X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA
una estrategia cultural de 'bajo coste'

A solas o en tripartito, el diseño de la política cultural de la 'izquierda' todavía se halla en su fase más embrionaria

JAVIER CAVANILLES. 02/02/2013 La oposición de izquierdas al Gobierno del Partido Popular en la Generalitat coincide en lo fundamental a la hora de abordar el futuro de la política cultural en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, de momento solo son buenas palabras, algún tópico, subvenciones y 'precios bajos'

VALENCIA. No se sabe si "sólo" o "todavía", pero faltan unos dos años para que en la Comunidad Valenciana vuelva a haber elecciones. Y la posibilidad de que la izquierda recupere la Generalitat formando coalición está sobre la mesa. Es un escenario que hasta el secretario general del PSPV Ximo Puig reconoció como posible en una entrevista para valenciaplaza.com. Pese a las diferencias programáticas entre los distintos partidos, la política cultural no será un problema: con matices, los puntos de vista son muy similares.

Este diario ha solicitado a Juan Soto (PSPV-PSOE), José Luis Pañella (Compromis) y José Luís Torró (Esquerra Unida) -portavoces de Cultura en las Cortes de sus respectivas formaciones- su diagnóstico sobre la actual situación y su modelo para salir de la crisis. Todos coinciden en que esta materia debe ser prioritaria, "una de las bases para construir una sociedad más democrática", y rechazan la política de "grandes fastos" de la Generalitat. La idea que quieren transmitir es que hay que "devolverla a la calle, a través de las escuelas, las bibliotecas, el asociacionismo o las entidades  Lluís Torró (Esquerra Unida)profesionales".

Para las tres formaciones, el ‘coco' es CultuArts, el organismo que dirigirá el exdirector general de Calidad Educativa Manuel Tomás. Juan Soto no duda en calificarlo de "un búnker para defenderse de la cultura, un máquina de generar despidos". Pañella lo ve como la prueba más evidente de la gestión cultura del PP "basada en el escaparte y los grandes gastos", y no le augura ningún futuro a un organismo que "ha nacido a espaldas de los sectores profesionales, ya que están enfrentados con todos".

Torró destaca que "como idea, es muy mala: desanda un camino que ya estaba andando y junta en un mismo organismo desde la restauración a las artes escénicas, cuando el modelo de entidades independientes funciona".

José Luis Pañella (Compromis)En definitiva, la fórmula que todos defienden es mantener el modelo anterior, en el que cada ámbito cultural dependía de un organismo independiente.

Pero más allá de CulturArts, el socialista Juan Soto defiende recuperar las subvenciones a la cultura de base y que el precio de otras actividades (incluso en instituciones públicas) se ajuste más al del mercado. Incluso cita el ejemplo de Italia, donde una entrada para un concierto puede costar 200 euros, pero se reservan butacas a precios simbólicos para ciertos colectivos (estudiantes, jubilados...). Es decir, que el dinero público no financie una ópera a precios bajos, sino que la recaudación sirva para cubrir los costes e incluso abrir las puertas a los aficionados con menos recursos.

Sus hipotéticos socios de un futuro gobierno coinciden plenamente. Pañella, por ejemplo, tiene claro que lo que sobra son los "contenedores culturales" y lo quJuan Soto (PSPV-PSOE)e falta es programación a largo plazo, con costes moderados, que puedan financiarse total o parcialmente con la venta de entradas. "Hay que recuperar actividades como Sagunt a Escena, mucho más rentables a nivel cultural y sobre todo menos caras". La rentabilidad ‘cultural' (sin olvidar la económica) es un aspecto en el que también incide Torró. "No sólo hay que hablar de dinero", precisa el representante de EU.

Sector privado

Por lo que respecta al sector privado, el discurso es claro: "La Administración se encarga de fomentar la cultura y apoyar la base y a los sectores emergentes, y el sector privado se nutre de ciudadanos que valoran la cultura y se encarga de las propuestas ‘comerciales'" (un término que no es peyorativo ni muerde). Parece que la entrevista en este diario al empresario Enrique Fayos (gestor del Teatro Olympia y, ahora, el Talia) no ha caído en saco roto.

En un breve lapso de tiempo, dos teatros públicos han caído en manos de inversores privados, una fórmula en la que hay matices. No es lo mismo El Musical, que ha apostado por el valenciano, gestionado por una empresa madrileña (José Luis Moreno), que el Talía, gestionado por una firma valenciana cuya apuesta por la calidad nadie cuestiona. De este ejemplo todos extraen conclusiones similares.

