentar un resultado que se desconoce y que, en cuestión de horas si las cosas cambian, podría dejar a uno en ridículo. Resulta de lo más tentador limitarse a esperar y a ver cuál será el desenlace.

No obstante, teniendo en cuenta que estamos ante la noticia macroeconómica más importante en lo que llevamos de 2013, y que evoluciona constantemente siguiendo rumbos novedosos y sorprendentes, considero que es necesario tratar de encontrar un cierto sentido a lo que estamos viendo y escuchando.

Ahora sabemos que el parlamento chipriota ha rechazado el paquete de rescate tras su partida de cartas con la Troika, tratando de encontrar solución a muchas y diferentes situaciones que van desde una tasa del 0% sobre las cuentas de pequeños ahorradores hasta del 15% en el caso de los depósitos más grandes.

Asimismo, sabemos que Francia ha descartado categóricamente la posibilidad de un plan B, algo bastante obvio a la vista de que ya estamos por lo menos en el plan D o E.

LOS RUSOS, 'PILLADOS'

También sabemos que los rusos se han involucrado fuertemente en el tema, a pesar de su lógico malestar con todo el proceso.

Sabemos que este asunto se está convirtiendo en un ajedrez de la geopolítica en el que importantes reservas europeas de petróleo y de gas pueden acabar, de hecho, bajo control ruso, pese al enorme compromiso de las últimas décadas con vistas a lograr justamente lo contrario respecto del suministro europeo de energía. Sabemos que a Angela Merkel le preocupa más su posicionamiento de cara a las próximas elecciones en Alemania que el destino venidero de Chipre.

NI RASTRO DE CAPITAL EXTRANJERO

Por otra parte, sabemos que los bancos chipriotas van a estar cerrados unos días más y, que no abrirán sus puertas hasta que se implante algún tipo de acuerdo. O la cuestión tributaria pasará a ser irrelevante, ya que no quedará un céntimo en Chipre, desde luego ni rastro de capital extranjero.

Sabemos que puede que el ministro de Economía de Chipre haya tratado de presentar su dimisión sin éxito y que Reino Unido ha enviado un avión con euros contantes y sonantes para sus 3.000 soldados. Sabemos que un consorcio de bancos ha ofrecido una solución privada a la crisis, que según parece no se ha valorado seriamente.

Siguiendo con un apunte algo más humorístico, sabemos que el nombre del Gobernador del Banco Central de Chipre es Panicos.

UN NOMBRE, UN DESTINO

Una muestra de que puede que haya algo de verdad en ese viejo dicho que reza 'Su nombre es su destino'...

Lo siento, perdonen el juego de palabras, pero no he podido evitarlo. De hecho, me da mucha pena este hombre, ya que posiblemente tenga a día de hoy uno de los trabajos menos envidiados del planeta tierra. Son muchísimas cosas que tener en cuenta en apenas 72 horas de movimiento. ¿Cómo acabará todo esto? ¿Qué hemos aprendido con esta historia?

¿HAY QUE ACOSTUMBRARSE A LA IDEA DE CONFISCAR EL AHORRO?

Varias cosas. Hemos vuelto a comprobar que la zona euro es incapaz de gestionar sus problemas de forma racional. Estamos ante la gestión más incapaz de un episodio de la crisis de la eurozona hasta el momento, que viene a confirmar la situación desesperada en la que se encuentran los 17 países que comparten la moneda común.

La situación de pánico es de tal magnitud que no hay pasos demasiado extremos para evitar las previsiones más nefastas y defender el capital político invertido en este fallo monumental.

POLÍTICOS VS. CIUDADANOS

Que hayamos llegado a un punto en el que los políticos tratan a la desesperada de confiscar los ahorros de los pobres e inocentes ciudadanos es un paso más que, a estas alturas, ya nadie esperaba. Esta situación no augura nada bueno respecto de lo que puede ocurrir cuando se agudice la crisis en el futuro; algo que va a ocurrir.

La idea de un impuesto excepcional sobre el patrimonio no es nueva.

PATRIMONIO PRIVADO

En los últimos años, varios informes de investigación apuntan al hecho de que la necesidad desesperada de financiación por parte del sector público podría (y de hecho, ocurrirá) llevar en última instancia a una confiscación patrimonial a escala monumental.

Boston Consulting Group sugirió en un informe reciente que es probable que cerca del 29% de todo el patrimonio privado, no solo los depósitos, acabe siendo confiscado para cubrir las deudas existentes. Así que, más nos vale acostumbrarnos a ver cómo se apropian de nuestro dinero los políticos ávidos de capital. Y esto es solo el principio. Ya se ha destapado el pastel, ya da igual que este acuerdo en concreto no llegue a buen puerto.

CONFISCACIÓN DEL DINERO

Lo que más me asombra es que un acontecimiento tan importante y extremo como éste se ponga en peligro por un precio tan módico. La lenta materialización de que el próximo movimiento en la crisis crediticia consistirá en la confiscación de nuestro dinero, se ha agudizado a través de este movimiento tan evidente.

El factor de cambio más importante en años y la herramienta más poderosa de la caja se han sacado a escena por apenas 5.800 millones de dólares. Las consecuencias podrían desencadenar flujos de capitales y de activos masivos y devaluaciones de activos por valor de cientos de miles de millones. La pérdida de confianza va a perjudicar a todas las economías débiles.

¿Por qué demonios la Troika no recurrió a esta salvajada en una ocasión que lo mereciera como un rescate de España o de Italia?

DE VERGÜENZA

¿Incompetencia? ¿Falta de conocimiento de mercado? O lo que es aún más terrible si cabe, ¿puede que debido al deseo de implantar esta nueva herramienta fiscal para ir acostumbrando a los votantes a nuevas ideas de cara a exprimir a los ricos en el futuro?

Todo esto es intrigante y fascinante; es una vergüenza que los chipriotas tengan que pasar por una situación tan sumamente angustiosa debido a toda una serie de problemas que en gran medida no han creado y que no tienen manera de evitar.

En aras de la cautela, conviene preguntarnos quienes serán los próximos en encontrarse en una situación similar.

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Lars Seier es cofundador y consejero delegado de Saxo Bank