MADRID. Le han debido informar a Cristiano Ronaldo de la crisis que vive la prensa en España. Medios en bancarrota que cierran, medios tipo ‘muerto viviente' que no pagan a sus trabajadores, medios donde directamente el trato es que se trabaje gratis por amor al arte o que pagan a cuatro meses y se equivocan en las facturas con irritante frecuencia.
La prensa está muy mal y Cristiano, haciendo honor a su propio nombre, ha decidido echar un cable. Ha dicho que está triste y que en el club ya lo saben. Las rotativas echan humo, las tertulias -¿existe otro formato periodístico actualmente en la información de radio y televisión?- parecen el zoco de Marrakech y lo mismo hasta nos encontramos con una columna de Zapatero en Marca, como con el ignominioso caso Contador.
Cristiano es el mejor, el más guapo, su novia es la que está más buena, tiene el mejor coche, juega en el mejor club del mundo, su cláusula es el equivalente al adelanto que ha pedido Andalucía al Fondo de Rescate, 1.000 millones de euros, y está triste. ¿Qué le parece a dsted, parado de larga duración, que ya ha tenido que pagar algún curso de formación que daba alguna empresa para permitirle acceder a un periodo de prueba trabajando sin cobrar?
El asunto ha coincidido con la entrega del premio al Mejor Jugador Europeo del año, que se lo ha llevado un tío feo y enano de Albacete. Molesta mucho estudiarse las revistas de tendencias, poder recitar de memoria la ‘Elle' cada mes, y que vengan los de Albacete a robarte la gloria. Esa es la hipótesis que barajan los expertos mejor informados, como Paolo Futre, o cualquiera que viera la ceremonia del premio con el recital de caras de sota que dio el portugués.
LA TRISTEZA DE ZIDANE, LA DE DJALMINHA Y LA DE ADRIANO
No obstante, la polémica sirve en bandeja la posibilidad de hablar de otros jugadores que, por lo que fuera, han estado tristes de forma notoria. En este deporte hasta el mismísimo Zidane ha hecho pucheros ¿y saben por qué? Porque no le pasaban la bola. A veces los problemas de los jugadores tendría que tratarlos, más que superentrenadores o psicólogos deportivos, maestros de escuela bien bregados en el día a día con niños de siete años.
Pero si la tristeza causa estragos en un colectivo de futbolistas es en el de los lusoparlantes. Los motivos son variados. Por ejemplo, a Djalminha, jugador de exquisita y circense técnica, le sorprendió en A Coruña la muerte de su representante, Fernando Torcal. Con su desaparición, la empresa que pagaba al futbolista, Tecno Star, quebró. Y lo hizo dejando un pufo con Hacienda que el fisco tuvo a bien, lo que son las cosas, reclamarle al brasileño. Cuando los inspectores empezaron a embargar sus propiedades, llegando incluso a tener la osadía de precintar su vehículo, Djalminha se puso triste. Y así se lo hizo ver a su club, al que llevó a juicio y todo.
Otro papelón importante fue el del también brasileño Adriano. Criticado por su vida nocturna, con acusaciones de alcoholismo, el delantero atravesó un problema de depresión cuando militaba en las filas del Inter de Milan. "No tenía ganas de reír", explicó años más tarde. Un directivo del Flamengo reveló que cuando empezaba a beber, no podía parar, pero que ese no era su problema, sino lo que le empujaba a echar el primer trago, la tristeza. En este caso particular lo que ocurría era un pequeño problemilla cuando uno se dedica a la práctica del balompié: a Adriano no le gustaba el fútbol. Estaba hasta las narices de pelotear desde joven, con la disciplina y los entrenamientos. Él, como se sentía a gusto era, según su novia de entonces, Joana Machado, "descalzo en la Favela".
