VALENCIA. Hace año medio, Héctor Dominguis (Valencia, 1974), fue nombrado director general del Holding Grupo Dominguis, la empresa familiar a la que llegó por propia decisión. Estudió ingeniería de materiales en London University (Imperial Collage), un MBA en ESADE y un programa de directivos en IESE. Trabajó en Plexi S.A y en Estrategia y Dirección, experiencias tras las que tuvo claro que lo suyo era la dirección y gestión de empresas. Con su aportación, el grupo empresarial en el que creció ha dado el paso a la internacionalización.
La firma valenciana, especializada en mantenimiento, servicios industriales de pintura, descontaminación y emergencias, ha conseguido con la diversificación e internacionalización facturar 83 millones de euros anuales y dar trabajo a 1.400 empleados. Casado y padre de dos niños. Se relaja practicando deporte. Footing los fines de semana y yendo al gimnasio con su padre entre semana.
-¿Desde que llegó usted, el Grupo Dominguis es más internacional que antes?
-Eso dice mi padre, que conmigo el mundo es más cercano. Cuando entré en la empresa en 2003 me dediqué a viajar y conocer los proyectos sobre centrales nucleares e industria petroquímica. Por casualidad llegó a mis manos un proyecto para crear una central nuclear en Japón. Lideré el proyecto y a partir de ahí me responsabilicé de la apertura de nuevos mercados. Desde entonces la expansión, Francia, Italia, Marruecos... y la adquisición de empresas, Hervi y Solarca, crece.
-¿Seguir los pasos de su padre estaba entre sus proyectos?
-Mi padre nunca ha ejercido presión, ni me forzaba a seguir sus pasos. Él siempre me decía si lo sientes y te atrae el negocio familiar únete, si no sigue tu camino. Quizá por ello estoy aquí. Descubrí que me atraía más la gestión y dirección de empresas.
-¿Y qué tal lleva trabajar con su padre?
-Bien, nos llevamos de maravilla, aunque no siempre opinamos del mismo modo, si no sería muy aburrido. Nos gusta el debate que acaba en consenso. Además, como presidente ejecutivo de la empresa le tengo que dar todo tipo de resultados. Eso sí ya vamos planificando la sucesión.
-Por cierto ¿dejar al ingeniero de materiales que lleva dentro le costó mucho esfuerzo?
-No. Ha sido un proceso natural.
-¿Aun así siguió estudiando?
-En principio un MBA, luego un programa de desarrollo directivo en IESE. Si se fija, en los MBA el mayor porcentaje de estudiantes son ingenieros. Es una carrera con una gran diversificación profesional en gestión y dirección de empresas. La mayoría de mis compañeros en cargos directivos en grandes empresas en el extranjero son ingenieros.
-¿Un MBA es una garantía para encontrar trabajo?
-Ya no. Un MBA te permite mantenerte en un nivel, pero no garantiza un cargo directivo. Es cierto que es un requisito para optar a cargos de responsabilidad, pero poco más.
-¿Por qué decidió con 14 años irse a Inglaterra a estudiar, o no lo decidió usted?
-Fue una decisión personal. Y la razón fue muy simple. Porque quería aprender ingles. En principio me iba para dos años y me quedé diez.
-¿Y esa obsesión por aprender inglés?
-Porque quería entender las letras de las canciones que escuchaba por la radio y me daba mucha rabia tararear algo que no entendía. Además soñaba con el día en que pudiera entenderlas.
-¿Y como llegó a la ingeniería?
-Descartando otras profesiones. Me atraía la medicina, pero tuve la suerte de hacer unas prácticas en el Hospital de Cambridge con un cardiólogo, quien no dudó desde el primer día en ponerme a su lado mientras abría a un paciente para tratarle un aneurisma de aorta. En tres días tuve claro que aquello no era lo mio. La enseñanza universitaria en Inglaterra ayuda a que definas muy claramente a qué te vas a dedicar. Así que me incliné por la ingeniería de materiales que ofrece numerosas salidas en el mundo industrial.
-¿Cuál es el secreto de Dominguis para mantener el tipo en uno de los momentos más críticos de la economía española?
-No hay ningún secreto, ni una fórmula mágica. Son varios factores. Uno, estar en una industria que nos ha permitido mantenernos en España; otro, que hemos ido diversificando e incorporando nuevas líneas de negocio con renovables, limpiezas químicas, ambulancias... y la internacionalización. Antes de que comenzara la crisis empezamos a sembrar en Francia, Italia, Marruecos... cuando estalló, recogimos la cosecha. Esto ha ido compensando los posibles estancamientos en España.
-¿La internacionalización es la mayor fuente de sus ingresos?
-Menos de lo que nos gustaría. Actualmente estamos entre un 20 y 30%, el objetivo es llegar al 50%.
-¿Se ha planteado enviarle a Mariano Rajoy la receta que les ha llevado a crear un 10,7% de empleo en los últimos tres años?
-La verdad es que no. Pero las claves sirven para todos. Diversificar, dotar a la empresa de un perfil tecnológico, en nuestro caso la mayoría de los nuevos mecanismos están patentados lo que nos da una clara ventaja competitiva que los clientes aprecian; y ser claros en la emisión de los mensajes. Lo peor que están haciendo es no ser claros. Por un lado porque la gente no entiende nada y por otro porque la imagen exterior que estamos dando es terrible.
-¿Es bueno para las negociaciones con otros países?
