VALENCIA. A la hora de evaluar la rentabilidad de una cartera, es necesario tanto invertir en empresas y activos infravalorados como evitar aquellos que merman la revalorización de los primeros. Si miramos el comportamiento de las bolsas desde la crisis del 2009 y más a largo plazo, vemos que evitar el sector financiero ha sido, es y será una buena decisión.
UN CÍRCULO VICIOSO
Hay que mentalizarse que el margen de solvencia no es únicamente el precio en la banca, importando también la fortaleza del balance, la estructura de capital y la alineación de los intereses de la gestión con los accionistas.
Un círculo vicioso puede desarrollarse para los bancos más apalancados cuando la percepción del mercado exagera e incrementa la distancia entre el valor intrínseco y el percibido por el mercado, haciendo necesario ampliaciones dilutivas de capital a precios más bajos. Si quieres preservar tu negocio ello es imposible y tienes que acudir constantemente al mercado de capitales, diluyendo el valor de los presentes accionistas. El establecimiento de entidades sistémicas, además, es una especie de subsidio que hace a las más pequeñas competir en condiciones de desigualdad.
Todo lo arriba tiene su reflejo en su cotización, así que mi consejo es que se abstenga de invertir en ellos, a pesar de que la cotización baje y es que una especie de negocio en extinción al menos para los accionista.
Si no que le pregunten a los presidentes de los consejos de administración de los bancos por qué disminuyen su participación accionarial año tras año en sus bancos.
MÁS FACTORES NEGATIVOS
Aunque los bancos tienen algunas características para permanecer en ellos como barreras de entradas, la creencia de que son necesarios para la mayor parte de la gente, cargo de comisiones que no se enteran los clientes, clientes con poco poder de negociación, los factores negativos sobrepasan los positivos.
Gráfico del comportamiento relativo de sector financiero mundial en relación al total de la bolsa:
Resumiendo: Activos/recursos propios, préstamos/activos, préstamos/depósitos demasiado altos y márgenes y provisiones demasiado bajos, dirigentes demasiado ambiciosos y reflexionar que por cada operación totalmente morosa, unas cuarenta para compensarlas.
Por mucho que coticen por debajo del valor contable, éste es una entelequia que nunca se entiende. Hasta que la morosidad real alcance un suelo y disminuya abstenerse de invertir en ellos mejora nuestra rentabilidad y alarga la vida.
Enrique Roca es analista financiero.
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