VALENCIA. Con 24 años acaba de recibir el Premio de Ensayo 2011 otorgado por la Fundación Everis a nuevos talentos. Daniel Mondéjar (Valencia, 1987) se enfrascó hace un par de años en la aventura de analizar con exactitud cuál era el entorno de las empresas españolas durante la crisis y encontrar el sistema económico ideal que permitiera un próspero desarrollo empresarial. El resultado, "La libertad de emprender" y 24.000 euros de dotación económica. Su propuesta trata de emular estados con bajo gasto público, bajos impuestos y una gran apertura económica. Estudia Derecho, le encanta la literatura, la economía, la política y escribir. No ve claro su futuro profesional, tampoco se ve fuera de España hablando otros idiomas, de momento apuesta por la literatura y por seguir frecuentando concursos donde exponer sus ensayos.
-¿La crisis cambia la vida de los jóvenes?
-En cierto modo sí. En mi caso todo empezó a través de una serie de trabajos realizados para la Universidad hace unos años. Cuando me enteré del premio, hice un remake del trabajo realizado expresando mi opinión personal sobre cuál sería el sistema político y económico necesario para garantizar el máximo desarrollo económico y lo presenté.
-Grosso modo, ¿cuál es ese sistema?
-Es un sistema basado en proteger desde el Estado el derecho a la vida, la propiedad privada y la libertad; y garantizar una economía de libre mercado capitalista. Es el sistema que garantizaría la creación de riqueza y puestos de trabajo a largo plazo.
-¿Seguro?
-Sí. Es una opinión que baso en datos económicos y en la experiencia que ha proporcionado el sistema capitalista en países como Taiwán, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong. Por supuesto recojo también la opinión de diversos autores desde los tiempos de Aristóteles hasta nuestros días.
-¿Hasta qué punto se acerca o aleja su trabajo de la realidad?
-Es una teorización, pero basada en experiencias. La parte más práctica incluye el avance de estos cuatro tigres asiáticos que con mayores niveles de libertad económica, con un Estado que no impone trabas administrativas a la creación de empresas o al libre comercio son un gran ejemplo. Estados pequeños con bajo gasto público, niveles de déficit nimios, grandes superávits y bajos impuestos. Partiendo de la nada han creado un mundo de negocios y riqueza superior a la que tienen españoles, franceses e italianos. De hecho Hong Kong y Singapur ya han superado la renta per cápita de Estados Unidos, mientras Corea del Sur y Taiwán van más a la cola, en parte porque tienen menos libertades y más gasto público que las otras dos. No obstante las cuatro superan a Europa.
-¿Son gigantes inimitables para nosotros?
-Cuando empecé a realizar este trabajo empezaba lo que se llama la crisis de deuda soberana o crisis del euro. Lo que veía es que Europa pecaba de un exceso de gasto público y un gran déficit. Y ese a mi juicio es el gran problema, atajar el déficit público e incentivar el crecimiento para crear empleo. Comparaba, por ejemplo, la situación entre Grecia y Hong Kong subrayando las diferencias. Hong Kong es una economía con baja deuda pública, Grecia la supera; Hong Kong tiene superávit fiscal, Grecia un enorme déficit; Hong Kong paga por su deuda pública una miseria y la de Grecia... es impagable. Comparativamente Europa está en declive económico respecto a estos países.
-¿Y qué tal andan en niveles de corrupción?
-Curiosamente Hong Kong y Singapur tienen muy bajos índices de corrupción. Son estados con funciones muy claras. Proteger al individuo, su vida, su libertad y su propiedad privada; y garantizar cierta igualdad de oportunidades en educación y sanidad, pero sin potenciar el estado del bienestar. Son estados con bajo gasto público, bajos impuestos y una gran apertura económica.
-¿La medicina de la austeridad es solo paliativa?
-No, Creo que es positiva. La austeridad nunca ha hecho daño, el problema es cómo se aplican los recortes, y se están aplicando mal. Es cierto que la coyuntura exige recortes rápidos. Para recortar rápidamente el déficit público no hay nada más efectivo que subir el IVA y bajar el sueldo de los funcionarios. Es un método con coste social, pero efectivo. También hay que pensar a largo plazo. En lugar de tener una sanidad, educación y un sistema de pensiones caro y de poca calidad, debíamos pensar en cambiar de sistema por uno más barato y que proporcione mayores recursos económicos.
-Sin medidas drásticas no hay salida...
-Sí. La reducción del déficit es una medida si o sí y además por la vía rápida. Subida de impuestos indirectos y reducción sueldo de los funcionarios. Hay que hacerlo ya porque si se espera un par de meses la prima de riesgo llegará a los 600 puntos o más. Por otro lado y en el corto plazo para generar crecimiento económico España necesita una apertura. Es en lo que se está trabajando, una reforma laboral que facilite contrataciones, liberalice el mundo empresarial para abrir nuevas empresas... Una apertura como la que hubo a finales de los 50 y supuso el milagro económico español de los 60.
-¿Y a largo plazo?
-Es mejor pensar en un sistema que sea barato y que con pocos impuestos se pueda sostener. A largo plazo para controlar el déficit son necesarias reformas estructurales en el sistema de pensiones, educación, sanidad apostando por una liberalización y haciendo al ciudadano más copartícipe.
