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-¿Le queda todavía mucho sufrimiento al pequeño inversor en bolsa?
-La incertidumbre está siendo la principal característica de los mercados en estos momentos. En Europa está cotizando a la baja la derrota del partido de Angela Merkel, así como la gravedad de la situación del país heleno con un Parlamento completamente fragmentado, que podría significar su salida de la zona euro y generar una reacción en cadena. En España, además, añadimos la reforma financiera para resolver la crisis del sector. Tenemos al Ibex 35 por debajo del 6.800, que ya supone su nivel más bajo desde 2003, y según los expertos podría incluso llegar a los 5.400 si los bancos siguen sufriendo el castigo de los inversores una vez conocidas sus necesidades de capital. Entiendo perfectamente que los inversores internacionales no quieran tomar posiciones en España hasta que se den la vuelta los indicadores económicos, y por ahora no hay síntomas de que esto vaya a ocurrir. Sin dinero entrando en los mercados la bolsa sólo puede caer.

-¿Qué catalizadores deberían contribuir a restañar algo de confianza en el parqué?
-Indicadores como aumento de pedidos de fábrica, crecimiento de exportaciones y cambio de tendencia en las cifras del paro serían buenos para iniciar un acercamiento al parqué. Y después de despejar las dudas sobre la solvencia el sistema financiero español y paralizar las subidas de impuestos, la confianza y el consumo se recuperarán con el tiempo. Lo que ocurre es que todo el peso del crecimiento recae sobre el sector privado porque el público está atado de pies y manos por la necesaria reducción del déficit, lo que hará más lento el proceso. Salvo que con el nuevo de Gobierno en Francia y el próximo en Alemania cambien la ortodoxia fiscal por medidas expansivas. Asimismo, mientras tampoco se modifique también la política del BCE de prestar dinero a bajo interés al sistema financiero y no a los Estados, considero que no asistiremos a ver el detonante del cambio para volver a los mercados.

-¿Realmente va a ser ésta la última reforma financiera o nos queda alguna que otra más?
-Las medidas anunciadas por el Gobierno para resolver la crisis del sistema financiero parten por un incremento de provisiones sobre la enorme cartera inmobiliaria. Según han publicado las entidades, se necesitan provisionar 30.000 millones de euros. Esas provisiones sólo pueden venir de ampliaciones de capital, o bien que el dividendo sea pagado en acciones o directamente de la supresión del dividendo. La más afectada es Bankia, que podría suprimir el dividendo, como también Banco Popular. Los dos grandes bancos BBVA y Santander han anunciado que podrán hacer frente a los 1.800 y 2.700 millones respectivamente con parte de sus beneficios anuales. Esta reforma es necesaria para generar confianza en los mercados internacionales, sin ella no entrará capital en España. El mercado ya nos dirá si es la última o no, nadie lo puede garantizar, pero desde luego va en la buena dirección y ha sido contundente.

-¿Arrojará algo de luz a la tan ansiada recuperación económica?
-Desde luego que si el sector financiero se sanea y vuelve la confianza a los mercados volverá el crédito al sector privado, que es lo que necesitan las empresas para crecer. También necesitamos que cese la presión sobre el consumidor, vía reducción de impuestos, para recuperar el consumo. Hasta bien entrado 2013 no asistiremos a ver este escenario, así que hasta entonces habrá que tener paciencia.