VALENCIA. "Que Belén Esteban triunfe o que nuestro fracaso escolar sea de un 25% debería hacernos reflexionar qué entendemos por cultura", manifiesta Álex Rovira (Barcelona, 1969) autor de best seller de éxito mundial (más de cinco millones de copias vendidas de sus diferentes títulos), economista, profesor en ESADE y conferenciante internacional.
Desde su visión, esta crisis es una estafa, en mayúsculas. "Los que la propiciaron no están ni siendo juzgados ni en la cárcel, que es donde deberían estar para pensar un ratito, disculparse y redimirse". Estuvo en Valencia participando en el Fórum de Excelencia y Liderazgo Empresarial y Personal celebrado en el Espai La Rambleta. Reivindica la utopía porque cree que "hoy, más que nunca, son necesarios los idealistas prácticos, los que pisan el suelo, pero anhelan las estrellas".
-Recientemente habló de la economía de las carencias sugiriendo que no sirven el acoso moral, la presión, ni la humillación para ser productivos, ¿no le parece de sentido común?
-Sí, pero habitualmente el ser humano se cansa y necesita que le recuerden constantemente lo obvio.
-Siguiendo con la economía de caricias para crecer, ¿es posible en una sociedad como la española? ¿a qué se resisten los españoles y más en crisis?
-Yo no propongo la economía de caricias para crecer. Digo que es un modelo útil y humano para tratar a las personas. Y sí, claro que es posible en la sociedad española y en cualquier sociedad cuyo propósito fundamental sea cultivar buenas personas, buenos profesionales y buenos ciudadanos. Respecto a qué se resisten más los españoles, no lo sé y no me atrevo a generalizar. Sería temerario. Deberíamos preguntarle a cada uno. Pero que Belén Esteban triunfe o que nuestro fracaso escolar sea de un 25% debería hacernos reflexionar qué entendemos por cultura.
-¿Leer su libro la buena crisis posibilita, actualmente, a cualquiera a salir de ella?
-Por supuesto que no. Ningún libro es una llave ni un atajo. Es una invitación a la reflexión. La acción queda en manos, literalmente, de cada uno.
-¿Qué son para usted las frases positivas? Porque tiene muchas... ¿la que más le impacta actualmente?
-Más que frases positivas, me gustan los aforismos provocadores e inspiradores. Especialmente me parece profunda y valiosa la obra del Dr. Víctor Frankl, superviviente de Auswitch. Entre ellas me quedaría con la siguiente: "Aunque nada cambie, si uno cambia, todo cambia".
-Por cierto ¿qué le parece una de las últimas frases de Obama: "No importa si eres negro, o blanco o hispano o asiático, joven o viejo, rico o pobre, capaz o discapacitado, homosexual o heterosexual. Uno puede lograr sus sueños en EEUU si está dispuesto a intentarlo"?
-La matizaría. Dudo que cualquiera pueda lograr sus sueños por mucho que lo intente. No todo el mundo tiene las mismas facilidades para la realización, el cambio y la evolución.
-¿Qué opina de los políticos que ya ven a España como la Florida de Europa?
-¿En serio? ¿Hay algunos políticos que han compartido su visión de lo que será España? Personalmente no conozco a ninguno. Me encantaría escuchar a alguno diciendo en público cuál es su visión para este país y que explicara su plan estratégico nacional. Nos alegraríamos todos. Por lo menos sabríamos hacia dónde vamos.
-¿Y de los que ven a Cataluña independiente?
-Que tienen su derecho a ver el mundo como les de la gana siempre que lo hagan en paz, democracia, respetando la ética y el diálogo sincero.
-¿Usted cómo la ve?
-Amo profundamente a mi tierra y me duele que se llegue a ciertos puntos donde parece que el diálogo honesto y franco, y la negociación para que todos ganemos parece que se haya roto.
-Afirmó hace tiempo que esta crisis es un robo, una trampa, un hurto de ladrones de guante blanco que seguirán ganando dinero. ¿Sigue viéndolo igual? ¿Existe alguna salida?
-Pues sí, sigo pensando lo mismo, y lo sigo diciendo. Esta crisis es una estafa, en mayúsculas. Y los que la propiciaron no están ni siendo juzgados ni en la cárcel, que es donde deberían estar para pensar un ratito, disculparse y redimirse devolviendo a la buena gente lo que le han robado en connivencia financiera y política (véanse las ex Cajas de Ahorros nacionales o la economía especulativa global). La salida está por donde entramos a la crisis: la falta de cultura, decencia, principios y consciencia fueron la causa. El antídoto a la crisis se llama educación, formación, ética, creatividad e innovación. Fáciles de pronunciar todas, pero necesitan años y años de cultivo. No veremos brotes verdes de verdad en generaciones, y debemos hacerlo muy bien si queremos que así sea.
