VALENCIA. Difícil papeleta la del Valencia. Arrastra una deuda corrosiva y no tiene donde cobijarse. No tiene para pagar los intereses de esa deuda ni tiene a quién acudir para que le eche una mano. Tiene patrimonio, cierto, pero ese patrimonio está hermanado con la explosión de la burbuja inmobiliaria. Tiene mucho, pero su valor es endeble. Su única fuente de ingresos fiable -al margen de la llegada de una jugada financiera maestra... que no tiene pinta- es el dinero ingresado por los derechos de televisión, por la Liga de Campeones y por la venta de jugadores. Y es ahí, en ese último punto, donde no queda más solución que poner a la venta hasta al mismísimo Españeta. ¿Soldado? Den por hecho que será traspasado al término de la actual temporada.
APOYOS POLÍTICOS
Que un equipo como el Valencia Club de Fútbol Sociedad Anónima Deportiva ha vivido permanentemente en el filo de la navaja es un hecho indiscutible... como también es indiscutible que ahora está atravesando el momento más angustioso de su dilatada historia. Hasta ahora, hasta que los tentáculos de esta maxi crisis se han enrollado en su cuello... asfixiándole, siempre tenía el recurso de llamar a la puerta de las entidades políticas en busca de 'caridad'. Y era correspondido. Los políticos -de uno y otro signo- siempre han entendido que el Valencia Club de Fútbol es una fuente de votos inagotable y en consecuencia siempre salían al rescate del club más representativo de esta Comunitat. Pero eso era antes. Ahora los políticos están atados de pies y manos. ¿Como ayudar a un equipo de fútbol cuando las farmacias están desasistidas? ¿Como ofertar una salida económica para el Valencia cuando los recortes en sanidad y educación tambalean el supuesto estado de bienestar? No. La solución a los problemas de la mercantil, por primera vez en la historia, no está en manos de los políticos. Se acabó el chollo.
Otra pata a la que no puede recurrir el Valencia es a la de los apoyos de las entidades financieras valencianas. ¿La razón? Pues una muy simple: ya no existen entidades financieras valencianas. Bankia -intervenida y con un futuro más umbrío que el del propio Valencia- tiene de valenciana lo mismo que el Banco de Santander... en acertada definición de Vicente Boluda. Sobre el Banco de Valencia y su otrora buque insignia Domingo Parra mejor correr un tupido velo. Y la CAM, más alicantina y murciana que 'provinciana' de Valencia, siempre ha estado lejos de Mestalla y ahora que tiene su sede en Sabadell más todavía. En resumen, ni apoyo político ni apoyo financiero. El Valencia está más solo que la una.
LA JUNTA GENERAL
Un rodillo. No esperen grandes novedades de la Junta General del Valencia porque no va a haber ninguna. Todo lo más alguna intervención jugosa de algún mini accionista con talento y pare usted de contar. Las acciones mandan y estas nos indican que solo con el voto a favor de la Fundación -mayoritaria en la mercantil pese a no haber pagado ni un maravedí por el dinero que la prestaron para comprar dichas acciones... ¡qué tiene narices la cosa!- la Junta será un paseo en barca. ¿Alguna propuesta 'rompedora' de Llorente? Ni hablar. A fecha de hoy el Valencia no sabe por donde tirar.
MUY INTERESANTE
Y miren, lo curioso del caso es que estamos hablando de qué puede hacer el Valencia y su Fundación para paliar la gigantesca deuda que les atenaza y parece que no nos damos cuenta de que la realidad nos indica que no tienen ni un duro -ni ninguna idea- ni siquiera para pagar los intereses que generan dichas deudas. Y si no tienes dinero para pagar los intereses... ¿alguien me puede explicar como va a afrontar la deuda real? A fecha de hoy de ninguna forma.
TODO A LA VENTA
Ganar tiempo. Esa es la única solución que en estos momentos baraja Llorente y su equipo de trabajo... con el experto en cuentas Vicente Andréu a la cabeza. Descartada la operación inmobiliaria vía Newcoval solo queda la vía financiera... y esta es compleja y está bloqueada. Así pues, repito, solo queda ganar tiempo y vender jugadores para ir parcheando la situación a la espera de tiempos mejores. ¿Diego Alves? ¿Roberto Soldado? ¿Adil Rami? Transferibles y suplicando a quién haga falta para que alguien oferte por ellos y se los lleve a cambio de un puñado de euritos.
EL MIRLO BLANCO
¿La única solución real? Que venga un mirlo blanco, un comprador serio y no especulativo, desembolse la pasta y se quede con todo... deuda y patrimonio incluído. Pero me asaltan dos preguntas: ¿Existe realmente alguien capaz de meterse en semejante embrollo? Y si existe... ¿Le dejará Llorente comprar el Valencia o se hará fuerte en su despacho engordando su patrimonio y negándose a que nadie vea las cuentas para perpetuarse en el cargo? Como ven el asunto es complejo y de una solución más compleja todavía. Y ya saben, de momento toca esperar y vender todo lo vendible para ir parcheando la situación. ¿A cuanto sale el 'kilo' de Españeta? Hasta el bueno de Bernardo España está en el mercado. La deuda manda.
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* Vicente Bau es periodista
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