-¿Le queda gasolina al Ibex 35 para seguir subiendo a corto plazo tras la revalorización que lleva este mes?
-El Ibex 35 ya se encuentra muy cerca de los máximos alcanzados durante el mes pasado (10.953 puntos), una zona que se corresponde con los 2.850 puntos del Eurostoxx y los 1.130 puntos del S&P 500. Considero estos niveles muy relevantes, ya que caso de superarlos al alza la tendencia a medio plazo podría motivar el salto de 'stop-loss' de posiciones corta, así como una nueva entrada de dinero en renta variable para aprovechar nuevos tramos al alza de cara al último trimestre del año. De romper los índices estos niveles de resistencia, la estructura técnica de medio plazo se tornaría alcista, fijando el siguiente objetivo para el Ibex en los 11.500 puntos. Sin embargo, desde el punto de vista fundamental creemos que el mercado adolece de motivos para superar estos niveles de resistencia.
-¿Y a qué debemos prestar especial atención para ver hacia dónde se dirige el mercado?
-Por un lado, ya conocemos los nuevos términos de Basilea III que tendrán que cumplir los bancos de aquí a 2019; por otro lado, tendremos que esperar a entrar en octubre para empezar a conocer la publicación de resultados de las empresas en el tercer trimestre. Y, ante esto, parece que el mercado queda a la espera de ir conociendo las publicaciones de los datos macro para poder medir la velocidad de la recuperación económica.
-¿Qué se espera desde Interdin Bolsa sobre los resultados empresariales del tercer trimestre?
-Pues la verdad es que no esperamos ninguna sorpresa destacadamente positiva a nivel global aunque por su puesto pueden producirse individualmente. En general, las empresas se han mostrado muy cautelosas en la publicación de resultados del segundo trimestre, anunciando sus guías y previsiones para el final del presente ejercicio y también para el próximo.
-¿Y por qué se muestran cautelosas?
-Ni más ni menos que por la incierta evolución de la economía. Con este entorno hay muy pocos que se atreven a ser abiertamente positivos. Y es que las políticas de optimización de estructuras y de eficiencia, que desde hace dos o tres años emprendieron las empresas, han permitido que éstas se hayan situado, en general, en una posición muy favorable de cara a una deseable recuperación económica en el futuro. Pero lo cierto es que si ésta no se produce pronto, será complicado seguir subiendo beneficios sistemáticamente sólo a costa de reducir costes indefinidamente. Hasta ahora los resultados han podido mostrar un aspecto mejor de lo que correspondería en realidad a la situación económica, pero a partir de ahora esto va a ser muy diferente. Lo que sí que va a seguir siendo positivo, sobre todo para las valoraciones de empresas, es que los tipos de interés van a continuar tranquilos por un tiempo relativamente largo.
-Por cierto, ¿qué valores nutren su cartera bursátil a día de hoy?
-Vemos que a pesar de la subida de la bolsa durante el último mes, hay muchos valores que todavía se encuentran en niveles de valoración muy bajos, por lo que invitan a pensar en la posibilidad de tomar posiciones en ellos. Sin embargo, teniendo en cuenta que las perspectivas de crecimiento económico a corto y medio plazo no son muy positivas, preferimos centrarnos en valores con un cierto perfil más defensivo. Por ejemplo, de la bolsa española nos gustan Telefónica, Abertis, Repsol y Gas Natural, mientras que siendo algo más agresivos nos decantamos por Gamesa, OHL y Ferrovial. Fuera de nuestras fronteras podríamos plantearnos France Telecom, Vivendi, Total, Carrefour, Siemens, K+S, Volkswagen y Philips Electronics.
-¿Realmente los españoles aprenderemos de la crisis que todavía estamos sufriendo o se repetirá la historia?
-Lo primero que tengo que decir es que la actual crisis no puede decirse que haya sido un fenómeno producido exclusivamente en España, ni siquiera que desde aquí haya partido. Lo segundo es que a lo largo de la historia se han producido diferentes crisis económicas que, lamentablemente, de forma periódica se han repetido y que han afectado a buena parte de la población mundial. Por tanto, los españoles no tenemos la 'exclusiva' de repetir crisis y de no aprender de ellas. Este es un problema general de toda la humanidad.
-Está claro, pero España está sufriendo de lo lindo...
-Es cierto que en España tenemos una serie de problemas estructurales que se pueden calificar así porque la clase dirigente política ha sido incapaz -o no ha querido cambiar-, como la elevada sobredimensión del sector público. En un país del tamaño de España tener 17 autonomías, con 17 gobiernos, 17 cámaras de representantes, 17 legislaciones y todo lo que ello comporta, es un lujo que no nos podemos permitir. Y, desde luego, no veo una solución a corto plazo de este problema, ya que a la clase política ni de cerca se le va a ocurrir abordar esta situación. Por otro lado, en España ha caído el nivel de formación de la población de una manera lamentable y evidente. Basta con echar un vistazo a los resultados algunas de las encuestas que estudian el nivel formativo de nuestros jóvenes. El resultado es que la productividad también ha caído de forma alarmante. Cuando se ha dispuesto de un modelo basado en el sector de la construcción, donde no se requería un nivel de formación 'especial' para desarrollar los diferentes trabajos -y en los que se ganaba un sueldo muy por encima de la calificación requirida-, se ha podido ir tirando. En el momento en que ese modelo ha sido literalmente borrado, el problema surge. Hay una falta evidente de trabajadores capacitados para atender ciertos puestos, pero faltan médicos, ingenieros, informáticos... y sobran 'trabajadores manuales'.
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