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VALENCIA. Jordi Alba se está convirtiendo en el culebrón del verano valencianista. Valencia y Barcelona hace semanas que negocian su traspaso sin llegar a un acuerdo. El Valencia pide 15 millones y los catalanes no suben su oferta de 10 millones fijos, sabedores de que tiene la sartén por el mango, ya que tienen un acuerdo cerrado con el futbolista para las próximas 5 temporadas.

Alba finaliza su vinculación con el Valencia el 30 de junio de 2013 y el presidente del blanquinegro, Manuel Llorente lleva casi nueve meses intentando renovarle el contrato en balde.

Sin embargo, no se puede obviar que este asunto se le marchó de las manos al máximo mandatario hace ahora algo más de un año. Fue en ese instante cuando el Valencia perdió casi definitivamente el poder sobre el jugador. Cuando finalizaba la temporada pasada, el Valencia ultimaba la renovación de Vicente Guaita con InterStarDeporte, agencia de representación que también representa los intereses de Jordi Alba.

En aquellas conversaciones para renovar al portero, se habló de Jordi Alba y desde InterStarDeporte se consultó cuales eran los planes del Valencia con el jugador. Estos entendían que el valencia debía mover ficha y atar al futbolista debido a su juventud y proyección. Sin embargo, desde el club valencianista se midió mal y decidieron esperar a ver la evolución del lateral izquierdo a lo largo de esta campaña.

Esa evolución tiene una rápida descripción, si se tiene en cuenta que el jugador se encuentra disputando la Eurocopa con la selección española, con la que está siendo titular indiscutible en el flanco izquierdo de la zaga.

La explosión deportiva del lateral hizo que el Barcelona moviera ficha rápido y atara hace meses al jugador. Un contrato de 5 temporadas, una ficha superior a los 2 millones de euros netos, y el caramelo de volver al equipo de sus sueños, fueron argumentos más que suficientes para embelesar al defensa.

Eso sí, el Barcelona preparó su estrategia. Esa pasaba por que el jugador no ampliara su contrato con el Valencia. Si eso ocurría, el conjunto blanquinegro pasaba automáticamente a ser el club con fuerza en una hipotética negociación, ya que el Barcelona no podría explotar la baza que hoy juegan. Es decir, no podría amenazar con llevarse al jugador gratis la próxima temporada.

El Barcelona se aseguró hace meses de que el jugador no renovara su contrato con el Valencia y así poder apretar lo máximo posible en la negociación de este verano, como así está siendo.

Esa es la clave por la que el Valencia está ‘obligado' a vender al futbolista, ya que si no lo hace ahora, el verano que viene se marchará gratis. Manuel Llorente, ha querido sacar los dientes en los últimos días y le ha dicho al Barcelona que o paga 15 millones de euros o no se llevará al jugador.

Sin embargo, el propio presidente valencianista sabe de antemano que tiene perdida la mano, sabe que ha lanzado un farol y que el conjunto azulgrana conoce bien sus cartas.

Los días siguen cayendo, y en este asunto concreto cada día que pasa juega a favor del Barcelona. Ellos saben que el acuerdo con el jugador lo tienen y que el Valencia antes o después cederá ya que en su situación económica no puede permitirse el lujo de dejar de ingresar una importante cantidad de dinero por un jugador que se marchará antes o después.

Tan claro tiene el Valencia que deberá traspasar al futbolista, que hace semanas cerró un acuerdo con el lateral izquierdo del Español, también catalán, Dídac Vilà, para que sea el sustituto de Alba en la plantilla valencianista.