El PSPV es el partido que más cómodo se siente con esta fórmula para reducir el gasto público. "Los empresarios son los que arriesgan su dinero y más en la actual coyuntura", recuerda Soto. Torró, por su parte, añade un matiz importante: "Es distinto el caso de Valencia ciudad (con varias empresas privadas) que Villena, dónde el único teatro -el Chapí- es público. En ese contexto sí se entiende que la Administración diversifique más la oferta y ocupe el lugar del sector privado", señala. Aún así, EU es el más reacio a recurrir a la cesión de espacios públicos a las empresas.

Las fórmulas para un ‘entente' entre lo público y la privado van más allá: diálogo. Más allá de la cuestión del aumento del IVA -competencia del del Gobierno central-lo cierto es que el Consell no atraviesa por su mejor etapa de relaciones con el mundo de la cultura. Esta es una baza que las tres formaciones quieren jugar.

Por eso, "tender puentes" figura en la propuesta de los tres integrantes de ese hipotético tripartito. Bueno, y en todos los programas electorales que en el mundo son. Los gestores, digan lo que digan, acabará saliendo de sus filas, pero aquí el mensaje es en positivo: el Consell Valencià de Cultura, tantas veces criticado, no se cuestiona.

Habrá que ver si, como dicen, dejará de ser ese cementerio de elefantes que a veces parece y se convertirá en un órgano en el que baste con cambiar el procedimiento de elección de sus miembros para sentar a representantes de todos los sectores de la cultura. Lógicamente, Compromis y Esquerra Unida son los más críticos con sus funcionamiento, pero asumen como necesaria su función.

Hablar de gestión

Motivos para ser escépticos siempre hay tratándose de política, pero un discurso en esta línea -institucional y en positivo-, apelando a un organismo que cumpla "de verdad" la misión con la que se creó no genera tensiones. Una estrategia ideal para dar una imagen centrada y moderada de una coalición que "purgará" la Administración de responsables nombrados por el PP. Juan Soto incluso propone ir más lejos y consensuar con todos los sectores implicados un plan estratégico cultural, una idea que -recueda- propuso la exconsellera Lola Johnson y que jamás se aplicó.

El gran problema al que deberán enfrentarse son los ‘grandes contenedores' culturales como la Ciudad de la Luz o el Palau de les Arts, cuyos gastos son una pesada losa sobre el presupuesto cultural. Para los estudios cinematográficos nadie tiene una solución clara. Más salida se ve al Reina Sofía. Pañella considera que, aunque "la cuestión de los gastos fijos tiene difícil arreglo", sí se podría intentar aumentar la recaudación abriendo las puertas a una mayor variedad de espectáculos (más cantidad aunque estén pocos días en cartel), y que pueda ser utilizada por colectivos ciudadanos mediante una política de alquileres a bajo costo.

Por lo que respecta a la gestión del gasto cultural se notan las tablas. ¿La crisis obliga a apretarse el cinturón? Sin duda, pero también es cuestión de prioridades. Es cuestión de cómo se configura el presupuesto desde la Generalitat. "Una cantidad determinada puede acabar en la Ciudad de las Lenguas de Castellón o en las bandas de música, es cuestión de asignarlo", apunta Pañella.

Pero para institucional, el discurso sobre el valenciano. Aunque ha habido guiños a los sectores secesionistas, lo cierto es que la Academia Valènciana de la Llengua está por la unidad. El PSPV la apoya desde su creación, pero Compromis y Esquerra Unida -que han sido más críticos- no parece que tengan intención de abrir esa caja de Pandora para no dar alas a la polémica sobre el ‘catalanismo'.

Torró (EU) va un poco más allá al pedir mayor coordinación con instituciones similares de Cataluña o Baleares, pero los tres inciden que irán más por la vía de potenciar el valenciano en las escuelas, apoyar su uso en la vida cotidiana, promoción de la oferta cultural en el idioma de Ausiàs March y nada de polémicas identitarias.

¿Tiene recetas el tripartito para redefinir la realidad cultural de la Comunidad Valenciana? Los discursos son convergentes. Para ver si funcionan, habrá que esperar a que haya unas elecciones y las pierda el PP o las gane la oposición. A día de hoy, cabe imaginarse que será más importante en el resultado la realidad económica que cualquier otra consideración, pero un discurso moderado, institucional e incluyente puede ayudar a la hora de seducir a un votante menos apegado a las siglas que a los programas y ahorrase el problema de los debates estériles. Lo que está claro es que si hay un tripartito, la cultura será más un lugar de encuentro que de polémica.

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad
publicidad