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VALENCIA. La crisis económica que afecta a este país está derrumbando miles de negocios y por ende miles de puestos de trabajo. Una de las profesiones mejor valoradas en España y también remunerada es la de futbolista. Esta siempre se asocia con una vida resuelta, muchos ceros en la cuenta corriente y lujos asiáticos. 

Sin embargo, no todos los futbolistas viven esa vida de ensueño. Hoy en día, hay categorías humildes, pero profesionales en nuestro fútbol que están pasando auténticas calamidades.

Hasta hace unos años la mayoría de jugadores de Segunda B y hasta de Tercera, cobraban sueldos más altos que la mayoría del resto de españoles. Eso sin embargo, con la crisis se acabó. Hoy esas categorías están llenas de jugadores que no perciben sus nóminas mensuales durante meses.

GRUPO TERCERO DE LA SEGUNDA DIVISIÓN

El grupo de III Segunda División ‘B' del fútbol español, es donde han competido hasta el pasado fin de semana los equipos valencianos de la división de bronce. Estos son el Gandía, Orihuela, Huracán, Olímpic de Xativa, Valencia Mestalla, Ontinyent y Denia.

De esos siete equipos valencianos, en los que la media de salarios ronda los 1.500 euros por jugador, habiendo algunos que perciben unos 2.500 como máximo y otros que su sueldo es de 300 euros, hasta cinco han tenido problemas para poder pagar a sus jugadores. Sólo Huracán y Valencia Mestalla han cumplido al día con sus pagos.

Sin embargo, el caso más sangrante ha sido el del CF Gandía . El conjunto de La Safor iniciaba esta temporada como la de su consolidación en la categoría, pero lejos de eso ha sido la de su muerte como club profesional, debido a los impagos a su plantilla desde el pasado mes de diciembre.

GANDÍA CF NO HA PAGADO NI UNA MENSUALIDAD DESDE DICIEMBRE

El conjunto de La Safor inició la temporada con Benjamín Sanz como presidente del club y con la firme intención de consolidar al equipo en la Segunda División ‘B' del fútbol español. Sin embargo, los resultados deportivos no acompañaron a principio de temporada y el club decidió hacer un cambio en el banquillo, Óscar Fernández sustituyó a Vicente Medina, cuando aún había dinero para pagar.

Tras ese cambio llegaron los problemas económicos. De hecho, a algunos futbolistas la nómina correspondiente al mes de diciembre ya no se les abonó. A partir de ese instante empezaron las promesas incumplidas. Primero Benjamín Sanz, presidente del club en aquel momento prometió encontrar soluciones. Estas no llegaron y cuando el alcalde de la localidad, Arturo Torró, dijo públicamente que no podría apoyar económicamente al club, Sanz dio la espantada, presentando su dimisión.

Tras su salida, el club quedó en manos de Jesús Sendra, que llegó de la mano de la Asociación APLEG. Estos tomaron el mando a finales de marzo y se comprometieron con la plantilla a pagarles las nóminas de marzo, abril y mayo entre los días 1 y 5 de cada mes.

Nada de esto se cumplió. Llegado el 5 de abril pidieron una semana más para hacer frente al pago. Transcurrida una semana prometieron hacer una transferencia bancaría que nunca llegó. Entonces los jugadores decidieron plantarse. Amenazaron con ir a la huelga y no jugar los partidos.

Eso provocó que el club reaccionara de alguna manera y se comprometiera, previa mediación de la Asociación de futbolistas españoles (AFE), a pagar antes del partido del 29 de abril ante el Orihuela 12.000 euros a la plantilla. Fue otra promesa incumplida. Aquel día y al final del partido después de que la mujer de un jugador tuviera que comprar el agua para los futbolistas, la directiva le entregó un sobre a los jugadores con 4.000 euros.

Aquellos 4.000 euros repartidos entre jugadores, cuerpo técnico, médico y el fisioterapeuta les quedó en 156 € por cabeza. Esos han sido los únicos que los jugadores del Gandía han cobrado con la nueva directiva.

Desde aquel día, de hecho los directivos han desaparecido. El equipo ha terminado la temporada dando la cara en lo deportivo a pesar del descenso. Los jugadores han llegado a desplazarse hasta los campos con sus propios vehículos, ya que la empresa de autobuses que le daba servició al club, lo suspendió ante los impagos.

CLUB DESCENDERÁ PERO NADIE PAGARÁ POR ERRORES

El Gandía descenderá a Tercera División deportivamente y a Regional Preferente en los despachos ante la avalancha de denuncias que se les vienen encima por impagos. Sin embargo, eso no es lo preocupante. Lo preocupante es que una vez más, unos cuantos directivos irresponsables se marcharán a casa de rositas, mientras en el camino han dejado a muchas familias sin poder pagar sus alquileres y demás gastos ordinarios o a otros tantos jugadores jóvenes, que han tenido que volver a casa de sus padres y pedirles dinero para subsistir.

La semana pasada de hecho, desde el entorno del club salía una idea con fuerza, "lo importante es que el club no desaparezca, no que los jugadores cobren". Ante esa tesitura y con estos directivos es con los que el fútbol modesto está conviviendo. Quizá por ello no sea casualidad, que esta temporada haya habido hasta 3 equipos de los 80 de Segunda ‘B', que hayan desaparecido durante el año y no hayan acabado ni la temporada.