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entrevista con alberto san juan

El Animalario, se cierra el telón

JAVIER CAVANILLES. 01/12/2012

El polémico actor Alberto San Juan anuncia que la compañía hará "un parón temporal" debido a la crisis ante la imposibilidad de sostener el proyecto

VALENCIA. El Montaplatos, la adaptación de la obra de Harold Pinter 'The drumb waiter' (algo así como ‘El camarero tonto'), podría ser la última obra de El Animalario, una de las compañías de teatro privadas españolas más galardonas en los últimos años. Así lo explicó el actor, escritor y cofundador Alberto San Juan a ValenciaPlaza.com, quién añadió que los socios (entre los que figuran el no menos polémico Willy Toledo o Nathalie Poza) tienen pendientes una próxima reunión en la que se plantearán la suspensión temporal -como mínimo- de sus actividades.

Pese al rechazo que provoca en algunos San Juan, en las distancias cortas se muestra simpático, habla pausadamente, y no hace honor a esa etiqueta de radical que algunos le han colgado. En la entrevista, ni siquiera lanza sus dardos específicamente contra ningún partido, aunque no oculta sus simpatías con la izquierda. Eso sí, tampoco nombra a ninguna formación pese a que es pública su sintonía con Izquierda Unida.

Como actor sabe bien lo que es la crisis. Acaba de concluir la grabación de El Amor no es la que era y tiene pendiente de estrenar una comedia sobre las crisis de personalidad de ocho cuarentones titulada Una pistola en cada mano y dirigida por de Cesc Gay. De momento, nada más a la vista. Sin embargo, no cree que la crisis por la que atraviesa el cine o el teatro sea más importante o de distinta naturaleza que la que sufre el resto de profesiones. "En el caso de las artes escénicas la situación es muy negra, y exige un cambio profundo, pero eso se puede decir de todo en general. En nuestro caso, la subida del IVA ha tenido un efecto terrible, pero no hemos sido los únicos afectados, muchos están igual... y algunos peor".

Pero los nubarrones que se ciernen sobre el cine español no son solo de índole económico, también está la eterna crítica sobre la falta de calidad. "Eso de es malísimo es una apreciación subjetiva, pero dudo que sea cierta". Según él, la cinematografía española no es ni mejor ni peor que la del resto de países. "Hacer buen cine siempre es difícil pero estoy seguro de que hacemos el mismo porcentaje de películas buenas y malas que EEUU", explica a modo de ejemplo, "con la diferencia de que allí se hacen muchas más películas, así que hay más que son buenas y más que son malas".

Si no hay diferencia, ¿entonces por qué tanta gente piensa lo contrario? San Juan no da nombres, pero alude a una especie de mano negra. "Nunca he visto en ninguna otra disciplina artística nada que se parezca al ataque desmesurado desde los medios de comunicación contra el cine español", dice. "Creo que todo eso va más allá de la crítica objetiva del trabajo".

El futuro del Animalario

Aunque a San Juan se le conoce sobre todo por su faceta de actor y como miembro de Animalario, poca gente sabe que está detrás de algunos de los textos más conocidos que ha interpretado la compañía. Fue el autor de la obra que dio nombre al proyecto (1996) y de El fin de los sueños (1997), la primera obra de la entidad con ese nombre (tras fusionarse Riesgo y Ración de Oreja). En total, quince años de historia, más de 16 obras y otros tantos premios Max. Sin embargo, el futuro no está nada claro: la crisis ha entrado en escena.

La Infanta Elena y Jaime de Marichalar no se separaron, fue un ‘cese temporal de la convivencia'. Alberto San Juan no dice que vayan a echar el telón, pero reconoce que "ahora mismo vamos a parar la actividad empresarial durante algún tiempo". El objetivo es replantearse todo el proyecto para partir de cero "y buscar alguna forma de seguir sin ser esclavos de los bancos, de las deudas y otros problemas económicos".

