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Pilar Sol
"La Administración necesita una limpieza enorme, que acumula polvo desde la época de Felipe González"

07/04/2012 Es dipituada del PP en las Cortes Valencianas y afirma tener el corazón rojo y la cabeza azul. Confía en que la Administración deje de ser vista como salvavidas laboral por personas y empresas

VALENCIA. Pilar Sol (Alicante, 1966), es diputada del PP en las Cortes Valencianas desde las pasadas elecciones y exalcaldesa de Aigües. Considera Twitter un canal útil para tener feed back con las personas, por eso desde hace tres meses no para de teclear. Afirma tener el corazón rojo y la cabeza azul. Confía en que la Administración deje de ser vista como el salvavidas laboral, tanto de personas como de empresas. Está convencida que "Mariano Rajoy quiere luchar para devolver el 5% del sueldo que les quitó a los funcionarios". Y que Camps está preparado para hacer lo que quiera, "evidentemente, pero no para volver a la Generalitat". Opina que fue la revista (Telva) la que tergiversó sus manifestaciones.

Tiene tres hijos de 11, 13 y 15 años y se lleva muy bien con su ex. Madre a tiempo completo por lo que no tiene horas libres para ocupar su corazón. Su media naranja podría ser azul o roja: "el amor es el amor". Le encanta leer, pasear por la montaña y charlar con los amigos. Su libro de cabecera, cualquiera de Arturo Pérez Reverte. Su ídolo, el capitán Ala Triste.

-¿Se ha hecho twittera por vocación o profesión?
-Por profesión. Fue una iniciativa del Grupo Popular a la que me uní cuando llegué a las Cortes como diputada, pero la verdad es que me gusta mucho porque es un canal rápido para expresarte y tener feed back con la gente.

-¿Cómo reacciona ante las críticas impertinentes?
-No suelo contestarlas. Pero si no son muy incisivas y sí constructivas mantengo un diálogo. Estar en un partido político no significa estar encerrado en una urna y Twitter es una herramienta útil para eliminar estas barreras y trasladar a la gente lo que pasa en las Cortes. Hay cosas que no salen en la prensa y sí en Twitter.

-Siendo responsable de la comisión de Educación, Presupuestos, Política Social y Seguridad Nuclear, ¿le da tiempo para enviar tanto mensaje?
-Sin duda. Si te organizas eres capaz de llegar a todo. En mi caso siendo de Alicante, con tres niños y sola, no tengo más remedio que hacerlo. De entrada estoy obligada a madrugar si o si. Cuando puedo llevo a mis niños al colegio y después conduzco hasta Valencia la mayoría de los días.

-Si lo llega a saber...
-No, no. Me encanta la política. Soy letrada por devoción y política por convicción. Mi vocación política viene de cuna, mi padre fue alcalde de Aigües, en la época de Franco, y yo siempre tuve muy claro que compartía las ideas del PP. A los 18 años me afilié. De todos modos tengo muchos amigos en la izquierda y siempre he dicho que tengo el corazón rojo y la cabeza azul. Para mi Aigües es un pueblo especial. Un pequeño Montecarlo en la Costa Blanca. La casa de mis abuelos está a medio camino entre el pueblo y un antiguo balneario que desde pequeña soñaba con ver abierto. Este fue el motivo que despertó mi capacidad política.

-¿Lo consiguió?
-¡Qué va! Pero hemos estado muy cerca.

-¿Los recortes, ajustes y congelaciones que lleva realizando su partido desde hace cien días nos sacarán de la crisis o no?
-Más que recortes hablaría de ajustes. En 2010, cuando el Gobierno de Zapatero realizó el primer recorte al sueldo de los funcionarios, me pareció una barbaridad porque se adoptó a las bravas. No se analizó si era o no conveniente y se rebajaron un 5% las retribuciones básicas. Ese fue el mayor error. Ahora, lo que está haciendo Rajoy es adoptar ajustes. La Administración necesitaba una limpieza enorme. Llevamos acumulando polvo desde la época de Felipe González. Era necesario que la Administración adelgazara y eso es lo que se está haciendo.

