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VALENCIA. Pocos son los presidentes que han conjugado en primera persona el verbo dimitir y menos aún los que lo han hecho prácticamente a mitad de la legislatura sin tener sobre ellos causas pendientes con la justicia, como fue el caso de Francisco Camps, o sin que medie un salto a la política nacional, como ocurrió también en Valencia con Eduardo Zaplana.
El caso de Esperanza Aguirre ha sido distinto tanto por el fondo, con los motivos alegados para dejar el cargo; como por la forma, carente de cualquier ánimo revanchista frente a sus detractores. Al margen de la valoración que puede hacerse de la gestión realiza durante 30 años de actividad pública, se puede calificar su discurso de elegante en las formas, dedicando buenas palabras tanto a sus afines como a sus rivales, y deslizando un reconocimiento de las "meteduras de pata" cometidas que no es habitual en la política española, si no media una derrota electoral.
Comparando el discurso de Esperanza Aguirre con el de Francisco Camps, las diferencias saltan a la vista y muestran a las claras la personalidad de un político y otro. Ambos discursos son coherentes con las intervenciones que realizaron en el pasado y reflejan cómo quieren ser recordados.
PRAGMATISMO FRENTE A FLORITURAS
Esperanza Aguirre hablar claro, va al grano y anuncia su dimisión sin rodeos en los primeros 20 segundos de la intervención. A continuación, expone que se lo ha comunicado al presidente de su partido y del Gobierno, Mariano Rajoy. Esta fórmula de ir directo a la conclusión es similar a la que aplicó en febrero de 2003 Josep Borrell, cuando anunció que dejaba la candidatura de su partido a la presidencia del Gobierno, que había alcanzado tras ganar las primarias del PSOE frente a Joaquín Almunia, por haber sido señalado en un caso de corrupción.
Por contra, Francisco Camps no anuncia explícitamente su decisión hasta pasados casi cuatro minutos, en los cuales reivindica su gestión, sus resultados electorales y su lucha contra el proceso judicial abierto contra él. De hecho, el expresidente valenciano empieza por arroga una condición colectiva, equipara los ataques recibidos con ataques a la Comunitat Valenciana y califica varias veces su decisión como un "sacrifico personal". La palabra "sacrificio" es entendida en una definición casi religiosa al ser "ofrecida", en este caso para que "Mariano Rajoy sea el próximo presidente del Gobierno" .
El contexto de una y otra dimisión permite entender que el discurso de Aguirre sea una intervención mucho menos crispada y carezca de la actitud defensiva del de Camps, trufado en este caso de sonrisas y casi risas, fruto de un alto grado de nerviosismo, evidenciado también por los repetidos movimientos del brazo derecho y la agitación del cuerpo ante el micrófono.
SERVICIO FRENTE A GRANDEZA
Lejos de grandilocuencias y llamadas a la "grandeza" o la "dignidad" colectiva del pueblo que ha gobernado (como sí hizo Camps), Aguirre le da un formato más íntimo, repasando primero sus 30 años de carrera política "para servir a los ciudadanos de Madrid" y, acto seguido, su historia personal de porqué entró en política, de la que asegura que "nunca" ha querido ser "una profesional".
Hay que esperar al minuto 2:30 para saber las razones alegadas por Aguirre para dejar el cargo, que plantea como un fin de ciclo después de consolidar su proyecto para la Comunidad de Madrid (obviando los años de gobierno de Alberto Ruiz Gallardón, 1995-2003) y haber convertido a su partido en el dominante en los municipios de su región.
Por contra, Camps se extiende en la parte central del discurso en una defensa vehemente del "proceso brutal y absurdo que nadie entiende" y que califica de "infamia y mentira por no poder ganar en las urnas nunca". Además, el expresidente valenciano le da una perspectiva nacional en la que carga las tintas contra el Gobierno central, entonces regido por José Luis Rodríguez Zapatero.
AGRADECIMIENTOS FRENTE REIVINDICACIONES
A partir del minuto 4:23, Aguirre reparte agradecimientos a su partido (sin citar a nadie en concreto), pero también a los adversarios que con "sus críticas, sus puyas y su amistad" le han "ayudado a poner los pies en la tierra" y le han hecho consciente de que en política "no se puede agradar a todos".
