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VALENCIA (VP). La compañía valenciana de teatro infantil Anem Anant celebra su primera década de vida con el reestreno de su primer montaje, Argos, en Escalante Centre Teatral, el próximo 31 de mayo. Nacida como una spin off de la Escuela Valenciana de Arte Dramático, Vicent Pastor, Eduard Costa y Nando Pascual comenzaron su actividad profesional en 2002, nada más terminar sus estudios. No imaginaban que, diez años y seis montajes después, repondrían este mismo espectáculo en una sala que en sus inicios veían como un sueño, un recinto inalcanzable: Escalante Centre Teatral.

El 31 de mayo, Anem Anant Teatre escenificará el sueño que llevan viviendo diez años y que les ha movido desde sus orígenes, el de crear una compañía de teatro estable, seria y reconocida. Mucho para los tiempos que corren, según sus impulsores.

"Después de ver que Argos funcionó muy bien y estrenar nuestro segundo montaje -Circus (2003)- vimos clara la necesidad de crear una compañía que nos consolidara y nos permitiera desarrollar la mejor profesión que, para nosotros, se puede tener", evoca Vicent Pastor, encargado de la producción y creativo por naturaleza. Vicent rememora el objetivo que les movió a embarcarse en esta aventura: "Queríamos contar historias que nos intrigaban y llegar a poder vivir del teatro. Y, sobretodo, hacerlo juntos". Lo han conseguido.

Anem Anant ha sido capaz de constituir un sello, reconocible por ciertos detalles como el diseño de vestuario, la forma de contar las historias, la música, las caracterizaciones e incluso el colorido de las escenografías. "A pesar de estas características comunes, los espectáculos se han distinguido entre sí gracias a la estrategia de escoger diferente director para cada montaje", desvela Nando Pascual, el miembro más perfeccionista y cartesiano de la compañía, encargado de las tareas de administración.

Han sido dirigidos por Chema Cardeña, Gemma Miralles, Leopoldo García, Carles Alberola y David Durán. Según refiere Pascual, "cada uno de ellos ha aportado su visión personal y ha destacado diferentes aspectos en cada montaje: en Holmes y Watson el misterio, en Contes dels Grimm el humor, en Joan sense por la intriga... Eso nos ha permitido enriquecernos como actores al pasar por los diferentes filtros de los directores".

LOS NIÑOS SON EXIGENTES

"El niño es un espectador exigente y difícil; además, si no le gusta lo que está viendo, te lo va a hacer saber", enfatiza Vicent. Eduard Costa, el encargado de escribir los textos, explica los objetivos que se plantea con sus creaciones: "A la hora de modelar un personaje pensamos mucho en el niño. Queremos estimularlos, no tratarlos de idiotas, porque son inteligentes y muchas veces preguntan cosas en los coloquios tras el espectáculo que ni siquiera se nos habían pasado por la cabeza".

Por eso Anem Anant huye de darlo todo mascado y de ofrecer moralejas. Según Eduard, "queremos que los niños saquen sus propias conclusiones y no nos da miedo exigirles. Si la trama ha de complicarse, se complica".

Otra de las virtudes de la compañía es su capacidad para entretener al público adulto que acompaña a sus hijos. "Muchos nos dicen que han vuelto sentirse niños por una hora, sobre todo con Contes dels Grimm y Joan sense por", reconoce Vicent lleno de orgullo, y pone de relieve la diferencia entre las funciones escolares y las de fin de semana en algunos de sus espectáculos: "Holmes y Watson es una obra de misterio entre semana mientras que sábados y domingos, los padres disfrutan de los ingredientes de comedia que a los niños les suelen pasar desapercibidos".

INNOVACIÓN Y CUENTOS CLÁSICO

La compañía ha tenido como objetivo fundamental ofrecer mucha calidad. "Siempre hemos tenido claro que para un niño no vale cualquier cosa. Por eso cuidamos todos los detalles y contamos la historia como nos gustaría oírla", indica Nando Pascual, quien confiesa la querencia por lo clásico de la compañía: "Nos gustan los cuentos de toda la vida, que si han llegado hasta hoy será por algo, pero pasados por nuestro punto de vista.".

Eduard Costa nos resume el método que siguen para escoger un nuevo proyecto: "Hay una puesta en común de los tres en la que se revisa todo lo que hemos hecho. Cada uno da sus ideas, que son valoradas, luego se asimila a nivel individual y nos volvemos a sentar, así hasta que hay un punto de partida. No sólo nos guiamos por nuestro gusto, también pensamos en lo que puede interesar al público". Y él mismo, Eduard, el de la pluma eficaz, estructura, da forma y escribe el texto que luego recitarán los tres actores.

Y finalmente, nos queda desentrañar si Anem Anant quedará siempre en el País de Nunca Jamás o evolucionará para ofrecer teatro para público adulto aprovechando su décimo cumpleaños: "Nos lo hemos planteado muchas veces -confiesa Eduard- y a pesar de que aún no nos hemos decidido, es muy probable que lo hagamos más adelante". Hay dos cosas que están claras si dan ese paso: muchos niños los echarán de menos; pero muchos adultos lo agradecerán.