VALENCIA. Intenso, denso y con muchos frentes abiertos. Así resume el secretario general de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunidad Valenciana (Cierval), Javier López Mora (Alicante, 1959) su presente laboral.
Una actividad que comparte impartiendo clases de Derecho Mercantil en la Universidad de Alicante. Ha negociado numerosos convenios colectivos, asesorado empresas y participado en numerosos proyectos europeos. Asegura que "tendremos el estado de bienestar que nos podamos pagar"; que "endeudarse ya no es el camino" y que sin estímulos al crecimiento económico los recortes y ajustes nos dejarán famélicos.
Un futuro en el que las organizaciones empresariales tendrán que trabajar más, ser más eficaces, con menos recursos y menos personal. Dice que la sociedad ha sido muy generosa con los bancos y que hay que atarlos en corto. "Reciben el dinero al 1% y lo dan al 5%. Tienen un negocio redondo y sin despeinarse". Tiene cuatro hijos. Su válvula de escape es hacer entre 80 y 100 kilómetros en bicicleta cada fin de semana. Se relaja con la música clásica de la que se considera un melómano.
-¿En tiempos de crisis las patronales son necesarias?
-Sin duda. Tenemos un papel vital que cumplir y somos un instrumento insustituible en el diálogo y articulación social. Ahora somos más necesarias que nunca. Otra cuestión sería preguntarnos si el actual modelo hay o no que cambiarlo. El futuro pasa por un uso más eficaz de los recursos, que son más bien escasos y aún lo serán más. La existencia pasa por adaptarse a trabajar y ser eficaces con menos recursos y menos personal.
-Menos recursos, menos personal...¿la misma eficacia?
-Hay que intentarlo. Y nos va a pasar a todos. Ni el modelo social que tenemos, ni el democrático se entendería sin la presencia de los agentes sociales. Es verdad que actualmente vivimos tiempos difíciles y que el mismo modelo que nos ha permitido crecer, ser influyentes y tener mayor presencia nos puede llevar al desastre. Nos tenemos que reinventar.
-¿En el reinvento patronales y sindicatos estarán más cerca?
-La relación entre patronales y sindicatos ha contribuido a vertebrar mucho más la sociedad, la paz social y tener un desarrollo democrático sin parangón. Pero es cierto que ahora todos nos tenemos que reinventar. Habrá que reducirse y seguir siendo precisos y exactos en la defensa y reivindicación de las necesidades sociales en el ámbito empresarial que son el motor de crecimiento del desarrollo y bienestar. Mire, o la salida de la crisis es a través de las empresas o difícilmente vamos a salir de ahí. Lo que no tiene sentido es que cada patronal tenga repetidos todos los esquemas de servicio cuando pueden ser compartidos. ¿Qué sentido tiene? Creo que la representación empresarial está excesivamente atomizada, y hay que adelgazar y compartir recursos. Estamos condenados a entendernos y compartir recursos para seguir desarrollando nuestra función. No puede haber diversas representaciones porque no hay espacio para todos.
-De profesor a dirigente empresarial sin pasar por la empresa, ¿cómo lo ha hecho y qué caso le hacen los empresarios?
-Siempre he tenido una vocación docente y mis pinitos directos en el sector fueron como asesor jurídico de empresas. Desde muy joven me vinculé con las organizaciones empresariales y la Universidad. En cuanto a los empresarios, y más los de la Comunidad Valenciana, se caracterizan por ser autodidactas por lo que es difícil que se dejen asesorar. Para ello necesitan confiar y saber que la persona que les da ideas es coherente, inteligente y fiable.
-Dicen de usted que dado su perfil dialogante se le requiere para frenar quiebras, ¿qué piensa usted y cómo lo consigue?
-¡Ojalá! impidamos quiebras y sobre todo las dificultades financieras que estamos atravesando. La experiencia siempre es un grado y en mi caso la tengo, tanto en diálogo social como en negociación colectiva. El éxito también depende de ser una persona fiel a la palabra dada.
-¿Cuál es el requisito clave para el diálogo?
-La coherencia. Ni la variabilidad, ni ser una persona mercurial. Todo lo contrario. Para poder confiar se necesitan personas con comportamientos equilibrados, ecuánimes y estables.
-Para usted ¿hacia dónde caminamos?
-Me gustaría saberlo, pero me atrevo a pensar que nada volverá a ser como antes. Las organizaciones empresariales hemos vivido una época de bonanza con un modelo que nos ha hecho crecer, pero ahora nos puede matar. Era un modelo de un solo cliente y hay que abrirse y empezar a vivir de nuestros propios recursos. Esto implica reconvertirse. Primero la administración tendrá que solventar la deuda que tiene con nosotros y a partir de ahí cambiar la dinámica de representación empresarial. Que a buen seguro será distinta.
-Me pregunto por qué nunca se ha dicho en voz alta lo que ahora se reclama tanto, como la deuda de 25 millones que la Administración tiene con las patronales. ¿Por qué se ha esperado tanto?