-¿En pensiones?
-Desde luego cambiar el sistema de pensiones es otra prioridad apostando por un modelo de ahorro individual. Hay serias dudas sobre que las pensiones, vía Seguridad Social, puedan ser pagadas por los trabajadores de hoy en un corto plazo. En mi ensayo propongo la propuesta de Chile y Suecia, que fueron los primeros en experimentarlas y que consiste en que parte de las cotizaciones en vez de ir a una caja común van a una caja propia y se va invirtiendo de tal modo que a largo plazo con su interés compuesto la persona a la hora de jubilarse se encuentra con un ahorro propio. Esto incentiva la motivación de las personas hacia el ahorro y evita prejubilarse antes de tiempo. Asimismo hay que desarrollar pilares solidarios para aquellos que no hayan podido ahorrar lo suficiente.
-¿En educación?
-Apostaría por el cheque escolar. La educación pública frente a la concertada consume mucho gasto público. La concertada tiene un defecto y es que son ayudas a la oferta, y el cheque escolar es una ayuda a la demanda. Un cheque escolar permite a las personas elegir la educación que deseen y con un sistema educativo libre, liberalizado y competitivo los costes en educación se pueden mantener.
-¿Entramos en cuestiones financieras?
-No soy un experto, pero lo que veo es que un rescate conlleva riesgo moral, porque tanto administradores de bancos como impositores pueden pensar que hagan lo que hagan "papa Estado" está para ayudarles, con lo cual tienen más incentivos para arriesgarse. Y ese atrevimiento puede generar más problemas. Es mejor que los bancos contribuyan con fondos, seguros privados, etc., a autofinanciar sus propios rescates. Ahora, no queda otra que rescatar a la banca para evitar el drama de que mucha gente se quede sin sus ahorros. A largo plazo hay que evitar acudir a los rescates, imponer una mínima regulación para que se creen fondos y determinar que el Banco Central realice operaciones a mercado abierto para garantizar la liquidez del sistema, no para rescatar a los bancos. En cierto modo es adecuar las teorías clásicas a la práctica. En los escasos lugares donde se han aplicado han funcionado.
-¿Ve preparados a nuestros políticos para ello?
-La política española es muy decepcionante. Creo que estamos pasando la etapa de la vulgarización de la política. Soy pesimista respecto a las futuras clases políticas. Observo que muchos jóvenes en lugar de apostar por desarrollar una firme vida privada y dedicarse a la política en su madurez como vocación cívica, optan por dedicarse a la política como salida profesional. Esto conlleva que se sometan a disciplinas, sin tener madurez y se rebaje el nivel de lo que debería ser la política.
-¿Cómo crecemos en crisis?
-Tenemos la obligación de prosperar. No hay alternativa pese a que el ánimo esté por los suelos. No vamos a salir esperando que la economía funcione. La mentalidad no puede ser la de esperar a que lleguen tiempos mejores, sino ponernos las pilas para que pase.
-¿Con 24 años qué perspectiva de futuro cree que tiene?
-Ninguna. Hay más problemas que soluciones. El mercado laboral no es flexible. Medidas como el salario mínimo y convenios colectivos dañan a los jóvenes. España sigue poniendo muchas trabas para crear un negocio. No existe liberalización para emprender. Otro hándicap es la cultura del bienestar que arropa y acomoda a la gente. También tenemos una sobre oferta de titulaciones. Hay mucho estudiante universitario y carecemos de una economía que demande tanto titulado. Por todo ello mi generación ya podemos darla por perdida.
-¡Qué perspectiva!
-Sí. Una de las razones por las que me embarqué en este ensayo era intentar emprender, pero a nivel literario. En lugar de crear una empresa, pedir un préstamo y permisos a la Administración escribí un libro. Costó lo suyo. Muchas horas de esfuerzo y trabajo para poner en orden más de 120.000 palabras. Es como una novela con la diferencia de que he utilizado más la reflexión personal y la contrastación de datos que la imaginación.
-¿Se le da bien ganar premios?
-Sí. El año pasado obtuve una mención especial en el Premio Jurídico Ferrer Eguizábal que convoca el Colegio de Abogados de Barcelona por un ensayo sobre legislación y economía de las haciendas locales. Esta experiencia me animó a seguir escribiendo. El joven de hoy tiene que empezar a pensar en ser auto empleado porque ni en el sector público ni en el privado hay trabajo y menos con un salario digno. No tenemos otra que salir adelante y con agallas.
-¿Un joven con 24 años no preferiría divertirse?
-Cuando se pasa por dificultades económicas lo mejor no es divertirse. En mi familia, afortunadamente no hay nadie desempleado, pero trabajan en los registros de la propiedad, sector ligado al inmobiliario, que han visto reducidas sus comisiones. También tenemos personas mayores a nuestro cargo. No niego que hay que divertirse, pero en estos tiempos no estamos para fiestas.
-¿Se ha planteado irse fuera?
-No, porque a mi no se me dan bien otros idiomas. Y para aprender necesito tiempo, justo lo que no tengo.
-¿De novias pasamos?
-Bastante deficiente en ese aspecto.
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