VALENCIA. Hubo un tiempo en el que el vestuario definía la ideología. Todo buen sindicalista tenía su ‘camacho', la cazadora de pana con coderas colgaba del armario de cualquier socialista que se preciara y el jersey de cachemir de cuello vuelto aguardaba en el cajón del candidato que quisiera conquistar el centro político.
El partido se vestía con un rigor castrense que no dejaba lugar a dudas. Sin embargo, la normalización democrática y la proliferación de manuales de telegenia idéntico han llevado a los políticos españoles a lucir una nueva uniformidad que llega a resultar sorprendente.
Si entresemana los trajes azul marino sirven como ropa de faena tanto para un empleado de banca como para un diputado, la definición del guardarropa de sábados y domingos ha establecido un nuevo patrón que casi nadie se atreve a romper.
UNIFORME POPULAR
El XIII Congreso Regional del Partido Popular de la Comunitat Valenciana no ha sido una excepción, ofreciendo una instantánea final en la que la plana mayor masculina de la organización aparece vestida de forma casi idéntica: americana azul oscuro, camisa blanca de cuello de botones y pantalón sport.
Las diferencias han resultado apenas de matiz. Mientras que Esteban González Pons y Alberto Nuñez Feijó lucían un chino beige (como buena parte de los asistentes), Alberto Fabra optaba por uno gris (aunque su americana llevara los ojales en hilo rojo), mientras que José Ramón Bauzá prefería los vaqueros. De este modo, los recién llegados a la cúpula, Serafín Castellano y César Sánchez, han destacado en la foto final por coincidir en la misma camisa azul claro, prescindiendo de la americana.
Casi resultaba una disidencia el sueter de Carlos Fabra y, repasando las imágenes de la jornada, la cazadora roja de Castellano, que desapareció en las últimas horas del cónclave popular en el Auditorio Provincial de Alicante.
DISTINTO PARTIDO, MISMO RESULTADO
Llama la atención como la foto final del XII Congreso del PSPV-PSOE ofrecía el mismo guardarropa entre los principales líderes de la formación. Daba igual mirar a Alfredo Pérez Rubalcaba, a Ximo Puig, a Francesc Romeu o a José Manuel Orengo. El marengo dominaba en las chaquetas y el pantalón era lo único que cambiaba, imponiéndose el de tela gris oscuro, que compartía protagonismo con el popular chino beige.
Abriendo más el plano, tampoco los líderes de Comprimís rompen esta disciplina, como se demostró en la celebración de la noche electoral del 20-N con Joan Baldoví y otros miembros de su candidatura luciendo un vestuario intercambiable con el de cualquier otra formación mayoritaria.
Otro tanto se podría decir del diputado de Esquerra Unida, Ricardo Sixto, que optó por el mismo atuendo para el cartel electoral; o de Toni Cantó, diputado por Valencia de UPyD, aunque suele optar por camisas salmón, que recuerdan al rosa corporativo de su formación. Hay que reconocer que en este último caso su estilo personal le ha permitido combinar la americana con camisetas y eso en la política actual parece que ya es mucho.
Alvaro Mohorte es autor del blog Habla por ti.
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