-¿Adelgazará todo? ¿Fundaciones, funcionarios, cargos políticos, asociaciones, entidades mixtas, Diputaciones...?
-Bueno, bueno. ¡Ojo! yo estoy a favor de las Diputaciones. He sido alcaldesa de Aigües y creo que son necesarias para prestar servicio a los ayuntamientos pequeños. De todos modos también es verdad que las Diputaciones, como el resto, tendrán que adelgazar. Hay un exceso de cargos de confianza que pueden ser reubicados y hay que economizar las necesidades que se han generado alrededor de las organizaciones políticas. Existe una mayor coordinación entre el Estado y las autonomías que facilitará este trabajo.

-¿Una de las primeras consecuencias de la crisis, para usted?
-En el terreno de la Administración empezar a dejar de verla como un trabajo salvador. Hace cinco años todo el mundo quería ser funcionario y las empresas sólo querían trabajar con la Administración pública. Eso no es viable.

-¿Los discursos, "la culpa es de la izquierda", no se han quedado un tanto obsoletos?
-No, porque lo hemos estado viviendo estos años atrás. No nos hacían caso. Sin embargo sí lo hacían a sus municipios. He visto como en un municipio de 5.000 habitantes, de la noche a la mañana, le han construido un pedazo de edificio cultural pagado por el Ministerio de Cultura.

-También estos edificios se encuentran en ayuntamientos del PP
-Pero no pagados por el Ministerio de Cultura. ¿Cómo llega ese dinero desde el ministerio?

-¿Qué es más importante, la procedencia del dinero o la construcción de tanto edificio emblemático?
-El acento está en el esfuerzo hecho por la Generalitat para que la Comunidad no perdiera la oportunidad de crecer pese a la falta de financiación que llegaba desde el Estado. El Plan Confianza fue creado para dotar de infraestructuras a todos los ayuntamientos independientemente de su color político.

-Cambiando de tercio, ¿cuánto poder adquisitivo ha perdido desde el inicio de la crisis?
-He tenido varias circunstancias. Cuando ejercía como abogada ganaba mucho dinero. Lo dejé para poder ejercer como madre. Como abogada trabajaba 10, 11 o 14 horas seguidas. Un día me vi en el parque con los tres niños, los papeles, la cartera y hablando por el móvil con los procuradores y me di cuenta que tenía que dejarlo. Sin embargo quería seguir trabajando.

-O sea que fue una época de bonanza, ¿y actualmente?
-Es verdad que hay gente que con la política ve que sus ingresos aumentan. En mi caso después de dejar la abogacía me preparé una oposición como funcionaria del Ayuntamiento de Aigües. Más tarde, como alcaldesa tuve que renunciar a un complemento de productividad que cobraba. Durante doce años he sido política, pero jamás he cobrado un sueldo político. Compatibilizaba mi cargo público con el de funcionaria y con el de ama de casa. Como alcaldesa sólo cobraba dietas.

-¿Han cambiado mucho sus hábitos en los últimos años?
-Sin duda, y siguen en continuo movimiento y cambio. Pasar de la política municipal a legislar es un gran cambio, pero como tiene que ver con mi profesión me gusta mucho. La tarea de los parlamentarios es muy intensa, pero reconozco que deberíamos dar a conocer más nuestras opiniones y lo que hacemos. Como lo hacemos en Twitter.

-Hablando de Twitter, usted comentó en la red que todo el mundo estaba encantado con la reforma laboral, ¿cómo se puede decir esto tras una huelga general?
-Vale. Me muevo en muchos círculos y en ellos hay gente y pequeños empresarios que están encantados con la reforma laboral porque ven que van a tener más oportunidades para crecer. Hay mucha gente encantada con la reforma. Creo que las medidas tan ajustadas, sabias y acertadas que está adoptando este gobierno en tres meses no las hubiera hecho el PSOE.

