MADRID. Ayer hubieron tres factores importantes a comentar en el desarrollo de la jornada bursátil. Por un lado, los datos de la balanza comercial china.
En otro contexto, con unas bolsas menos sobrecompradas, los excelentes datos de exportaciones e importaciones chinos publicados durante la madrugada europea hubieran encontrado una respuesta mucho más alcistas en las bolsas.
A continuación, la subasta de deuda española, que se completó de forma sobresaliente y fue la mejor en mucho tiempo. De no haber sido por la sobrecapitalización que ostenta el Tesoro -después de que durante las últimas semanas del año pasado se emitiese deuda por cerca del 15% de los vencimientos de 2013-, en la subasta de ayer se hubieran colocado muchos más de 800 millones por encima del máximo previsto (5.000 millones).
La bajada de rentabilidad y alta demanda situó la rentabilidad del bono española a 10 años por debajo del 5% por primera vez en 10 meses.
'EFECTO DRAGHI'
La prima de riesgo mejoró incluso más debido a la subida de la rentabilidad del bono alemán (bund) tras las palabras de Draghi, que sin duda fue el principal asunto del día.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del BCE del pasado mes de diciembre, Draghi dio a entender a los mercados que era posible contemplar una bajada de tipos próxima. Y no sólo no fue así, sino que, teniendo en cuenta que la decisión de ayer de mantener los tipos se tomó por unanimidad, esta posibilidad se reduce mucho.
Entre las reuniones de diciembre y enero media, una fuerte subida de las bolsas y una apreciable mejora de la deuda periférica, frente a un claro enfriamiento de la economía europea -especialmente, de la alemana, que es la que más se desvía de su ritmo medio de los últimos trimestres-, y una inflación que en breve se situará por debajo del nivel de vigilancia del BCE (2%).
CONTINUIDAD EN LAS FACILIDADES DE FINANCIACIÓN
La parte más positiva de la comparecencia de Draghi estribó en la confirmación de la continuidad de las facilidades de financiación. De esta forma, es posible que el BCE alcanzara su techo en cuanto a políticas expansivas el pasado mes de septiembre, cuando presentó el OMT. De la misma forma en que la FED alcanzó el suyo tras la aprobación del QE4 en diciembre, a tenor de las últimas actas de la institución.
Si los mercados siguen mostrando una calma razonable -la que muestran ahora es excesiva- podría no ser necesaria la activación del programa OMT, cuyo anuncio fue el precursor de esta fase risk-on del mercado.
AGOTAMIENTO BURSÁTIL
En realidad, el punto de inflexión tuvo lugar un mes y medio antes, cuando el anuncio empezó a descontarse.
La respuesta del mercado a la comparecencia de Draghi fue dispar. El euro, lastrado en las últimas jornadas por el repunte del dólar, subió con fuerza en todos los cruces.
Por su parte, el Euribor, que era el índice que con más decisión tenía descontada una bajada de tipos próxima -al cotizar muy por debajo de los tipos de interés nominal-, también subió, mientras bajó la rentabilidad de la deuda periférica y se elevó la de la deuda core.
Las bolsas evolucionaron de más a menos mostrando un agotamiento que no tardará en convertirse en corrección. La temporada de presentación de resultados empresariales recién estrenada se convierte ahora en el principal catalizador a corto plazo.
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Daniel Pingarrón es estratega de Mercados de IG Markets
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