VALENCIA. El buen aficionado a la música suele ser amante de la variedad, se interesa por conocer diferentes programaciones y por acudir a diferentes ciudades para escuchar a orquestas e intérpretes que no suelen venir a Valencia. Por lo que respecta a la música sinfónica, la verdad es que la programación de los últimos años, incluso décadas, con la gran oferta del Palau de la Música, ha traído a a práctica totalidad de grandes orquestas y primeros solistas del panorama mundial.
Aunque ahora la programación del auditorio ha recogido velas, la verdad es que sigue ofreciendo un abanico amplio de posibilidades. Es cierto que en Madrid o Barcelona la oferta empieza a ser cualitativamente distinta (por ejemplo ambas ciudades reciben esta temporada a las filarmónicas de Viena y de Berlín), pero prefiero dejar para otro día el camino de las excursiones sinfónicas.
El Palau de les Arts
Hoy me centraré en las excursiones operísticas. En los últimos años también Valencia goza de una importante oferta en materia de ópera gracias a la programación del Palau de les Arts, que ha ofrecido grandes producciones de éxito internacional, como la Tetralogía de Wagner en brillante montaje escénico de La Fura dels Baus y con delicada y profunda dirección musical de Zubin Mehta.
Aun en estos momentos en que este nuevo coliseo valenciano tiene serias dificultades económicas, los títulos que ofrece son interesantes, la calidad musical está asegurada y lo cierto es que la dirección de Helga Schmidt ha conseguido que en ningún caso la modernidad de la escenografía haya supuesto traición al espíritu de las obras. Y eso es mucho decir en los tiempos que corren.
No obstante, el Palau de les Arts solo puede ofrecer unos cuantos títulos al año y en los teatros europeos de ópera que hay en un radio de unos 2.000 kilómetros, se encuentran representaciones de gran interés, cuyas entradas se pueden adquirir por internet y a las que se puede acudir consiguiendo por la misma vía entradas, billetes de avión y reserva de hotel.
Yo puedo decir que el pasado 4 de noviembre tuve la fortuna de presenciar una espléndida representación de Siegfried de Wagner en el Teatro alla Scala de Milán, espléndidamente dirigida por Daniel Barenboim y con Lance Ryan en el papel que da título a la obra y Nina Stemme en el de Brünnhilde. Este tenor es el que encarnó ese papel en Valencia y la Stemme es probablemente la mejor soprano wagneriana del momento, que encarnó una muy memorable Isolde en Bayreuth.
Existen agencias de viajes especializadas en este turismo musical, pero suelen ofrecer paquetes completos de varios días en épocas de vacaciones, tales como Semana Santa, Navidad o verano. Ahora todos los teatros presentan a través de sus respectivas páginas web la posibilidad de comprar las entradas. En algunos casos suele haber más demanda y es conveniente estar al tanto de la información, que suele dar la propia página, de la fecha en que salen a la venta las entradas para evitar quedarse sin ellas, si es que es que hay mucho interés. En otros casos no hay demasiada dificultad y las entradas están meses a la venta sin que se complete el aforo.
Variedad de precios
En cuanto a los precios, hay una cierta variedad y las entradas más caras pueden oscilar desde los casi 225 euros de la Scala hasta unos 100 en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Sobre ese precio está también la ópera de Lyon, en un interesante edificio remodelado por Jean Nouvel. Pero no pasemos por alto el Liceu de Barcelona ni el Real de Madrid o en São Carlos de Lisboa, que son más accesibles por la proximidad.
Sin olvidar la Royal Opera House Covent Garden de Londres, la Deutsche Oper y la Staatsoper de Berlín, la de Viena y la de Múnich, así como la de París, todas ellas a un razonable tiro de avión.
Y por citar algunos apetitosos títulos, en diciembre estará en cartel en Sevilla el Siegfried de Wagner en la producción valenciana de La Fura dels Baus. Este teatro, inaugurado en 1990 y de excelente visibilidad en todas las localidades comparte la programación sinfónica y la de ópera y ofrece pocos títulos pero por lo general muy interesantes.
Lyon, otro teatro de oferta relativamente modesta pero atractiva, presenta Capriccio de Ricard Strauss en mayo; la Staatsoper de Berlín, ahora en el teatro Schiller por reformas, da un Anillo completo de Wagner entre abril y mayo, o el Covent Garden un Evgueni Oneguin de Chaikovski entre enero y febrero. Esto solo son solo algunos datos, pues las programaciones completas se pueden consultar cómodamente desde casa. Internet está, por así decir, repleto de ópera.
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