El presidente Lula llegó a grabarle un Youtube en el que le decía "tú sabes que todo depende de ti", en plan eslogan de autoayuda, para cuando volvió a Brasil tras salir de mala manera del Inter. Tampoco fueron buenos días. La citada novia acudió a los medios a decir que se había sometido a un aborto porque no podía tener un hijo con una persona que perdía el control cuando estaba borracho. Luego tuvo que ofrecerle un millón de dólares para evitar que posara desnuda en Playboy con su nombre tatuado. Tras un pequeño resurgir y fichar por la Roma, tampoco ayudó mucho a la tristeza crónica del jugador meterle un tiro "accidentalmente" a una chica de 20 años con la que había salido de juerga.
Otro delantero fascinante, Romario, después de deslumbrar con el Barça propiciando la famosa frase de Valdano, "es un jugador de dibujos animados", bajó el rendimiento considerablemente. Estaba muy triste. El motivo, que se le estaba cayendo el pelo. Resulta que ganar el Mundial de Estados Unidos aburriendo a las ovejas le generó un estrés importante. Llegaron las lesiones musculares, el hastío y la tenebrosa alopecia. Parece que dedicar el resto de su vida a irse de fiesta con señoritas que le doblaban la estatura le salvó del infierno de la depresión.
LA TRISTEZA DEL MADRID
Heredero de una larga carrera de relevos depresivos, Robinho cogió en el Madrid el testigo de la tristeza que habían portado anteriormente José Antonio Reyes primero y don Antonio Cassano un año después. El pequeño no se sentía valorado y terminó escapando de la ciudad deportiva por la ventana para eludir a la prensa cruel, según contó en una descacharrante crónica Diego Torres. Muy poco valorado se tuvo que sentir porque Robinho en Madrid se lo pasaba teta. Había instalado una discoteca en su propia casa y en una fiesta que montó en Brasil, trascendió que el delantero había encargado cuarenta preservativos para él solo. Luego en Manchester tampoco se sintió valorado, aunque era el mejor pagado de la Premier y también instaló una discoteca en su mansión, pero apareció una mujer que puso una denuncia en comisaría acusándole de una agresión sexual. Eso dinamitó los ánimos del futbolista, que empezó a jugar andando literalmente, con lo que gusta eso en Inglaterra.
También acusó problemas anímicos muy graves Peixe, flamante fichaje del Sevilla el año del descenso federativo a 2ªB. Vivir aquellos acontecimientos lesionado amargó al centrocampista que fue devuelto, con un lacito, a su club de origen por el mismo importe por el que fue adquirido. Beneficio cero, quizá el negocio más brillante que hizo el Sevilla de aquellos años. Hasta el aludido Futre atravesó una "profunda depresión" en 1990 cuando, según su representante, Joao Menicio, el Atlético volvía a quedarse sin títulos un año más. Cierto es que el abatimiento le llevó, desesperado, a negociar su fichaje por otro club de mayor entidad, pero fue, dijo Menicio, una "reacción momentánea e involuntaria propia de un hombre joven".
De modo que a saber cuál es la causa de la tristeza de Cristiano Ronaldo. Personalmente, me inclinaría por pensar que no le gusta pagar impuestos, no le pasan la pelota tanto como le gustaría, no le gusta el fútbol, echa de menos su barrio, su novia posa con demasiada frecuencia ligera de ropa y encima se está quedando calvo, pero los compañeros del Marca, que estarán mejor informados, ya tienen una razón un poco más prosaica. Parece que Cristiano cobra menos que Fernando Torres. Eso sí que es una humillación. Y recomendamos al jugador que no trate de resolver este problema llorando encerrado en el váter y recurra otros métodos más efectivos para esta causa sin duda justa. Concretamente: la lucha armada.
Yo también estoy muy triste. Se me ha acabado el paro y tengo dos hijos en edad escolar. Hasta en la tristeza y sentimientos, siempre ha habido clases...
Después están las depresiones post- firma de contrato vitalicio tipo Julen Guerrero, irrecuperables esas.
La perreta de Ronaldo. http://guajiroarrepentio.blogspot.com/2012/09/ronaldo-esta-triste-que-tendra-ronaldo.html
Hi mancaria un apunt a les inenarrables aventures d'Anelka... Bon article!
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