30/03/2012 El pianista aragonés Miguel Baselga (Luxemburgo, 1966) acaba de publicar en BIS el séptimo volumen de su elogiada integral Albéniz (BIS 1953), que se espera culmine dentro de dos futuras entregas.

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Entrevistamos al pianista aragonés Miguel Baselga (Luxemburgo, 1966), que acaba de publicar en el sello sueco BIS el séptimo volumen de su elogiada integral Albéniz (bis 1953), que se espera culmine dentro de dos futuras entregas. También para el sello sueco ha grabado la música completa de Falla en un álbum de referencia (BIS 773) y el disco Vals Café (1CM 0144) para Columna Música, en el que nos propone un muy personal recorrido por el piano romántico e impresionista.

PREGUNTA: Hace unos años usted se declaraba “iconoclasta, ateo y volteriano”, algo que sorprende cuando la mayoría de artistas actuales son “gregarios, politeístas y mercenarios”. Estando como está la cosa, me barrunto que al menos lo de “iconoclasta y volteriano” le habrá supuesto algún que otro impedimento…

MIGUEL BASELGA: … Y me quedé corto. Hubiera tenido que añadir “librepensador y cartesiano”. Sigo pensando que hay que leer más a Montesquieu y menos a Sabino Arana. Y como Vd. bien dice, con la que está cayendo, muchos conceptos que han regido este país deberían ser replanteados. La verdad es que no sé a ciencia cierta si mis ideas me han supuesto algún impedimento pero sin duda no caeré simpático a algunas personas.

P: Su odisea albeniciana en BIS ya va por el séptimo capítulo (BIS 1953), y con la de años y obras que han caído desde que en 1998 iniciase este “matrimonio de conveniencia” con Albéniz, usted y el de Camprodón son ya uña y carne, aunque me imagino que habrán tenido sus desencuentros... ¿Qué le dice ahora el compositor que no le dijera al principio?

MB: Que sus obras “menores” no son tan menores como yo me imaginaba y que hay que tomárselas como lo que son. Y que el intérprete nunca debe intentar sacar lo que no es de donde no hay. Llamémoslo “modestia”, por ponerle un nombre.

P: Discos como Vals Café, que grabó para Columna sobre músicas de Schubert, Ravel, Liadov o Debussy (1CM 0144), le han servido para “desconectar” de Albéniz, pero aún le quedan dos volúmenes para dar carpetazo a la integral… Finalmente parece que usted acabará con Albéniz, y no al contrario…

MB: No cantemos victoria… Me está costando, no se lo oculto. Tengo que sacar mi tozudez baturra para llegar hasta el final. Lo importante es hacerlo lo mejor posible sin preocuparse del tiempo. Al fin y al cabo, solamente compito conmigo mismo y no me espera ninguna recompensa en la meta.

P: También su integral de Falla en el sello sueco (BIS 773) –para la cual usted se tomó no pocas molestias cotejando y corrigiendo la edición vigente con los manuscritos originales– recibió el aplauso unánime de la crítica. ¿Tiene en mente a un Mompou o un Granados para su próxima integral o se pasará finalmente al piano de Corigliano o Barber, como ya anunció en el pasado?

MB: Integral ya, ni el pan. Me interesa mucho más lo otro que menciona pero no depende de mí. Ojalá pudiera permitirme el capricho de grabar lo que me apetece sin preocuparme por las consecuencias. No juego en esa liga. Pero si me toca la lotería empezaré por el Concierto para piano de John Corigliano, eso sin duda.

P: Ricardo Llorca es uno de los compositores actuales con los que ha trabajado más estrechamente y que más admira. Para RTVE Música grabó como solista invitado su concierto El tiempo malherido para piano y orquesta, una música tan inteligente como expresiva, pero nunca antipática. ¿Comulga usted con esta filosofía estética del término medio?

MB: Si conjugamos el verbo “comulgar”, vamos mal. En casa no tengo altares. Pero si su pregunta tiene que ver sobre mi intención de comprarme una residencia secundaria en Darmstadt con helipuerto en el jardín, vamos peor aún… Volviendo al principio, con la que está cayendo (y la que lleva cayendo en los últimos cincuenta años) creo que aquí también habría que replantearse muchas cosas. Y si apaga la grabadora le cuento más.

P: Recientemente ha firmado varios conciertos en Huesca y Teruel sobre algunos de los autores más queridos de su repertorio y hará cosa de unos meses defendió una integral de las Sonatas de Mozart en la Fundación Juan March… ¿A qué compositores le gustaría pasear en el futuro por los pianos del mundo?

MB: Pues los que me dejen. Así de sencillo. Yo juego en segunda regional B, no lo olvide. ¡Cuando suba a Champions le contesto!