VALENCIA. No hay una documentación precisa sobre el día en que la primera paella prefabricada llegó al centro de la ciudad. Pero esa jornada inauguró un período de emponzoñamiento que todavía no ha concluido del plato totémico de Valencia. Una jornada con preferencia en la colección valenciana de días aciagos.
Cual especie invasora, la introducción de paellas travestidas, congeladas y servidas de manera veloz hipnotizó al turista masivo amenazando a las paellas canónicas. Hasta el punto de que a las paellas de verdad, "las bien hechas", les urge un nivel de protección especial.
Territorialmente el acercamiento a los núcleos más transitados por los visitantes urbanos incrementa el peligro de encontrarse con desagradables sorpresas. La Plaza de la Virgen es un área caliente. Con facilidad se localizan inverosímiles artefactos de "arroz con cosas". Por ejemplo una "exclusiva" paella de carne con: pollo, salchichas, costillas de cerdo, pimiento y guisantes. Todo esto a la luz del día. Con total impunidad.
Otras recetas enraizadas en la tierra no quedan al margen de la atrocidad. Bajo el paraguas de la marca ‘Fideguay' se perpetra una fideuà con queso, salchicha frankfurt, jamón dulce, aceitunas, orégano, champiñones, bacon y mozzarella. En Valencia. A la luz del día. De nuevo con total impunidad, insisto.
Sin caer en el integrismo paellero (esa rama ideológica que hace suyo el lema de que "la paella es la cosa más importante de las cosas menos importantes"), las paellas turísticas del centro tienen aspecto con demasiada frecuencia de haber sido fabricadas en una cadena de comida low quality patentada por el presidente de Ryanair Michael O'Leary.
Podría imaginarse que por ser el epicentro de la paella, Valencia debería salvaguardar con especial tacto su receta más simbólica. Es evidente que no. En el Congreso Mundial del Arroz y Homenaje a la Paella celebrado el pasado año en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el hecho más difundido fue la aparición de una paella en la que se plasmaba sobre su superficie la faz de Rita Barberá.
En el exterior de España hay crímenes contra la paella igualmente celebrados:
- ‘Hola Paella' (EEUU): Se trata de una compañía de catering paellero, situada en la ciudad californiana de Cupertino. Como Apple. Cocinan paellas a domicilio y la más solicitada es la ‘Special Paella Valenciana', compuesta por mejillones, almejas, calamares, vieiras, camarones, pollo, chorizo español, guisantes, judías verdes, ajo, cebolla y pimientos. Al módico precio de 28 dólares para diez personas. Abrieron una pequeña sucursal en el Covent Garden londinense.
- Sándwich de paella (Reino Unido): La introducción del sándwich de paella en los supermercados británicos Tesco supone la definitiva supremacía de la paella. El periódico Daily Mirror planteó un concurso entre doce platos típicos incrustados en sandwich. Ganó el sandwich de paella con nota de 10 sobre 10, del que se destacó lo bien que casaban las gambas y el chorizo.
- Pizza paella (Polonia): Paella con calamares, gambas, guisantes y aceitunas sobre una esponjosa masa de pizza. Esta fue la ocurrente idea que tuvieron en Pizza Hut Polonia. El anuncio de la pizza-paella junto a un torero de mirada desafiante completó el festín bizarro.
- ‘Viva la paella' (Japón): La marca japonesa ‘Viva la paella' es una de las mejores opciones para tomar el plato típico valenciano en Asia. Se trata de una empresa radicada en Tokio que las manda a domicilio. Envía el arroz cargado de almejas, gambas y pimiento por 3.200 yenes, algo más de 30 euros. Su anuncio, un éxito en Youtube, es indescriptible.
El elemento más vertebrador del territorio valenciano se ha convertido en un ceciliagiménez de la gastronomía. La marca ‘paella' no tiene quien la cuide.
Me he acordado de cómo asesina los japoneses la paella por aquí se ve: http://www.kirainet.com/viva-paella-ofrece-paellas-a-domicilio/#comment-420680
Esto es normal, especialmente desde que los valencianos nos hemos dejado prostituir la paella como algo español. Els valencians no som espanyols.
No hace falta irse fuera ni al precocinado completo. Basta pararse en los caldos superconcentrados usados para cocinar la paella delante de ti. Te comes dos cucharadas de paella y ya no puedes comer más.
La paella es el recipiente en que se cocina el arroz, elemento básico, y cada cual lo acompaña con lo que le sale del hematocrito. Los valencianos de Valencia jamás han defendido nada autóctono, siempre pendientes de Madrid y Barcelona.
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