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VALENCIA. Puede que sea una casualidad pero el Valencia resucitó en Liga el domingo de Resurrección. El lugar del renacimiento deportivo del equipo fue nada más y nada menos que el Santiago Bernabéu, estadio del mejor líder de las últimas décadas.

Sin embargo, el Valencia arranca ante el Rayo un último mes de competición en el que se juega muchas cosas tanto a nivel deportivo como económico.

Por un lado, el equipo valencianista tiene la oportunidad de volver a ganar un título cuatro años después de la Copa del Rey que se conquistó en 2008. Para ello deberá eliminar en semifinales de la Europa League al Atlético de Madrid y luego ganar la final a Sporting de Lisboa o Athletic de Bilbao.

Por otro lado, el conjunto entrenado por Unai Emery se juega muchos millones de euros. Esta temporada todavía puede ingresar un buen pellizco si consigue levantar la segunda competición europea, ya que recibiría algo más de 3 millones de euros de la UEFA.

Además, en Liga ahora mismo tiene una lucha abierta con el Málaga y el Levante por la tercera o cuarta plaza de la clasificación. El objetivo sigue siendo el de clasificarse terceros, ya que así se obtiene el pasaporte directo para la Champions League, y con ello se garantiza el ingreso en más que necesario de 20 millones de euros en la caja.

Esos 20 millones por la participación europea los necesita el club para cuadrar sus balances de la próxima temporada y por ello el presidente Manuel Llorente le ha insistido tanto al cuerpo técnico y a la plantilla con la necesidad de lograr la clasificación para la próxima Champions.

Será un mes duro para el equipo con nueve partidos garantizados y diez si se llega a la final de Europa League, eso sí, el Valencia se juega en los próximos 33 días su ser o no ser deportivo y también europeo.