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Ricos y mega-ricos para comprar el Valencia SAD

EL BROKER ENMASCARADO. 02/09/2010

"Hoy en día no se sabe quien es el dueño real del Valencia SAD, ni cuántas acciones son necesarias para tomar el control del club. ¿La Fundación VCF con el setenta y tantos por cien? ¿El propio Llorente con sus 4.000 y pico acciones? ¿Su consejo de administración? ¿El acreedor? ¿El garante?..."

VALENCIA. La crisis económica, financiera y social que venimos sufriendo unos y soportando otros en estos últimos años no ha cogido por sorpresa a los ricos. Estos han capeado mejor el temporal que el resto de inversores.

Básicamente, el mayor patrimonio les ha permitido diversificar en diferentes sectores no correlacionados con los mercados de acciones, bonos o divisas. Estos ricos, conocidos por su acepción inglesa HNWIs (o High Net Worth Individuals, es decir, personas con alto poder adquisitivo), perfectamente descritos en el informe anual de Capgemini y el banco de inversión norteamericano Merrill Lynch Wealth Management, han migrado parte de su riqueza desde activos financieros hacia bienes tangibles como método para disminuir el riesgo de pérdida patrimonial.

En el informe correspondiente a 2009, se habla de los ricos (HNWI) y mega-ricos (ultra-HNWI), muchos de ellos en las listas anuales publicadas por la reviste Forbes. Pues bien, estos ultra-HNWI, estimados en unos 90.000 en todo el mundo, han destinado una parte significativa de su patrimonio a inversiones alternativas conocidas como 'passion investments', inversiones de pasión.

Estas inversiones de pasión se reparten entre colecciones de lujo (coches, barcos, aviones,...), colecciones de arte (cuadros, esculturas,...), joyas, gemas y relojes, otro tipo de colecciones (vino, monedas, antigüedades, armas, instrumentos musicales,...). Pero los mega-ricos han destinado, y aquí esta la gran novedad, una parte muy importante de su patrimonio a la inversión de pasión, nunca mejor pensado, en equipos deportivos y principalmente clubes de fútbol.

Esto parece indicar que los mega-ricos (y estos, lo son, por no equivocarse demasiado generalmente), piensan que las inversiones en clubes de futbol, a diferencia de la concentración inversiones en acciones o bonos, ayudan a proteger mejor su patrimonio por efecto de la diversificación. El saber popular esto lo entiende rápidamente: cuando un rico ha comprado será por algo....

Los ejemplos son conocidos por todos los amantes de este deporte. El fútbol inglés y sus clubes destacan por sus mega-ricos propietarios. El caso más llamativo posiblemente sea el de Roman Abramovich. En el año 2005, junto a su inseparable compañero y socio Boris Berezovsky, vendieron su compañía Sibneft al gigante ruso Gazprom por 21.000 millones de dólares. El siguiente paso fue comprar el Chelsea FC.

El árabe Sheikh Mansour bin Zayed Al Nahyan es el propietario del Manchester City de Silva. El indio Lakshmi Mittal, dueño de Arcelor Mittal, es propietario del Queens Park Rangers junto con el magnate de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone y Flavio Briatore. Mohamed Al Fayed es el propietario del Fulham FC, fundado en 1879, siendo el equipo profesional más antiguo de Londres. La familia Glazer en el Manchester United, George Gillett y Tom Hicks lo son del Liverpool, Stan Kroenke del Arsenal Football Club...

Pero este fenómeno no es exclusivo de la Premier inglesa. En la liga italiana, la familia Agnelli es la propietaria de la Juventus Football Club desde los años 20. Don Silvio (Berlusconi) está indisolublemente unido a la historia AC Millan, Massimo Moratti en el Inter de Milan, la familia Sensi en la Roma, ...

Esta realidad se repite en la mayoría de ligas de nuestro continente a excepción de la Bundesliga donde los clubes de fútbol conservan su personalidad asociativa, además de fuertes limitaciones a la concentración de poder.

La liga española empieza a vivir este fenómeno de mega-ricos con inversiones en equipos de fútbol. Destaca por ser muy reciente la compra del Málaga Club de Fúbol por parte del jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al Thani a la familia Sanz.

Nosotros también tuvimos nuestros propios ricos en la historia reciente del Valencia SAD. La familia Soler, en su día en la lista de ultra HNWI de Forbes. Recuerdo también a pseudo-ricos'. Lo de Soriano, primero, y el tándem Soriano-Dalport, después, pasará a los anales de la historia del Valencia.

Lo más curioso es que hoy en día no se sabe quien es el dueño real del Valencia SAD, ni cuántas acciones son necesarias para tomar el control del club. ¿La Fundación VCF con el setenta y tantos por cien? ¿El propio Llorente con sus 4.000 y pico acciones? ¿Su consejo de administración? ¿El acreedor? ¿El garante?

En fin, si a los mega-ricos del mundo, incluidos los valencianos, les gusta invertir su patrimonio en clubes de fútbol, seguramente para no perder dinero, ¿por qué los aficionados del Valencia CF no deberían disfrutar de este privilegio?

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