-En la opinión pública ha calado la idea que desde que el PP ganó las generales los compromisos electorales están siendo sustituidos por medidas restrictivas perjudiciales para los trabajadores principalmente.
-Mariano Rajoy no se podía imaginar que el déficit del Estado era de tal magnitud. Lo que está haciendo es lo que hay que hacer. Dentro de dos años España recuperará su prestigio y las Pymes serán las más beneficiadas.

-Tener un cargo público incrementa los contactos, pero ¿hasta qué punto es ético utilizar esta posición para buscar trabajo a familiares y amigos?
-Cada circunstancia es un caso diferente. No conozco, por ejemplo, al marido de Soraya Sáez de Santamaría, pero estoy convencida que si su marido no estuviera capacitado para estar en ese puesto ella sería la primera en no permitirlo. Por otro lado, siempre se han utilizado los contactos para encontrar oportunidades laborales. Se hizo, se hace y se seguirá haciendo.

-¿Qué es lo que menos le gusta del trabajo en las Cortes?
-No me gusta la demagogia. Me considero una persona realista y positivista que rehúye de los discursos sin argumentos. En las Cortes hay muchas personas con una singular puesta en escena, pero sin fondo.

-Se incorporó en las pasadas elecciones a la lista del PP con Camps a la cabeza, ¿cuál es hasta la fecha su mayor aportación?
-Soy muy prudente y pienso que me queda mucho por hacer. En todo caso me considero una mediadora entre la gente y mi partido. Creo que los que acabamos de entrar aportamos frescura y profesionalidad.

-¿Qué le pareció el anuncio de Camps en la revista Telva diciendo que estaba preparado para volver a la Generalitat?
-Creo que él es una persona muy preparada, como evidencia su trayectoria profesional, y que las manifestaciones publicadas responden más a una interpretación de la revista. Él se siente capaz.

-Entonces ¿está preparado para volver a la Generalitat?
-No. Él se va por circunstancias obligadas que todos conocemos y sabe que ha dejado a un sucesor, Alberto Fabra, que es también su presidente. Que él se sienta capaz de hacer otras cosas, evidentemente, pero no para volver a la Generalitat. No obstante creo que fue la revista la que interpretó sus palabras.

-¿Con la nueva ley de transparencia de qué regalos se tendría que desprender?
-De ninguno, porque quitando alguna cesta de Navidad antes de la crisis no he recibido ningún regalo. Es más, era yo la que en esas fechas repartía las pastillas de turrón y vino que me regalaban, entre los vecinos, porque me decía: "Esto no me lo como".

-¿Cree que falta mucho en España para que una mujer ocupe la presidencia del Gobierno?
-Creo que no falta tanto como se puede pensar. Puede ocurrir en cualquier momento.

-Se especializó en Derecho Civil y Familiar, ¿habría que modificar más las leyes para incluir la amplia variedad tipológica de familias en España?
-¡Ja! Creo que la ley está bien como está. Está todo contemplado y regulado. No hay que modificar nada más. De todos modos y respecto a la modificación e introducción en el Código Civil sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, opino que ya al final del Gobierno del presidente Aznar se elaboró un borrador de documento que lo denominaba unión civil, donde se reconocía idénticos derechos y obligaciones que a los matrimonios de toda la vida. Respecto a la modificación propuesta por el actual ministro de Justicia me muestro totalmente favorable en su conjunto, especialmente en el apartado del derecho de abortar de las hijas menores de dieciséis años sin el consentimiento de sus progenitores; comparto la modificación de este supuesto legal porque pienso que es un derecho que también asiste a los padres de la menor y que un tema tan importante por lo menos deben conocerlo.

-¿Una mujer de derechas qué tal se lleva con sus compañeros de izquierdas?
-En mi caso muy bien. Es más me llevo mejor con gente de izquierdas como Los Verdes, Esquerra Unida... que con los del PSOE. Negocio mejor con esos partidos que con los socialistas.

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