MADRID (EP).La medalla de plata del waterpolo femenino y el bronce de Maider Unda, en lucha libre, se han traducido en dos nuevas alegrías para la delegación española en los Juegos Olímpicos de Londres, donde las chicas del balonmano se quedaron con la miel en los labios de jugar la final tras caer ante Montenegro por la mínima.
El waterpolo femenino, que ya tenía asegurada la presea, no pudo (8-5) con Estados Unidos, una superpotencia que llegaba a Londres como subcampeona en Pekín. España, que debutaba en unos Juegos, pagó caro su mal segundo cuarto, y no tuvo tiempo para reaccionar ante el buen hacer de las americanas.
Un éxito inesperado que ha estado dirigido por Miki Oca, campeón en Atlanta'96 y plata en Barcelona '92. El madrileño ha liderado una joven generación que afronta, el Mundial del próximo año, con muchas más garantías y con la satisfacción del trabajo bien hecho. Las chicas del waterpolo, como ya hicieron en su debut ilustres como Miguel Indurain y Rafa Nadal, lograron medalla en su debut.
Antes de la final de waterpolo llegó el bronce de Maider Unda en lucha. La vasca, que firmó una competición impecable, cayó en las semifinales ante la búlgara Stanka Zlateva Hristova, pero pudo desquitarse de su quinto puesto en Pekín ganando el bronce a la bielorrusa Vasilisa Marzalyuk.
Unda, pastora de profesión, es el ejemplo de esfuerzo, trabajo y dedicación. Con menos recursos que el resto de grandes deportistas, la vitoriana alcanzó un bronce sin precedentes. Se trata, pues, del primer metal español en este deporte, el cual sólo estaba representado por 'Iron Maider', como la bautizaron sus amigos en el ExCel.
Quienes no pudieron asegurarse la medalla fueron las chicas del balonmano, que perdieron (27-26) ante Montenegro en un atípico partido. Las de Dueñas no ofrecieron su mejor nivel y pagaron caro sus pérdidas de balón. No obstante, este traspié no empaña su gran actuación en la capital británica.
Ahora, el conjunto español dará más guerra que nunca para intentar cerrar su participación con el bronce. La batalla por subir al podio tendrá lugar el próximo sábado, ante Corea del Sur, quien ya venció a España en la primera jornada de la fase de grupos.
MERITORIO DIPLOMA PARA VILLAÉCIJA
Además, la jornada del jueves dejó un meritorio diploma olímpico para la barcelonesa Erika Villaécija, que cogió el testigo de Yurema Requena, habitual en las citas olímpicas. Su octavo puesto en la final de aguas abiertas dejó claro que estaba dispuesta a todo y que supo pelearse con las mejores en su estreno en la larga distancia.
La catalana, acostumbrada a batallar en el 800, donde no pudo meterse en la final en la primera semana de competición, se ha desquitado con un diploma sensacional en una disciplina cuya medalla de oro fue a parar a manos de la húngara Eva Ristzov.
Por su parte, Ruth Beitia cumplió los pronósticos y se metió --sin nulos y a la primera en sus tres saltos-- en la final de altura. La cántabra, que ostenta el título de campeona de Europa, buscará un metal en la final del próximo sábado a partir de las 20 horas.
Además, completó la jornada española el decimoquinto puesto parcial de Carolina Rodríguez en el concurso individual de gimnasia rítmica y la décima plaza de Juan Manuel Muñoz Díaz en la modalidad de doma clásica de hípica.
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