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VALENCIA (J. C. / EFECOM). Ser la puerta de entrada de las mercancias de todo el mundo en Europa y el centro logístico de refencia. Ese es el objetivo que se ha marcado el delegado del Estado en la Zona Franca de Barcelona. Un objetivo que entra en directa competencia con las aspiraciones del Puerto de Valencia y de la estrategia tan repetida como olvidada en la Comunitat Valenciana.

El delegado del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), Jordi Cornet, ha apostado por crear en Barcelona el mayor polo logístico de Europa aprovechando los nuevos espacios de qué disponen el propio consorcio, el puerto y el aeropuerto y dando una gestión conjunta a la zona.

En una entrevista a Efe, Cornet explica que la idea es aprovechar las tres instituciones del Gobierno, Puerto de Barcelona, Aeropuerto de El Prat y Consorcio de la Zona Franca para, juntamente con el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, hacer el "polo logístico con mayor potencial de desarrollo de toda Europa".

Para Cornet, el desarrollo que está pendiente de hacerse en la zona portuaria, en la ciudad aeroportuaria de El Prat y en el Consorcio es una oportunidad que hay que aprovechar para impulsar el sector y la economía en general.

Pese a que cada una de estas zonas por sí sola ya "es potente", las tres juntas forman el polo logístico más importante por desarrollar de Europa, desde donde se puede distribuir la mercancía por toda Europa, el norte de África o Latinoamérica.

Además, la zona recibirá un gran impulso cuando se construyan los esperados nuevos accesos ferroviarios y viarios al Puerto, que también conectarán con la Zona Franca y la ciudad aeroportuaria.

UN MODELO AL QUE VALENCIA ASPIRA PERO NO CONCRETA 

La propuesta de Cornet se asemeja a los mensajes que casi de forma recurrente se lanzan tanto desde la Autoridad Portuaria de Valecia (APV) como desde la Generalitat Valenciana. La idea de convertir el Puerto de Valencia en el eje de un polo logísitco para el sur de Europa siempre ha rondado a los político y empresarios valencianos.

Sin embargo, la falta de concreción de algunos proyectos (el acceso norte del puerto) o la falta de éxito de otros (como la Zona de Actividades Logísticas, ZAL, del Puerto de Valencia) se arrastran a otros inconvenientes como el largo plazo que aún se intuye para la llegada de la alta velocidad para mercancías en el Corredor Mediterráneo.

Como explicaba Cornet en la entrevista, esta infraestructura es esencial para el éxito de una iniciativa. Pero además, en el caso valenciano se echa en falta una visión global de un proyecto logístico que tuviera como base el puerto de la ciudad. De hecho, el propio desarrollo de este eje ferroviario llegará mucho antes a Barcelona que a Valencia, lo que ya de por sí supone un handicap para las opciones de Valencia de atraer a empresas que asenten su base logística del sur de Europa. 

El Puerto de Valencia, pese a mantener un buen ritmo de negocio, ha visto como su actividad se reducía por la crisis económica. Eso obligó a la APV a reducir un 9% el plan de inversiones previsto para los próximos años. De hecho, la macroampliación del Puerto de Valencia no está logrando todos los objetivos previstos.  

En todo caso, hay otro elemento que marca la diferencia: en el caso que ahora propone el responsable de la Zona Franca tiene implicita una visión global de un proyecto de polo logístico, para cuyo desenlace será esencial el apoyo del Gobierno central, que Cornet da por hecho, y la coordinación con las administraciones catalanas. Un proceso que la Comunitat Valenciana debería imitar si quiere disputar 'la puerta de Europa' a los vecinos del norte.