-La Administración nunca se ha caracterizado por el cumplimiento de sus deberes en el pago. Dicho esto, y señalando que nuestro nivel de interlocución con ellos ha sido bueno y lo sigue siendo, hemos recurrido a otras técnicas más discretas para reclamar esta deuda. Siempre hemos sido colaboradores leales con ellos. La característica de las organizaciones empresariales es tener una actuación discreta. No somos dados ni alharacas, ni grandes manifestaciones...nuestro diálogo es continuo y exigente porque hemos cumplido con todas nuestras obligaciones, pero ahora el incumplimiento de la Administración está poniendo en peligro nuestra propia existencia.
-La mayoría de economistas sugieren que nada puede crecer con políticas de austeridad y recortes que impone Europa y que por ese camino no hay futuro, ¿qué sugieren ustedes para cambiar ese modelo? Y ¿qué medidas de crecimiento se pueden abonar en este campo de recortes?
-Estábamos sobrepasados en todos los sentidos en un 30% por lo que ese ajuste era necesario realizarlo. Entiendo que estas medidas se tenían que haber adoptado hace dos años. También que sólo con medidas de ajuste y austeridad, de este calvinismo rampante impuesto, y sin que vengan acompañadas de comportamientos de estímulo será más difícil salir. El estímulo llega por la inversión, pero los presupuestos generales del Estado no lo contemplan. Hay que gestionar mejor. El sistema autonómico es una mimesis de la administración central, pero sin eficiencia de servicios. Es una duplicidad que no nos podemos permitir. De los presupuestos tanto del Estado como de la Comunidad Autónoma el 75% se lo llevan dos capítulos y el 25% los demás, pues hay que revisar ese 75%.
-¿Qué recomendaría a los intrépidos jóvenes que quieran montarse un negocio este año?
-Si la oferta de empleo público va a ser inexistente, no cabe más que la iniciativa privada, pero carecemos de las bases para desarrollar un tejido productivo que genere un nuevo tipo de sociedad.
-Se habla también y mucho de que caminamos hacia un nuevo modelo económico, pero ¿qué modelo?
-Exacto, ¿qué modelo? Se están introduciendo cambios en el modelo, pero ahora mismo no hay soluciones claras porque nadie las tiene. Los que dieron unas ideas han tenido posteriormente que explicar por qué se equivocaron.
-¿A los dirigentes patronales también les han reducido el sueldo?
-Nos lo hemos reducido todos. Y estamos dispuestos a realizar los sacrificios que nos consta que están realizando todos los sectores.
-¿De qué ha prescindido usted en su vida cotidiana?
-Me he ajustado mucho, pero de todos modos siempre he sido bastante austero. Tanto en mis gustos, aficiones y forma de vida. Es evidente que si antes tenías dos semanas de vacaciones y salías más, ahora salgo y viajo menos. Tengo cuatro hijos, de 5, 11, 13 y 17 años, y con tanta familia es más difícil gastar a tutiplén o tener lujos asiáticos.
-¿A la banca hay que atarla en corto?
-Sin duda. No se entiende a veces que algunas cajas de ahorro publiquen beneficios extraordinarios y poco tiempo después hayan tenido que ser intervenidas. Por lo menos los sistemas reguladores funcionan bien. La banca tiene que cumplir su función, y tenemos que recordarles que ellos son depositarios del dinero y que por tanto deben permitir que el dinero fluya. Si la administración pública no puede tener iniciativa, la banca, con todas las garantías y revisiones de créditos solventes, deben permitir este flujo y más en un tejido empresarial como el valenciano compuesto en un 95% por Pymes. Para la banca es cómodo percibir el dinero al 1% del Banco Central Europeo y dejarlo a los Estados al 5%. Es un negocio redondo y sin despeinarse. Lo malo es que esa medida fue adoptada por el Banco Central Europeo para incentivar el crédito... La sociedad ha sido muy generosa con los bancos.
-¿Dónde se ha ido el dinero?
-El dinero es lo más miedoso que hay. Aparte de los innumerables excesos que se han cometido, el dinero está a la espera. Se crean expectativas de que todavía hay un cierto recorrido a la baja y esperan para encontrar los chollos...La codicia es consustancial al género humano y todos los movimientos especulativos que no generan riqueza y hemos vivido se deben a esto.
-¿La reforma laboral creará empleo?
-Ninguna reforma crea empleo. Ninguna. El empleo lo crean las empresas, los sentimientos de confianza y el empuje económico. La función de la reforma laboral es hacer perder el miedo a las empresas para contratar y dotarlas de métodos para subsistir en momentos difíciles.
-Una reflexión, ¿los ajustes del Gobierno impedirán la intervención?
-Los ajustes son dolorosos, pero una intervención sería peor.
-¿Hay empresas que no les afecta la crisis?
-Sí, hay algunas que están inmunizadas. Son aquellas que han incorporado un valor añadido a sus procesos de producción, las que han sabido internacionalizarse, las que no dependen del consumo interno, las que no se apalancaron financieramente...éstas sortean con mayo holgura esta situación.
-¿Cómo se divierte en tiempos de crisis?
-Sigo siendo un melómano empedernido y acudo a los acontecimientos que ofrecen en Alicante y los de las magnificas instalaciones que hay en Valencia, que ya veremos si se pueden pagar. También tengo otra pasión que conservo desde que era joven que es la bicicleta. Todos los fines de semana pedaleo, con un grupo de amigos, entre 80 y 100 kilómetros. Antes hacía más.
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