Hacer teatro en España se está convirtiendo en un negocio de alto riesgo. De la entrada -y cada vez hay menos gente que pueda pagarla- el 21% se va a pagar el IVA, el 10% se lo quedan las hermanas de la caridad de la SGAE, y hay que descontar algo más de la venta de entradas (un pequeña parte se la llevan los intermediarios). De lo que queda, hasta el 50% se lo lleva el local (si es privado). Conclusión: al empresario solo le llega uno de cada tres euros.

Mientras lo explica, no pone cara de ‘mira que mal estamos' sino de ‘estamos igual de mal que el resto'. Ahora las giras son cada vez más cortas lo que impide que el boca oreja pueda servir para aumentar las ventas. Solo el precio del alojamiento de los miembros los días que no hay función puede ser la diferencia entre número negros o rojos. "Hacer una obra puede suponer pagar 15 sueldos, que es mucho dinero, más la estancia y todo eso. Súmale cuando tardan en pagarte, abonar el IVA de facturas que aún no has cobrado...".

Para algunos, el cálculo tiene trampa: no incluye las subvenciones. Al preguntar por ellas es el único momento en el que se pone un poco más tenso, aunque tampoco mucho. "El teatro o el cine no reciben más que otros sectores, no tienen más ayudas que los medios de comunicación y, ni de lejos, lo que le hemos dado a los bancos", precisa por si a alguien se le ha olvidado.

Los actores van en el mismo barco que el resto de la sociedad y las soluciones -desde su punto de vista- tienen que ser las mismas para todos. "El mundo tiene que cambiar, y el teatro o el cine también. O salimos de esta a través de la solidaridad, la cooperación y el reparto equitativo de la riqueza o no salimos", sentencia.

La cuestión es si él predica con el ejemplo. "El Animalario es una empresa porque tiene que serlo parar poder contratar y funcionar, pero el objetivo nunca ha sido ganar dinero sino mantenernos", dice. Según él, en quince años sólo una vez hubo un reparto de beneficios entre los socios "y por el mismo importe que habíamos invertido y perdido antes. Todo lo que hemos ganado lo hemos reinvertido haciendo teatro".

¿Los de las ceja?

En Estados Unidos, durante las pasadas elecciones presidenciales, actores como George Clooney o Clint Eastwood apoyaron activamente al candidato con el que más se identificaban y nadie les pasó factura. En España, parece que posicionarse públicamente sí lo hace. "A mi me parece que cualquier ciudadano tiene derecho a expresarse como quiera, y en estos momentos considero que es casi una obligación tomar parte en el debate político", dice. ¿Por qué, entonces, sólo lo hacen los de izquierdas? El protagonista de Mientras duermes discrepa: "No hacer nada, quedarse de brazos cruzados en casa es una postura política, pero de aceptación". Y no mira a nadie.

A favor de él hay que decir que no se oculta. En las pasadas elecciones participó, junto a otros rostros conocidos como Almudena Grandes o Carlos Bardem, en una serie de seis vídeos para pedir el voto a favor de Izquierda Unida y en defensa del Estado de Bienestar. Según él, dedicarse a la cultura suele ser sinónimo de militancia izquierdista.

"En general", asegura, "la gente que se dedica al ámbito de la cultura suele ser más de izquierdas, y lo es por la propia naturaleza de su trabajo que consiste en pensar cómo vivimos y denunciar lo que no nos gusta". Desde su punto de vista, "el ser humano es más de derechas que de izquierdas, más solidario que insolidario, pero llevamos mucho tiempo viviendo en una sociedad de derechas, aunque parece que últimamente la gente está despertando".

Eso sí, reconoce que su activismo no le ha hecho pagar ninguna factura. "Aparte de algunos insultos y amenazas en Internet, no me ha afectado. No me consta, por ejemplo, que hayan dejado de llamarme por eso o que en algún sitio hayan dejado de programar al Animalario por nuestras ideas", concluye.

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1 comentario

Myriam Espada Guillorme escribió
09/12/2012 22:41

Me da mucha pena que tengáis que hacer este paron. Me consta que Guillermo Toledo si ha pagado un alto precio por su activismo político que por otra parte no deja de ser una cuestión de civismo o de simple humanidad. Animo chicos, aunque no os sirva de mucho, tenéis todo mi apoyo.

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