Por contra, Camps optó por agradecer a los afines, gracias a los que se va rodeado "de amigos, lealtades e ilusiones" y con los que se reafirma psicológicamente al citar cómo le han trasladado que "Paco Camps es un gran presidente para nuestra tierra".
Las citas de Camps a sus críticos son en oposición a su actitud, añadiendo una nota de desprecio: "Me voy sin rencor. No se lo merecen. Me voy sin ningún sentimiento negativo. No se lo merecen. Me voy sin ningún dolor en el corazón. No se lo merecen". Por último, concluye aferrándose al tratamiento institucional recibido de "molt honorable", que asegura haber mantenido durante todo el tiempo que ha sido presidente.
RUEDA DE PRENSA FRENTE A DECLARACIÓN INSTITUCIONAL
Es también significativo que Aguirre sí acepte preguntas al término de su intervención, al contrario que Camps. En el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, esta prolongación de su intervención permite entrar en más detalles sobre los motivos que han contribuido a su dimisión (su estado de salud o las disensiones con su partido por la concesión del tercer grado para el etarra Bolianga), su estado de ánimo, el proceso sucesorio o aspectos personales como qué va a echar de menos al dejar el cargo.
En definitiva, una rueda de prensa que se salda con trece preguntas, todas las que le plantean los periodistas presentes en la sala hasta duplicar el tiempo invertido por la presidencia en su declaración. Es en esta parte donde se emociona y profundiza en aspectos personales y familiares.
Si se resta el tiempo invertido en las preguntas (de las que han salido la mayoría de los cortes de voz o totales emitidos por las radios y televisiones), la intervención de Aguirre dura 6:44 minutos, frente a los 13:40 que requiere Camps para su discurso.
LAS FICHAS FRENTE A LA MEMORIA
Para pronunciar su discurso, Aguirre ha optado por leer una serie de fichas temáticas, impresas en folios (como permite ver el video facilitado por el servicio de prensa de la Comunidad de Madrid); mientras que Camps confió en su memoria hasta llegar a perder el hilo de su discurso en el minuto 10:01.
Otra diferencia formal significativa ha sido el control de la señal. Mientras Esperanza Aguirre comparece en la sala de prensa de la Presidencia del Gobierno de Madrid frente a todas las cámaras de las televisiones presentes; Francisco Camps optó por la señal institucional para el directo (como denunciaron los profesionales de Las Provincias TV, a los que se les impidió la cobertura).
La puesta en escena también difiere significativamente. Mientras que Camps opta por una liturgia y un protocolo ceremonial para el que elige comparecer en el Patio Gótico del Palacio de la Generalitat entre las banderas y la chimenea del Infierno de Dante de Mariano Benlliure, rodeado del Consell en pleno, de la alcaldesa de Valencia y del exministro Federico Trillo, entre otros altos cargos; Aguirre comparece sentada en la sala de prensa en solitario, dejando fuera de plano a sus colaboradores y sin variar la estampa habitual del lugar.
El lenguaje y la actitud de Aguirre y Camps difieren en este caso como lo hacían cuando estaban en el ejercicio habitual de su cargo. La presidenta de Madrid parte de una naturalidad que en ocasiones se ha interpretado como chulería, mientras que Camps solía pecar de una grandilocuencia de la que da muestras en el discurso de renuncia.
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Alvaro Mohorte es periodista y autor del blog Habla por ti
A mi el unico político que me resulta mas honrado es el que tiene un cargo en el ESTADO que ha ganado por oposición,por lo que generalmente no le hace falta ROBAR, para tener asegurado la salida de la política, como pasa con muchos sobre todos socialistas, que no tienen a veces ni siquiera BACHILLER,por eso roban no tienen done ir cuando salen de la política.En politica hay que tener un nivel universitario, como pasa en la mayoria de los paises,para cuando se cesa de política irse a EMPRESAS, o a su trabajo que dejó al pedir una EXCEDENCIA,
Me gusta este periodista . Serio , riguroso y completo .
Comparar es malo.Las circunstancias de uno y otro fueron y son distintas, tal vez , de ahí l, a diferencia. para ensalzar a uno,no hace falta desprestigiar a otro. Chapeau por,Aguiire. Suerte
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