MADRID. He provocado el enfado de muchos de aquellos que elaboran las políticas económicas por mi insistencia de que todas las políticas macroeconómicas actuales son erróneas.
Las políticas de alargar y disimular han alcanzado nuevos extremos, ya que el rendimiento de los miembros del Club Med está cayendo y los dirigentes están demasiado ocupados felicitándose a sí mismos. Mientras tanto, el desempleo juvenil en varios países de Europa supera al de la Franja de Gaza.
El precio del dinero es lo que permite que los negocios y los inversores calculen qué costes de financiación están justificados y cuál es el valor de las posibles ganancias.
Ahora, con una manipulación de mano dura de toda la curva de rendimiento y la implementación de política macroeconómica implícita cuando surja el último aliento de riesgo sistémico, todo el mundo cree que la baja volatilidad es el nuevo fantasma.
CALMA ANTES DE LA TORMENTA
Tras 30 años en el mercado, creo que las volatilidades de baja implicación son 'la calma antes de la tormenta'.
Actualmente el precio de la volatilidad potencial está infravalorado y seguramente estemos conservando energía antes de que ocurra algún tipo de explosión. La eliminación del riesgo de cola sistémico no significa que tengamos una solución sostenible, sino que continúa fomentando la falta de responsabilidad y es una señal de que el 'modelo de negocios' propuesto está fallando.
POSTURAS ORTODOXAS
Por eso continúo argumentando que necesitamos una crisis verdadera que demuestre que las creencias macroeconómicas actuales son erróneas y nos permita derribar las posturas ortodoxas. Esta es la única forma en que resolveremos los temas pendientes y encontraremos un mandato para generar un cambio real.
Los bancos del Club Med están ocupados comprando sus bonos públicos locales, dado que consideran que las elecciones en Alemania en septiembre les ofrecen un 'pasaje seguro' desde ahora hasta entonces. Mientras tanto, los ciudadanos de estos países continúan retirando el dinero de sus propios países. No es un mensaje demasiado coherente.
Tal vez veamos mayores tensiones sociales y un mayor radicalismo en Europa cuando los jóvenes desempleados luchen con los mayores que tienen empleo y el sector privado le diga al sector público que ya es suficiente. Y lo que más me preocupa es un movimiento importante hacia los extremos políticos. La historia nos ha demostrado que así evolucionan las cosas.
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Steen Jakobsen es economista jefe de Saxo Bank
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