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VALENCIA (VP). Con sólo 31 años, el director de cine valenciano Freddy Mas Franqueza ha entrado por la puerta grande en el mundo del séptimo arte. Su primer largometraje, Amanecer de un sueño, está ‘apadrinada' por Wim Wenders, ha sido presentada en 21 festivales internacionales de cine de 18 países y ha recibido ya nueve galardones Y, lo más importante, cuenta con el respaldo de crítica y público. Sin embargo, no todo el camino ha sido fácil. Las dificultades para lograr financiación en España supusieron tres años de retrasos en un proyecto que llega el próximo viernes a las pantallas nacionales. Mas Franqueza pide una revisión de la normativa que rige sobre el cine en España, para lograr posicionar los productos nacionales de calidad frente a "la invasión" de cintas estadounidenses.

-Reunir en su primer largometraje a profesionales consagrados como Wim Wenders o Héctor Alterio es una inmejorable carta de presentación. ¿Cómo se fraguó el proyecto?

-Después de estudiar dos años de Imagen y Sonido en la Universidad CEU Cardenal Herrera, decidí posponer el tercero para irme a estudiar cine a Berlín, que era lo que más me interesaba. Presenté mi solicitud en la Escuela de Cine junto al cortometraje que pedían como parte del proceso de selección. Me dijeron que volviera con un proyecto de largometraje. Cuando volví por la tarde, el propio Wim Wenders estaba viendo mi corto, que pasaba hacia adelante y hacia atrás una y otra vez. Le presenté mi idea de largometraje, un pequeño esbozo: un niño abandonado por su madre que crece con su abuelo y, cuando este enferma, tiene que tomar la decisión de ayudarle o vivir su vida. Apenas un par de páginas con el planteamiento inicial. A Wenders le convenció. La directora de la escuela de cine me dijo que no iba a estar en ninguna clase, que iba a dedicarme únicamente a escribir el guión de la película bajo su supervisión y la de Wenders. Si en algún momento no les gustaba, me iría fuera. Si les gustaba, me ayudarían a producir la película. De esta manera, logré poder dedicarme profesionalmente a mi proyecto con el apoyo de dos de los mejores directores de Alemania. El proceso de escritura del guión me llevó un año y medio. En el caso de los actores, tenía claro los que quería y me lancé a conseguirlos. Afortunadamente, la respuesta fue muy positiva. En el caso del abuelo, Héctor Alterio, le entregué el guión y me dijo que me contestaría en cinco días. Me llamó a los dos días y me dijo que quería hacerlo, porque era lo mejor que había leído en mucho tiempo. En octubre de 2007 empezó el rodaje, que realizamos durante siete semanas en Valencia, Morella (Castellón) y Berlín.

-Entre la escritura del guión y el rodaje pasan casi tres años. ¿Por qué este retraso?

-El problema vino por la parte de la financiación, como es habitual. Logramos apoyo fácilmente en Alemania, pero en España el concepto cultural no es igual, se guían por otros parámetros. Nos costó tres años de trabajo encontrar financiación, lo que provocó la pérdida de algunos contratos en Alemania, con los que hubo que empezar de cero otra vez. Al final, logramos subvenciones en Alemania, España y también en Polonia, el apoyo de la Fundación contra el Alzheimer, de dos inversores privados, dos televisiones y de la Unión Europea. En España debería cambiar completamente el concepto y el respeto por la cultura. La mala imagen que en ciertos sectores del público tiene el cine español es sólo fruto del desconocimiento. Tenemos que estar orgullosos de lo que hacemos. La industria del cine genera trabajo y riqueza, tanto directamente como a través de empresas auxiliares -construcción, restauración, carpintería,...- y es importante apoyarla.

-¿Qué medidas o qué políticas considera que deberían adoptarse para lograr este objetivo?

-El Ministerio de Cultura y el Instituto de Cine deberían gestionar mejor los recursos para apoyar al cine como a cualquier otra industria nacional. Recibir o no las subvenciones es ahora una lotería. Se trata de aprovechar todo el potencial que ofrece una película, no sólo dentro, sino también fuera de España. Una película como Amanecer de un sueño, que se ha estado en festivales en 18 países, supone una oportunidad de promoción y publicidad del país y las ciudades que en ella aparecen -en este caso, Valencia, Morella y Berlín-. Se podrían analizar posibilidades de colaboración con las autoridades de turismo y comercio. Se trata de exportar. Lo importante es considerar la visión empresarial de la película. Con la misma inversión, pero cambiando el concepto y haciendo un proyecto empresarial, los retornos pueden ser muchos más y muy variados.

Otra de las medidas que beneficiarían al cine español sería un sistema de incentivos fiscales como el que existe en otros países, como Alemania. Allí si las empresas privadas invierten en cine tienen una desgravación muy alta y se está generando más actividad. En España, existe la obligación para las televisiones de invertir el 5% de sus beneficios en cine nacional. Habría que revisar este porcentaje.  

También habría que trabajar el nivel de proteccionismo del mercado español. Es increíble la cantidad de películas que llega constantemente sin un mínimo control y hay que proteger al producto español. Tendría que renegociarse la cuota de pantalla y las condiciones de exhibición de las películas procedentes de otros mercados, sobre todo en Estados Unidos, donde existe un gran control y exigencias. Tendríamos que luchar para reforzar nuestro poder de negociación y exigir los mismos niveles. Esto implicaría también a los empresarios de sala de cine, porque la mayoría de ellos sólo quiere hacer negocio y las películas norteamericanas pagan mejor. En Francia un 20% de lo recaudado por cada entrada de una película estadounidense se destina al Centro Nacional de Cinematografía para apoyar las películas del país.

Con este contexto, nos estamos perdiendo muchas películas producidas en diferentes países del mundo que ayudarían a cambiar la vida de mucha gente, pero que no nos llegarán nunca.

-Amanecer de un sueño se estrena el día viernes 24 en España, coincidiendo con los actor programados durante todo el mes por la Fundación Contra el Alzheimer. ¿Qué va a encontrar el espectador?

-La fecha del estreno en España se ha decido a propósito con la Fundación Contra el Alzheimer. La enfermedad forma parte de la película, que es para mí un homenaje a la figura de mi abuelo, pero es, sobre todo, una historia sobre los sentimientos, sobre la relación de amor con tus seres queridos y cómo va evolucionando en las diferentes etapas de la vida de una persona. Hay mucho de mí en la historia y ha tenido muy buena acogida. La película se ha presentado en 21 festivales internacionales de cine de 18 países y en todos ellos ha recibido el respaldo del público.

Ha sido la segunda película con más presencia en los festivales internaciones de ‘clase A' en 2008 y 2009. Muy pocos largometrajes tienen ese registro. Se ha vendido a Estados Unidos -donde hay también un acuerdo con la cadena Blockbuster para su lanzamiento en formato DVD, en el mercado norteamericano, Canadá y Puerto Rico-, Polonia, Corea del Sur y China y se está gestionando ahora la distribución en Alemania. No me esperaba una acogida y unos resultados tan buenos y espero que también en España funcione muy bien.