MADRID (EP). El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha transmitido por carta al presidente del Consejo Europeo, Hernan Van Rompuy, la necesidad de convocar una reunión del Eurogrupo "lo antes posible" para poner en marcha los acuerdos alcanzados en el Consejo Europeo de finales de junio.
En la misiva, escrita antes del Consejo de Gobierno del BCE de este jueves, que Rajoy esperaba que fuera "decisivo", el presidente del Gobierno incide en que es imprescindible poner en marcha los acuerdos alcanzados en el Consejo Europeo y en la Eurocumbre de finales de junio, ya que considera que el plazo para ello, en referencia a la reunión del Eurogrupo del 9 de julio, ya ha pasado y los acuerdos aún no se han materializado.
"El Eurogrupo debería tomar las decisiones necesarias para garantizar la irreversibilidad del euro. Sólo así Europa entraría en una vía de mayor estabilidad, mostraría su compromiso con la moneda única y contribuiría, de esta forma, a reducir las tensiones que se concentran especialmente en alguno de los miembros del euro", defiende.
En este sentido, incide en la necesidad de "perseverar en la puesta en marcha de todas las medidas necesarias" para garantizar la pervivencia de la moneda única, ya que "el fracaso del euro es el fracaso del mercado interior y de la Unión Europea en su conjunto".
"Y ello más allá de las consecuencias inminentes de la ruptura. El proyecto de integración europea es lo que da a Europa su posición en el mundo y nuestro futuro, hoy más que nunca, depende críticamente de avanzar en esta integración", añade.
En este contexto, Rajoy ve necesario concluir dos tareas antes de que finalice 2012 para materializar de forma efectiva los compromisos adquiridos: definir "de forma ambiciosa" tanto el horizonte temporal como el contenido de la unión bancaria y la unión fiscal, y avanzar en la recapitalización de bancaria y la estabilización de los mercados.
"Es necesario tomar lo antes posible las decisiones necesarias para poner en práctica el compromiso de la Eurocumbre de hacer todo lo necesario para asegurar la estabilidad financiera del euro mediante la intervención decidida y definitiva de la zona euro", insiste Rajoy, quien avisa de que las reformas que los estados miembros sometidos a mayor presión de los mercados están llevando a cabo solo tendrán los efectos deseados si se ponen en marcha mecanismos para eliminar las tensiones actuales.
MEDIDA PROFUNDAS Y CONTUNDENTES
El presidente del Gobierno reconoce las medidas e inyecciones de liquidez ensayadas desde agosto de 2011 no han permitido garantizar suficientemente a los mercados la integridad de la unión monetaria. "Por tanto, medidas puntuales o poco profundas, que sólo actúan de manera temporal para suministrar liquidez o reducir el sobreprecio de la deuda soberana acaban empeorando la situación unos meses más tarde", advierte.
Por ello, insta a que las medidas que se adopten ahora sean "lo suficientemente profundas, contundentes y sostenidas en el tiempo para conseguir un efecto sobre las primas de riesgo y por un periodo lo suficientemente largo para los países que cumplan sus compromisos europeos". "Ha de percibirse como una solución definitiva de la actual crisis", agrega.
En concreto, Rajoy considera que la posibilidad de dotar de una ficha bancaria al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) "refuerza de forma muy eficaz esta idea", pero remarca que en todo caso el mecanismo que se ponga en práctica debe ser un "mecanismo paraguas, es decir, que se aplique por igual a todos los países que cumplan sus requisitos".
Respecto a la recapitalización bancaria y a los avances en la creación de un mecanismo de supervisión único, ve necesario "dar de forma inmediata los pasos necesarios para que la misma sea una realidad cuanto antes", ya que una pronta puesta en marcha de un esquema que permita este tipo de actuaciones es "esencial" para avanzar en la solución de la crisis actual y sienta las bases de un mecanismo sólido para resolver este tipo de situaciones en el futuro.
UNIÓN BANCARIA Y FISCAL
Por otro lado, el Gobierno Español también reclama que el avance hacia una supervisión única, que considera debe ser similar al régimente actual de la política monetaria, se haga de forma rápida, de manera que el nuevo esquema esté aprobado antes de diciembre de 2012.
Además, respalda que, para establecer una unión bancaria completa, se cree un sistema de garantía de depósitos y una autoridad de reestructuración y liquidación bancarias que operen en toda la zona euro, instrumentos podrían financiarse parcialmente ex ante por los bancos a través de tasas o contribuciones y que contarían con acceso a los recursos del Mede y del Banco Central Europeo.
Respecto a la unión fiscal, recalca que el objetivo debería ser que esté completamente en funcionamiento en un horizonte temporal cercano en el tiempo, a lo que en su opinión se llegaría, al igual que sucedió con el proceso de Maastricht, en etapas. Así, apoya que solo los Estados que cumplan todos los criterios pasen a la última fase, para minimizar así la mutualización de deuda en las primeras fases.
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