08/08/2010

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EL BROKER ENMASCARADO. El principal problema actual -y  seguro que el mayor reto del futuro de los clubes de futbol europeos en general y españoles en particular- será el control y la gestión de la ficha de los jugadores en relación a los ingresos que son capaces de generar.

Estos últimos ingresos, es decir, derechos de televisión, merchandising y shopping, precio de las entradas y abonos, entre otros, no han sufrido de forma especialmente grave la crisis que atraviesa el resto de la sociedad y economía, dado que han demostrado ser ingresos recurrentes. Y, en la mayoría de los casos, con crecimientos moderados.

Sin embargo, la partida del gasto que más quebraderos de cabeza está dando a los actuales gestores de los clubes de fútbol es el pago de los estratosféricos sueldos de los jugadores en los que prima, en muchos casos, su componente fijo. Si a esto unimos los costes directos e indirectos derivados de los fichajes y renovaciones de jugadores, esto empieza a tener tintes dramáticos.

Del anterior componente del gasto -los costes de los traspasos-, me interesan sobremanera los derivados de la intervención de los agentes de los jugadores. Señores que, según sus propias palabras, aportan 'valor' a los jugadores y a los equipos para los que trabajan. A mí me recuerdan a los agentes de la propiedad inmobiliaria en la época del boom: aportaban valor al comprador (le cobraba), al vendedor (también le cobraba), al banco financiador (a este una comisión)... Luego nos dimos cuenta del verdadero valor que prestaban.

Estos agentes se han convertido en personajes tan mediáticos como los propios jugadores a los que representan. Figuras destacadas como Jorge Mendes (Pepe, Cristiano y Mou, entre otros) controlan más de 70 jugadores, muchos de ellos de perfil galáctico. Sólo en España, segundo país del mundo en número de agentes de jugadores por detrás de Italia, hay 558 señores cuyo principal cometido es aportar valor a la liga española. Todo un lujo.

Este mundo de comisiones siempre se ha prestado a la especulación sobre el destino final de estas comisiones. La falta de transparencia en su fijación, así como los diferentes métodos de pago y sus destinos (¿paraísos fiscales?), son toda una ciencia 'oculta'. Por lo menos en los clubes españoles, incluido nuestro Valencia SAD.

Le propongo al consejo del Valencia SAD que tome buena nota de las mejores prácticas de los equipos ingleses. Primero, voluntariamente el Manchester United, y más tarde, de forma obligatoria, todos los equipos de la Premier están obligados a hacer públicos una vez al año las comisiones pagadas a los agentes FIFA por los fichajes realizados.

Las cifras son mareantes. En su conjunto, los clubes ingleses han desembolsado en la temporada 2008/2009 -última de la que se tienen datos-, más de 70 millones de libras en comisiones a los agentes de los futbolistas. Destacan los equipos de los multimillonarios Sheikh Mansour, propietario del Manchester City (éste es amigo nuestro y de David Silva), y Roman Abramovich del Chelsea. Ambos han pagado más del 30% del total de comisiones pagadas a los agentes FIFA por los jugadores fichados por ambos clubes. Más de 22 millones de libras (casi lo mismo que el fichaje de Silva) solo en comisiones. Es curioso que el Manchester United ocupe la posición número 15 de 20 con 1,5 millones de libras.

Dada la abrumadora situación económica y social por la que atraviesa el Valencia SAD, el señor Llorente podría tomar buena nota de la transparencia de la que otros hacen gala y publicar, aunque fuera de forma agregada (para no asustarnos), las comisiones pagadas durante estas tres últimas temporadas a los agentes FIFA. Sinceramente no me atrevo a contar los jugadores fichados y las comisiones pagadas. Me conformaría con que los aficionados y accionistas del Valencia SAD tuvieran datos objetivos para evaluar la gestión de los diferentes personajes que han pasado por la historia reciente del club.