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MADRID. Bruselas se ha impuesto al Gobierno español, que finalmente mantendrá en la CNMC, el nuevo organismo de los mercados, las competencias de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), frente a sus planes iniciales de que estuvieran en un departamento ministerial, como aconsejaban algunos informes que había estudiado el Ejecutivo y que habían sido encargados por Telefónica.

El Gobierno español está modificando en su tramitación parlamentaria el proyecto de regulador único de los mercados, es decir, la futura Comisión Nacional de Mercados y de Competencia (CNMC), con las condiciones impuestas por Bruselas previa amenaza de sanciones, que son básicamente las de mantener las independencia de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en el nuevo organismo por la vía de sus competencias. El lobby de las telecos europeas ha estado presionando mucho por este asunto, según las fuentes consultadas.

AMENAZA DE SANCIONES

Bruselas, por medio de la vicepresidenta de la CE y comisaria de la Agenda Digital, Neelie Kroes, había mostrado por carta su disconformidad al Gobierno español con algunos aspectos relativos a la legislación sobre la creación del órgano regulador único que preparaba nuestro país, pero tras reunirse la pasada semana con el ministro español de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, la situación se ha encarrilado otra vez.

Kroes declaró después que la entrevista con Soria en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona, que el ministro español le había dado garantías de que se introducirán las modificaciones solicitadas por la Comisión Europea en el nuevo organismo regulador de los mercados, relativas a una mayor independencia del Ejecutivo. Por su parte, el titular de Industria declaró que los cambios solicitados por Bruselas se encuentran dentro de la agenda reformista, que el Gobierno ha introducido para mejorar de modo significativo la competitividad del país.

DOS SALAS SEPARADAS

Entre las modificaciones al regulador único, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ya había anunciado a finales del pasado año que el organismo contaría con dos salas separadas: una de regulación y otra de vigilancia de la competencia, y un pleno para dirimir eventuales conflictos entre ellas.

Además, se garantizaba que habrá separación de la defensa de la competencia y las funciones de regulación sectorial en tema energético, de telecomunicaciones "o cualquier otro sector que lleve esta comisión". Estas modificaciones ya se están incorporando al proyecto en el trámite parlamentario, a través de enmiendas.

El proyecto de reforma integral de los organismo reguladores fue aprobado el pasado 24 de febrero por el Consejo de Ministros, que dio luz verde a una reforma integral de estos organismos para convertirlos en uno sólo.

Se trataba de integrar sobre todo la Comisión Nacional de Competencia (CNC), la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para simplificar y crear una estructura más austera y eficaz, según explicó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, en su presentación del nuevo organismo.

A su juicio, durante la etapa socialista habían proliferado estos organismos reguladores con competencias que se solapaban y que suponían la multiplicación de varias estructuras, ya que cada uno de ellos cuenta con distintos equipos.

PESADILLA DE LAS GRANDES EMPRESAS

Debido a su propia actividad, todos estos organismos reguladores son la pesadilla de las grandes empresas de sus distintos sectores, ya sean energéticas, de telecomunicaciones, y de todas en general en lo referente a competencia (la CNC), ya que permanentemente las están cuestionando para que no usen prácticas monopolísticas, abran sus mercados y bajen precios.

Hace dos semanas la CNC ha sido cuestionada públicamente, por el presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, por ampliar dos meses el plazo para aprobar la integración de Orizonia y Globalia, lo que obligó a la primera a presentar concurso de acreedores, incapaz de resistir más tiempo y a despedir a numerosos trabajadores.

Para Repsol, Cepsa o BP la CNE es quién permanentemente les pide que abra el mercado de carburantes y bajen los precios, igual que con las eléctricas como Iberdrola, Gas Natural, etc. Y en el caso de la CMT, sucede lo mismo, ya que este organismo ha favorecido la entrada de los pequeños operadores virtuales y ‘low cost', provocando una reducción de cuota de mercado de Telefónica en los distintos segmentos en los que opera en España.

INFORME POLÉMICO

El pasado febrero de 2012, tras la aprobación por parte del Gobierno del nuevo organismo regulador se suscitó una fuerte polémica por un estudio sobre como reformar los organismos de competencia de 72 páginas encargado por Telefónica a la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) y que presuntamente la operadora presidida por Cesáreo Alierta le había hecho llegar al Gobierno de Rajoy. El informe que Saénz de Santamaría llevó al Consejo de Ministros incluía varios párrafos calcados del original de PwC.

El proyecto ya arranco mal en aquel momento, cuando se supo que alguna compañía, ciertamente importante, podría tener interés en reducir la presión de su regulador. Hasta el punto que ha tenido que ser la propia Comisión Europea, la que ahora ha forzado a España a introducir cambios al proyecto inicial.