MADRID. Las previsiones de la Comisión Europea sobre la economía de la Eurozona han vuelto a poner en alerta a los inversores y a presionar al euro a la baja.
La Eurozona se mantendrá en recesión durante todo el presente año, según la Comisión, con una caída del PIB de 3 décimas.
La peor parte en el reparto de las cifras de PIB se la lleva, como viene siendo habitual, Grecia, Portugal, España e Italia. A nuestro país le toca una caída del 1,4%, muy alejada del supuesto de crecimiento realizado por el Gobierno para elaborar los presupuestos.
Con ello el déficit sobre PIB se espera que este año esté algo por encima del 6% y para el año próximo que supere el 7% siendo España el único país que aumentará su déficit presupuestario, consecuencia directa del rescate bancario y más en concreto de la quiebra de Bankia.
Con estos datos en la mano, publicados y aceptados como razonables, sigo sin entender las declaraciones que llevan a cabo de manera sistemática los principales dirigentes europeos, incluido el Gobernador del BCE.
VIENTOS FAVORABLES
Y todavía menos teniendo en cuenta -claro está- que estas declaraciones tienen su efecto inmediato en la política tanto fiscal como monetaria de Europa.
Como muestra un botón: lo dicho por el comisario de Economía Olli Rehn tras presentar estos resultados el pasado viernes en los que hacía referencia a que empezamos a ver vientos favorables en la economía Europea. Pero este no es el único caso.
Tras la publicación de las cifras de IFO en Alemania -dato económico seguido por los mercados producto de encuestas en diversos sectores sobre el estado de la economía-, que sorprendentemente mostraban unas expectativas bastante optimistas, los informes de los economistas de este prestigioso instituto alemán hablaban igualmente de una recuperación que como vemos no coincide ni con las previsiones de la Comisión Europea ni con los principales indicadores publicados recientemente.
LAS ELECCIONES ALEMANAS 'DESVIRTÚAN' LA REALIDAD
De la misma manera -y procedentes principalmente de políticos alemanes-, las declaraciones vienen siendo de un poco creíble entusiasmo sobre el futuro de la economía europea. El que este año sea un año electoral en Alemania nos está jugando una mala pasada porque nos aleja de la realidad con comentarios claramente destinados a buscar el voto del electorado, que imposibilitan mirar de frente la cruda realidad y tomar las medidas de política económica que Europa necesita.
Francia se enfrenta a esta actitud centralista y ha llegado a reivindicar una política común más realista y a quejarse de que Alemania no es quien establece la directriz economía Europea.
ESTABILIZACIÓN
El enfrentamiento es evidente como lo es también la falta de decisión y la incoherencia.
De momento, las primas de riesgo parecen estabilizarse y al menos hemos dejado de estar pendientes del vaivén de las rentabilidades de los bonos periféricos, con subastas de deuda pública que han sido bien atendidas en los últimos meses.
Pero con los datos de crecimiento esperados, y lo que es aún peor con las cifras de desempleo que no dejan de subir no sólo en España sino en otros países europeos sin que hasta el momento hayamos oído ni una sola medida contundente para atajar esta terrible lacra, difícilmente podemos hablar de expectativas favorables de la economía europea.
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Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB
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