Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Bankia está para comprar en bolsa
• ↑ AL ALZA
  Fidelity duplica su peso en Cellnex
• Ayco, participada por la valenciana Onofre Miguel, necesita más capital para sobrevivir

MADRID (EP). El Ibex 35 ha rebotado un 2,28% al cierre de mercado y se ha anotado la tercera mayor subida del año, con lo que ha avanzado hasta los 7.373,3 puntos, a pesar de que la nacionalización de YPF se ha traducido en un desplome del 6,06% en la cotización de Repsol, que lideró los recortes de la jornada.

Ahora bien, la gran banca, con Santander y BBVA repuntando un 3,75%, Iberdrola (+2,93%) y Telefónica (+2,85%) llevaron al selectivo a salir de mínimos, impulsado en la buena subasta del Tesoro Público, que colocó más de 3.000 millones de euros en letras.

En el terreno negativo Sacyr siguió a Repsol, al ceder un 5,92%, mientras que BME (-0,92%) y Mediaset (-0,36%) completaron la lista de valores que cerraron la sesión en rojo. Mientras, Acerinox (+6,82%), OHL (+6,20%) y ACS (+5,42%) se anotaron los mayores avances de la jornada.

Las dudas del FMI y del Banco de España sobre si España logrará cumplir con los objetivos de déficit público fijados para los próximos años limitaron la relajación en la presión sobre la prima de riesgo tras la subasta.

El diferencial se quedaba en los 414 puntos básicos, tras arrancar por encima de los 430 puntos, si bien la rentabilidad del bono español a 10 años se rebajaba por debajo de la barrera psicológica del 6%.

Así pues, el Ibex siguió la pauta de avances propagada entre las principales plazas de Europa. Milán encabezó las subidas, al repuntar un 3,7%, seguido de París (+2,7%). Londres dejó sus ganancias en el 1,8%. Al otro lado del Atlántico, Wall Street iniciaba la sesión en positivo (+1,33%).

Por su parte, el euro mantenía posiciones respecto al dólar y fijaba el intercambio al cierre de jornada en 1,3148 'billetes verdes'.

Para el analista de mercados de Saxo Bank Peter Garnry, la expropiación de YPF por parte de Argentina envía una señal "inequívoca" a las compañías globales sobre los peligros de invertir en Latinoamérica, por lo que advirtió de que esta decisión alejará al país andino.

Garnry incluso llegó a considerar que el movimiento estratégico del Ejecutivo argentino se ha ejecutado "al más puro estilo Hugo Chávez".