-En un mercado tan amplio desde la globalización como es el mundo ¿es posible llegar a todos con el mismo tipo de discurso?
- No, por supuesto. Cada cultura tiene, necesaria y afortunadamente, sus puertas de entrada.
-¿Qué le pasa a la sociedad española?
-Que tiene muy poca capacidad de autocrítica y mucha resignación, lo que se traduce en un suicidio cotidiano. Nuestro país para recuperarse de la crisis tiene que reinventarse y aceptar el cambio. Pero sólo avanzaremos si se piensa en grande y se mira lejos.
-¿Y a los directivos y políticos qué les recomendaría?
-Que desarrollen la cultura de la confianza y cooperación. Hacen falta personas que reúnan las siete características que exige la NASA a los astronautas de misiones de alto riesgo para salir adelante. Carácter optimista, confianza en sí mismos, responsabilidad, espíritu emprendedor, audacia, tranquilidad ante la incertidumbre y mucha disposición de trabajo en equipo.
-Por cierto ¿cuál es el secreto para vender tantos miles de ejemplares?
-Ni idea. Son circunstancias irrepetibles. En este caso han confluido la confianza y apuesta del autor o autores, agentes y editoriales. Ir todos a una, creer y apostar firmemente por un proyecto por pequeño o banal que parezca genera fuertes reacciones positivas en una parte significativa de los lectores/evaluadores del libro antes de su edición.
-Hablando de secretos, si ha leído "El secreto de Rhonda Byrne". ¿Qué le parece?
-La fortuna se busca, no se espera sentado esperando que llame a la puerta. No estoy de acuerdo en que simplemente deseando algo lo atraigas. Hay bellísimas personas que están viviendo esta estafa que conocemos como crisis y que no han hecho nada para merecerlo. Algunos sí, pero a otros les han colocado un piso y una hipoteca. El discurso de El secreto es muy contaminante. Lo que hay que hacer es trabajar y mejorar.
-Sin embargo, ha sido un best seller...
-A veces queremos soluciones rápidas y fáciles. El éxito de estas propuestas deriva de la promesa de que te va a tocar la lotería sin hacer nada, y la vida no es así.
-¿Es supersticioso?
-No. Creo que la superstición tiene mucho que ver con los rituales compulsivos vinculados a determinadas neurosis y que, por lo tanto, carecen de una base objetiva. Eso de si eres bueno te darán lo que mereces y si eres malo te castigarán. No es así. Hay canallas que no están en la cárcel, y hay bellísimas personas que lo están pasando mal.
-¿Cuánto queda del economista en usted?
-El doméstico. El que hace cuentas en lo cotidiano, procura ahorrar y echa una mano a los de la familia y amigos que no llegan a fin de mes. En realidad la mayoría los grandes economistas con sus grandes discursos centrados en lo "macro", no tienen ni idea y fallan estrepitosamente. Salvo algunas honrosas excepciones cargadas de sentido común y dignidad.
-¿Cómo economista qué le parece la política de austeridad? ¿Cuánto crecimiento hay en ella?
-Creo más en la sobriedad (realmente qué necesitamos) que en la austeridad (el recorte como obsesión). Todo está inventado. Sólo hace falta mirar a las socialdemocracias del norte de Europa. No recortan, asisten, cultivan una buena formación, redistribuyen la riqueza, fomentan la cultura, y paga más quien más gana, como debe ser. Menos armas y más maestros y personal sanitario.
-Se ha especializado en reflexionar, escribir, exponer sus ideas en fórum, emprender iniciativas como Logra... ¿imaginaba este presente en su pasado?
-La verdad es que la vida te sorprende para lo bueno y para lo malo. De pequeño quería ser profesor o médico. Y aquí estoy. Amo profundamente mi trabajo.
-¿Por qué cree que el ser humano necesita constantemente que le recuerden lo que es lógico?
-Porque normalmente llegamos a una conclusión cuando nos cansamos de pensar. Y nos cansamos muy a menudo de pensar. Así que acabamos obviando lo obvio.
-¿Con qué autores creció su vocación?
-Víctor Frankl, Hermann Hesse, Erich Fromm, Stefan Sweig, William Faulkner, Antonio Machado, Mario Benedetti, Giuseppe Ungaretti, Albert Camus, André Comte-Sponville, Michel de Montaigne, Epicuro, Elisabeth Kübler-Ross, Miquel Martí i Pol, y tantos otros que me siguen acompañando.
-¿En el futuro se ve como ahora?
-Claro que no. Mal iríamos. Estoy en el ecuador de mi vida (espero y deseo) y lo que está por venir estará más maduro que verde, cabría esperar...
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