-Afortunadamente nuestros clientes nos conocen desde hace años y saben cómo trabajamos, pero indudablemente hay mucha gente fuera preocupada y esto no ayuda en el ámbito empresarial.
-El gobierno habla de recortes y ustedes no cesan de cerrar nuevas alianzas hasta el punto de tener previsto crecer hasta un 75% en los próximos años, ¿se ha planteado meterse en política?
-En absoluto. No sé nada de política ni sabría qué hacer en ese mundo. Lo nuestro son los negocios y sobre todo el de la industria energética. Basamos nuestro negocio en las alianzas porque estamos convencidos que en la unión está la fuerza. Cada uno tiene que aportar valor al negocio conjunto, si no, cualquier proyecto carece de tiene sentido.
-¿Qué le recomendaría a Rajoy dado sus buenos resultados?
-Más que recomendar me gustaría que España identificara las industrias más potentes y las que aportan valor añadido y se destacaran. Contamos con un tramado energético fuerte, muchas están trabajando fuera de España y arrastran a otras empresas medianas a seguir sus pasos.
-¿Cree que la corrupción está ligada a determinadas prácticas o sectores?
-Culturalmente en el nuestro no encaja. La industria es muy clara y para que funcione necesita máxima claridad y control. En la industria en la que nos movemos las empresas potencian cada vez más la responsabilidad social corporativa. Hay países donde puede haber más tradición en materia de corrupción, pero de facto rechazamos trabajar con clientes o entrar en negocios poco claros. Si tenemos que entrar con corrupción preferimos no trabajar.
-¿Con qué países es más fácil negociar?
-Con ninguno. Todos son muy duros y exigen una elevada calidad y mantener los precios al mínimo. Quizá debido a estas exigencias no tenemos mucha morosidad y los clientes cumplen sus pagos.
-¿Realizan estudios culturales antes de sentarse a una mesa de negocios?
-Sin duda. Soy incapaz de llegar a un encuentro internacional sin previamente haberme informado y conocer de cerca la cultura de un país. Solemos realizar cuatro o cinco viajes previos de prospección antes de entrar en sugerentes proyectos. De hecho si me lo propusieran diría que no, me daría miedo. Por otro lado y curiosamente pensamos que trabajar con Latinoamérica es más fácil por una cuestión idiomática, pero por el contrario estamos a años luz culturalmente. En México, donde hemos trabajado mucho, nuestra forma de hablar suena ruda por lo que tienes que medir con lupa tus palabras para no herir.
-Muchas empresas en la Comunidad Valenciana están cerrando o despidiendo a gente, ¿en qué se equivocan?
-La situación que vivimos y una elevada morosidad es la causante de estos cierres. Si bien hace unos años trabajar con la Administración era una garantía para la empresa, hoy ya no es así. Nosotros trabajamos para la administración catalana con el negocio de ambulancias y por ahora sí estamos cobrando.
-¿Invertir en energías renovables es un acto de fe ante la situación por la que atraviesa el sector?
-Con los recortes que ha hecho el gobierno ahora no tiene mucho sentido abrir las puertas de estos negocios. De hecho muchas están recortando inversiones. Personalmente creo que las renovables son la energía del futuro, pero también que hoy por hoy es necesario el mix energético. Para que pueda ser una industria competitiva es necesario que invirtamos en ella. Cualquier nueva tecnología para que evolucione requiere inversión.
-Las centrales nucleares son unos de sus principales clientes, ¿entiende la animadversión hacia ellas por parte del público en general?
-Cuando entiendes la energía nuclear se te borra la animadversión porque sabes que es segura y limpia. Además estoy convencido que tiene que formar parte del mix energético del presente y del futuro.
-Un país que se levanta mirando lo que hace la prima de riesgo es un país...
-Un país limitado porque tiene una visión cortoplacista. En mi día a día la prima de riesgo no interviene porque seguimos creciendo, es cierto que la deuda se encarece porque los créditos son más caros, pero seguimos teniendo acceso a ella. Tampoco somos una empresa que haga grandísimas inversiones.
-Ni han entrado en bolsa, ni se lo plantean, ¿entiende los mercados?
-Poco, por eso no entramos en bolsa. Aparte de que no tenemos tamaño, quizá podíamos entrar en el mercado secundario, pero como tampoco los comprendemos y no los vemos como fuente de financiación como muchas empresas nos quedamos donde estamos.
-¿Cómo se lleva la gestión de quince sociedades de perfiles diferentes en la que está presente el Grupo Dominguis?
-Con un muy bien equipo que es el que nos permite gestionar bien todos los negocios. Para poder estar en todo rindo culto a mi agenda, que es esencial y la llevo a rajatabla.
-Están buscando nuevos socios en Brasil, cuyo país organizará el próximo mundial de fútbol y las Olimpiadas dentro de cuatro años. ¿Qué tiene Brasil para haberse hecho merecedor de dos de los grandes acontecimientos mundiales?
-Tiene mucho potencial de negocio. Una economía creciente y una industria petroquímica importantísima. Contamos ya con una empresa en Brasil con los daneses ofreciendo emergencias contra incendios y seguimos en contacto con varias más.
-¿Sinceramente piensa que cuando le toque jubilarse percibirá algo de dinero del Estado o en la caja sólo quedarán telarañas?
-No lo sé, por eso y por si acaso pongo mi dinero en la hucha.
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