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VALENCIA. El Valencia Club de Fútbol y la empresa Fomento Urbano de Castellón llegaron ayer a un acuerdo para refinanciar los seis millones de euros del préstamo que el Club mantenía con esta empresa. Esos seis millones son los últimos que el Valencia tenía que devolverle a la empresa castellonense de los 50 que esta le prestó al Valencia en abril de 2009. 

En aquél momento el club de Mestalla atravesaba una de las peores crisis económicas de su historia con Vicente Soriano en la presidencia. De hecho en el momento del préstamo, los jugadores de la primera plantilla valencianista llevaban dos meses sin percibir las nóminas. Aquello trascendió antes incluso de que los jugadores no cobrarán y los impagos se radiaron casi al minuto.

La situación llegó a ser límite. El Valencia no tenía liquidez para afrontar los pagos y el presidente, Vicente Soriano, se aferraba al sillón, a pesar de haber incumplido en varias ocasiones su promesa de tener un comprador para las parcelas del campo de Mestalla. Ante esa tesitura Bancaja, que era el principal acreedor de la sociedad deportiva valencianista, actuó y le quitó el poder de mando a Soriano, dejándolo como figura decorativa dentro del consejo, pero sin ninguna responsabilidad.

Esta recayó, por imposición del banco, sobre el entonces director general de la entidad Javier Gómez, que pasó a ser la persona con poder de decisión dentro del consejo valencianista. Con Gómez al mando Bancaja salió al rescate del club blanquinegro. Primero intentó que el empresario alicantino Enrique Ortiz comprara una de las parcelas del viejo Mestalla, sin embargo su oferta fue declinada por el Valencia.

Después de eso, y ante la necesidad acuciante de liquidez que tenían los de Mestalla y la imposibilidad de Bancaja de prestarle más dinero al Valencia, pues ya le tenía prestados 250 millones de euros, la entidad bancaria tomó la decisión de buscar una empresa que hiciera de puente para poder dejarle el dinero al club valencianista.

Esa empresa de confianza de Bancaja fue Fomento Urbano de Castellón, sociedad presidida por el empresario Eugenio Calabuig. Este acepto ejercer de puente para que el Valencia pudiera obtener esa liquidez, siendo su empresa la que recibía el préstamo de un dinero que en realidad fue a parar a la caja valencianista.

Eso sí, Calabuig se aseguró muy bien de que el Valencia le devolviera ese dinero y para ello lo que hizo fue pignorar un porcentaje de los derechos económicos de los futuros traspasos que llevara a cabo el club. El presidente de Fomento Urbano se negó a adquirir derechos sobre el suelo de Mestalla y prefirió tener su préstamo avalado con el activo más importante de un club de fútbol,sus jugadores. No se equivocó ni lo más mínimo ya que el Valencia ha ingresado desde el verano de 2009 alrededor de 168 millones de euros por traspaso de jugadores.

La aparición de Fomento Urbano de Castellón fue como un bote salvavidas para el Valencia cuando este se ahogaba en mitad del Océano. Por ello, desde el club valencianista el agradecimiento es máximo hacia la empresa castellonense y ahora vuelve a serlo tras conseguir convencerles para refinanciar el pago de los seis millones que en los próximos días tenía que devolver el club.