PARÍS, MIGUEL LUENGO (EFE). Rafael Nadal y David Ferrer aseguraron un finalista español en Roland Garros, al vencer hoy a Nicolás Almagro y al británico Andy Murray, respectivamente.
Rafael Nadal sumó su 50 victoria en Roland Garros, sobrepasando ya en una la marca del sueco Bjorn Borg, que hoy cumple 56 años, al derrotar a su compatriota Nicolás Almagro por 7-6 (4), 6-2 y 6-3.
Ferrer se impuso a Murray, por 6-4, 6-7 (3), 6-3 y 6-2, para lograr por primera vez las semifinales en este torneo.
Un nuevo duelo está programado entre los dos mejores españoles en tierra del momento, el enfrentamiento número 20 (15-4 para Nadal) y el decimotercero en tierra, de los que David solo ha ganado el primero de ellos en Stuttgart en 2004. Luego siguieron 12 victorias de Rafa cediendo únicamente un set.
Ferrer sacó adelante un partido que él mismo calificó de "muy duro, físicamente muy difícil", pero cuando acabó, a la segunda bola de partido, su sonrisa se dibujo de oreja a oreja. Firmó entonces en la cámara de televisión "Xabía" en homenaje a su ciudad natal.
"Estoy muy feliz por hacer mi primera semifinal en París a lo largo de mi carrera", dijo a pie de pista. "No puedo expresar la felicidad que siento ahora y solo quiero felicitar a Andy por el partido que ha hecho y por los problemas que ha tenido", dijo Ferrer sobre los dolores en la espalda que el escocés ha padecido.
"Ahora intentaré ponerle las cosas difíciles a Rafa, el mejor en la historia en tierra batida", comentó sobre su próximo rival.
No se equivocaba Ferrer, porque el zurdo de Manacor tras superar a Borg lleva ya las mismas victorias en París que el italiano Nicola Pientrangeli, que presenció el partido en la central, y está a una del estadounidense Andre Agassi, y a ocho del hombre récord en París, el argentino Guillermo Vilas.
En dos horas y 46 minutos, con una leve interrupción de tres minutos al principio del tercer set por la lluvia, y con un saque directo final para rematar la faena, Nadal apartó de su camino a Almagro para lograr la octava victoria sobre el jugador murciano, que como él había llegado a esta ronda sin ceder un set.
La ronda de semifinales se le sigue negando a Almagro, que lleva ya nueve intentos en París. El murciano la persiguió con ahínco desplegando un gran tenis esta vez, pero no logró romper el servicio del seis veces ganador de Roland Garros, a pesar de los cuatro puntos de rotura que dispuso, y se quemó en ese intento.
Nico forzó al de Manacor a trabajar a destajo y a detener como podía los obuses de derecha y revés que le enviaba desde el fondo. Mientras, se hacía extraño comprobar cómo los aficionados franceses se dividían en sus gritos de ánimo, y si una niña se desgañitaba con un interminable "¡Rafaaaaaaa!", que desconcertó al murciano, otros aceleraban el pulso de Almagro con sus "¡Vamos Nicó!".
Almagro se mantuvo firme hasta el desempate pero en este juego corto empezó fallando una dejada y luego se vio desbordado por Nadal que dominó por 4-0, en un descomunal punto en el que realizaron 34 golpes, y 5-1 hasta cerrar por 7-4.
Después de 66 minutos de tensión, Nadal, por fin, dejaba escapar un tímido "¡Vamos¡", con el puño cerrado porque robaba la primera manga a un rival que llevaba ocho partidos sin ceder un set, tras ganar hace dos semanas en Niza.
La pérdida de este parcial desarmó a Almagro, mientras Nadal se mantuvo firme, manejando ya el partido con soltura, recordando las siete victorias anteriores. Dos roturas (3-1 y 6-2) le dieron el segundo parcial, en el que Nico tuvo solo una oportunidad de romper en el séptimo juego.
Almagro disfrutó de su cuarta bola de rotura en el séptimo del tercer set, pero su derecha se fue fuera. Antes, el juez de silla brasileño Carlos Bernardez había pedido por el "walkie talkie", que localizaran a la niña que gritaba desde el graderío. "¿Estará acompañada por alguien?", se le escuchó.
Mientras, Nadal a lo suyo, a desbaratar oportunidades y asegurar su saque, y a firmar con su décimo directo una victoria limpia, que le permite mirar con más desahogo aún a su próximo rival.
Lleva ya el de Manacor cinco partidos ganados hasta llegar a semifinales, y solo ha dejado escapar un servicio, contra el italiano Simone Bolelli en primera ronda, algo que no había logrado hasta ahora en todas sus participaciones. Ahora con solo 30 juegos perdidos en el camino, y 252 victorias en tierra, Nadal se presenta más firme aún en la penúltima ronda.
Ha sumado 42 sets ganados en la temporada de tierra roja, con triunfos en Barcelona, Montecarlo y Roma, y solo ha cedido una derrota en tierra azul, contra Fernando Verdasco en Madrid. Es el único zurdo que queda con vida de los 21 que comenzaron el torneo.
Ferrer, eufórico, parece haber olvidado las derrotas contra Nadal en 2005 y 2008. Se ha dejado un set en el camino hasta la penúltima ronda, pero está ahora en el lugar que divisó y eligió cuando se hizo el sorteo.
El de Jávea batalló durante tres horas 45 minutos del encuentro, dejando escapar dos bolas de set con 5-2 y al resto en la primera manga. Luego, Murray se rehizo y jugó con maestría el desempate de la segunda.
Tras una interrupción de cerca de media hora por la lluvia, cuando Murray dominaba, por 1-0, Ferrer encontró la forma de dominar el partido ganando los dos siguientes sets y consiguiendo la cuarta victoria en tierra sobre Murray, que durante el duelo, se tocó la espalda y desencajó el rostro.
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