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la semana de la moda se ahoga sin financiación

La Valencia Fashion Week entra en peligro de extinción

JAVIER CAVANILLES. 12/01/2013 Alex Vidal reconoce que la XIV Valencia Fashion Week podría ser la última que se celebre. Apenas falta un mes para que la XIV edición abra sus puertas y todavía no se ha firmado con la Generalitat el acuerdo para 2013

VALENBCIA. La semana de la moda, la Valencia Fashion Week, vuelve a sus orígenes. Dice adiós al Ágora -sede de las últimas ediciones- y vuelve a el claustro del Carmen, donde nació como Semana de la Moda. Pero el regreso podría ser por poco tiempo. El diseñador Alex Vidal, director ejecutivo del acontecimiento, se muestra optimista, pero solo es capaz de decir que la siguiente entrega (en septiembre) "en principio" se celebrará. Más, no se moja. Apenas falta un mes para que la XIV edición abra sus puertas -será del 6 al 9 de febrero- y todavía no se ha firmado con la Generalitat el acuerdo para 2013. El diseñador valenciano no oculta que planea sobre el evento la "amenaza de extinción".

En principio, la presente edición tendrá un presupuesto de 256.000 euros. Pero la realidad es que aún no hay ni un euro y que las cuentas reales apuntan a una deuda de cerca de 700.000 euros correspondientes al ejercicio anterior y la mitad de 2011. El problema no es que la VFW haya visto reducida su asignación, sino que la deuda está ahogando al propio sector. Más que a los organizadores del evento a quien se debe dinero es a los proveedores. En otras palabras, el acontecimiento que debería haber puesto la moda valenciana en boca de todos está a punto de hundir el sector.

Es cierto que Vidal como responsable del evento ha sido muy cuestionado, hasta el punto que los diseñadores valencianos están divididos en dos. Por un lado, un grupo le apoya ciegamente (fue reelegido en 2011 como responsable del evento con un 94% de los votos). Por otro, los agrupados en Dimova, cuya presidenta es Dolores Cortés. Son dos formas de entender cómo promocionar la moda valenciana, pero una cosa tienen en común: Dimova tampoco está cobrando y vive de las cuotas de más de 30 afiliados.

El problema presupuestario es uno, y gordo, ¿pero es el único? La crítica más extendida a la VFW es que es un modelo propio de la ‘era Camps', es decir boato, coentor, y nulo contenido. Vidal llegó al cargo designado por el expresidente, algo que hoy y aquí es sinónimo de la expresión ‘te ha mirado un tuerto'. Él defiende su gestión y -aunque reconoce que algunos objetivos no se han cumplido- considera que se ha hecho mucho. "Incluso con los errores que haya podido cometer, peor hubiera sido no hacer nada".

La herencia

"Durante estos años ha sido una plataforma que permitido crecer al sector", dice. "en 1995, cuando me hice cargo del evento, en Valencia había dos diseñadores conocidos: uno era Francis Montesinos [hoy en Dimova] y yo. De aquí han salido desde periodistas especializados a fotógrafos, hemos llegado a las escuelas de diseño de la Comunidad dónde incluso hay una asignatura sobre la VFW, han desfilados por primera vez modelos que ahora son referencia nacional y algunos incluso fuera".

Es cierto que, por ejemplo, Juan Vidal se coronó aquí (aunque ya se había dado a conocer en Barcelona). Tampoco se puede negar que si Adrián Salvador forma parte hoy de la firma J. Mendel es gracias a que tuvo una plataforma para darse a conocer en la VFW. Ahora, el exdiseñador de Siempreviva viste a la mismísima Michelle Obama. Palabras mayores. Pepe Botella o Amparo Chordá también participarán este año (no será por nombres consagrados).

Sin embargo, de ahí a decir que Valencia es después de Madrid (y por delante de Barcelona) la segunda mejor pasarela de España hay un trecho. La prensa nacional e internacional -salvo los que han acudido a mesa y a mantel- apenas tienen constancia del acontecimiento. La industria, ni ha estado ni se le espera. La idea era atraer a la burguesía valenciana, tan naranjera hoy como en tiempos de Blasco Ibáñez, y así les ha ido.

"La ausencia de la industria", apunta Vidal, "es lógica en una pasarela enfocada más al diseño, el 90% de los grandes diseñadores no tiene un industria detrás, tiene un nombre y se dedica a gestionarlo. A veces es en forma de colección, pero también puede dar nombre a un perfume. ¿Alguién ha visto un desfile de Inditex?", responde.

Otra de las críticas es sobre el modelo. La época en la que las grandes empresas (Zara, Mango...) renuevan sus oferta casi cada semana, y dependen más de los ojeadores que de los diseñadores, mantener la estructura de las ‘temporadas' resulta muy siglo XX. "El pronto moda no es nada nuevo", apunta Vidal, "y esas empresas viven de lo que hacen otros diseñadores, solo que copian directamente de la pasarela y tienen capacidad para llegar a la calle en pocos días, pero al final -y aunque no le paguen por su trabajo- siempre dependen de un diseñador".

Sobre la gestión económica del evento, de Vidal y sus colaboradores lo menos malo que se puede decir es que era la típica de no hace tanto tiempo: amiguismo, oscurantismo y poco más. Pero las críticas de la prensa le hicieron reaccionar a tiempo. En todo caso, comparado con los monumentos a la contabilidad creativa que han sido Ciegsa, la Fórmula 1, el 'ovnipuerto' de Castelló y un largo etecétera, la cuestión apenas merece un párrafo. Algunas de las decisiones más cuestionadas -como recalar en el Ágora, un lugar caro para los montajes- ni siquiera fueron idea suya, aunque cumplió con las órdenes recibidas.

Dimova, la historia se repite

A diferencia de la VFW, en Dimova (la Asociación de Diseñadores de Moda Valencianos) no se ha malgastado ni un euro. En concreto porque esa es la cantidad que han recibido de la Administración, que aún los adeuda los 256.000 euros de 2011. La entidad que preside Dolores Cortés ha conseguido reunir a los nombres más conocidos del panorama local (Anibal Laguna, Carlos Haro, Elisma, Palomino, Ramón Gurillo...) y su objetivo parece más realista: buscar compradores.

Dolores Cortés

Según explica Miquel Suay, su vicepresidente, "sabemos que la situación es mala y no va a cambiar a corto plazo, así que no nos vamos a quedar aquí a esperar sino que queremos salir fuera a darnos a conocer, buscar clientes en los mercados emergentes o en las ya consolidados y vender". Su primera acción, el año pasado, fue una presentación en París de la mano del fotógrafo Samuel Drira (colaborador de Louis Vuitton) donde lograron atraer cierta atención. No dice dónde, pero pronto revelarán sus próximas paradas, pero "sin ayudas va a ser muy difícil".

Suay explica que en Dimova tienen clara la situación: sin ayudas y con las ventas en caída libre, "hay que buscar los mercados fuera". Aguantar el tirón mientras llegan tiempos mejores. Enfrentarse al corto plazo para poder pensar en el largo, apostar por los jóvenes con iniciativas como el Open Crea una mentalidad empresarial con visos de llegar a algo.

En todo caso, Suay es sincero al reconocer que "no es bueno que existan dos asociaciones, aunque hay distintos puntos de vista. La unión hace la fuerza, como demostró Castellón con el azulejo o Elda y Novelda con el calzado". Un llamamiento a tener en cuenta ya que algunos diseñadores son miembros de ambas entidades.
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(Nota: todas las fotos de la semana de la moda son de la XIII edición (septiembre 2012)

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