-¿Si se puede hablar de un sentimiento cuando el selectivo español ha tenido únicamente cuatro sesiones de subidas en lo que llevamos de mes? En nuestra última colaboración se dibujó un panorama poco positivo, pero con un suelo de mercado en torno a los 7.500 puntos. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Nada de nada...
-¿Por qué la caída adicional y el nerviosismo existente en estos momentos?
-Factores políticos y empresariales se han confabulado en una 'tormenta perfecta". Vayamos por partes:
-¿Hasta qué punto los resultados de las cotizadas españolas podrían insuflar algo de optimismo?
-El análisis hasta el momento se ha centrado en explicar por qué la pronunciada bajada del último mes en España... y hay que enfatizar que ha sido en nuestro país porque, con todo lo que ha llovido en abril (dentro y fuera de los mercados) el selectivo alemán apenas ha descendido. Los resultados que ya están comenzando a publicarse y que se acelerarán la próxima semana debieran de sosegar a unos mercados que están vendido el riesgo país español sin pensar en que no todas las empresas que han sufrido las caídas van a verse (más) afectadas por los acontecimientos expuestos. Será interesante ver las previsiones que puedan hacer las compañías sobre los próximos trimestres y tendremos que ver con buenos ojos a las empresas con exposición a otras áreas geográficas tras la revisión de crecimiento mundial ligeramente al alza efectuada por el FMI.
-Para aquellos que no quieran entrar en bolsa en estos momentos, ¿qué activos de inversión les recomendaría?
-De forma muy genérica, y sin entrar en consideraciones de perfiles de riesgo y de plazos de inversión, lo cierto es que la última subida de rentabilidades de la deuda pública la hace especialmente atractiva y está metiendo presión a los productos bancarios. De cualquier forma, y siempre que se tenga posibilidad de diversificar, una inversión combinada en pagarés bancarios a corto plazo, deuda pública a medio y acciones con un horizonte de inversión indeterminado es una apuesta ganadora y sin demasiados sobresaltos.
-Con la que está cayendo en la Eurozona, ¿cómo se explica que el euro se mantenga firme por encima de las 1,30 unidades/dólar?
-El por qué no se está devaluando el euro contra el dólar es una de las incógnitas del año, máxime cuando el consenso sitúa el par a 1,25 unidades a finales de año. Desde una óptica más ajustada al corto plazo están pesando dos factores: la pasividad del BCE en la compra de activos sería el primero y, en segundo lugar, la posibilidad de que se implementen más políticas de recompra de activos por parte de la Fed. El efecto combinado de estos dos factores y el hecho de que el ciclo económico americano podría frenarse en los próximos trimestres están provocando una pérdida de atractivo por la divisa americana.
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