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VALENCIA. 15.000 espectadores vivieron en Mestalla el partido en el cual el Valencia CF consiguó algo más que poner pie y medio en los octavos de final de Champions. Ayer pintó de verde el balance del ejercicio económico anual, el que permite abrir la caja de las ilusiones cuando llega el mercado de fichajes. Pero sí, eran sólo 15.000 los valientes, 15.000 chulas y chulos los que ayer acertaron a ir a Mestalla. Y como decía Luis Miguel en aquella desafortunada versión del hit Blame it on the boggie (Jackson 5), "no culpes a la lluvia. será que no me amas".

Así que con una estampa poco usual de esta competición en cualquier otra ciudad europea, la Curva Nord -una de las mejores cosas que le ha pasado a este club en su historia reciente- bramó para hacer olvidar en el inicio del partido semejante vacío frente al reto que los de Pellegrino debían afrontar.

El truco: el juego debía pasar por el reloj de Fernando Gago. El argentino, cuyos errores de intensidad en la segunda parte mancharon una actuación sublime, eleva a este equipo con la clase y el juego. Un juego diferente al que el Valencia CF sabe jugar cuando el mejor Banega está sobre el campo, pero capaz en cualquier caso de mantener una actitud que convierte a este Valencia, por fin, en un equipo muy difícil de superar.

Con el partido contemporizado, Pellegrino daba las instrucciones guarecido de la lluvia en el banquillo. Allí, de algún modo conectando con él, muchos sentimos tras recordar el partido frente al Atlético de Madrid y con los primeros 20 minutos del de ayer si 'el flaco' no había encontrado la base titular para una temporada de buenos resultados. Pasan 20 minutos y empieza el baile.

SOLDADO: MINUTO 23 INFIERNO, MINUTO 29 CIELO

Roberto Soldado estaba ayer apercibido de sanción. Si recibía una tarjeta amarilla faltaría al próximo encuentro frente al Bayern Munich. Muchos comentábamos si el de Gandía sabría mantener a ralla ese Hyde que de vez en cuando salta con el al campo para arruinar el magnífico jugador de fútbol que es. Anoche saltó y en el 23 dejó un festo feo, muy feo, con una agresión a Gordachev. Ninguno de los colegiados vio nada.

En el minuto 26 Tino Costa supo dejar un balón entre los centrales del BATE, pero Jonas fue quien se inventó un gol para mayor gloria de sus números que siguen siendo impecables. Gol y tres minutos más tarde, cielo para Roberto Soldado al convertir un penalty cometido sobre Guardado. Dedicatoria especial del 9 valencianista a su abuelo fallecido el pasado domingo.

En un suspiro, 2 goles a 0. El Valencia CF evitaba el sufrimiento y hasta en los últimos minutos de la primera mitad pudo tener algo más de suerte y rematar definitivamente el partido. No obstante, la supuesta sentencia sólo tardó 5 minutos en llegar iniciada la segunda parte.

FEGHOULI: NO SÓLO ESFUERZO

Cada partido es más injusto escuchar el reconocimiento al esfuerzo de Sophiane Feghouli. Como si esta fuera su única cualidad, que obviamente lo es. Como si lo bueno que el jugador de origen tunecino aporta es su entrega y esto le convierte en la punta de lanza en el ataque valencianista. Ayer Feghouli demostró con sus goles ('50 y '86) y con sus celebraciones, entre contenidas y sentidas, que es mucho más que un bracero del juego. Con él en el campo, la confianza en la victoria está en otro nivel.

Y sin ánimo de repasar puesto por puesto a quién pertenecieron los errores que nos descarrilaron del camino a machacar al Bayern en 15 días, los 15.000 valientes de Mestalla y los que siguieron la victoria desde casa se acongojaron con los goles del BATE (Bressa, '53; Mozolevski '83) que pusieron al Valencia en un brete. Bienvenidos sean y que sirvan, porque la falta de tensión a falta de 38 minutos para acabar el partido es la delgada línea roja que va de un equipo capaz de ser semifinalista de todo y tercero en la Liga a poder aspirar por algo más grande.

HABEMUS EQUIPO 

Pellegrino ha encontrado a su 11 titular. No es el mejor del mundo, pero es el mejor que tiene y está plagado de comodines. Habrá partidos para que Gago atempere, como anoche, otros para que Banega nos ilumine o autobuses para que Valdez los dinamite e incluso la garantía dual bajo la portería. Habrá partidos y tenemos equipo de sobra como para disfrutarlos. Podemos creer, ilusionarno y disfrutar del opio que nos saca de una realidad últimamente demasiado oscura. ¿Será suficiente para que la parroquia se anime y sea inevitable llenar Mestalla en Champions?