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VALENCIA. Un error, normal viniendo de un joven que se encuentra ante la posibilidad de ganar la primera carrera de Fórmula 1 de su vida y que transita por el asfalto a 350 kilómetros por hora, privó en Malasia a Sergio Pérez de superar a Fernando Alonso. Pero puso la figura del mexicano definitivamente en el mapa de las realidades del Gran Circo. E intensificó los rumores que le colocan en Ferrari en 2013, si no antes.

Muchos aficionados lo descubrieron ya por su descaro la pasada temporada. Otros, los que suelen seguir además las trayectorias de futuras promesas, supieron de él en las GP2 de 2010. Allí estaba arriba, pero no ganó. Unas veces por el coche, otras por su exceso de ímpetu. Pero aun así llegó a la F1.

Como redactamos para un periódico económico, explicaremos que a Pérez se le consideró un piloto pagador'. Esto es, aquellos talentos que disponen de dinero para poder pagar su asiento en la competición, por delante de otros con la misma capacidad pero sin un patrocinio detrás. En su caso, el hombre más rico del Mundo (Carlos Slim, propietario de Telmex) tutela económicamente su carrera.

Y apuesta por él a ciegas para tratar de ver por primera vez a un mexicano en lo más alto del sarao dirigido por Bernie Ecclestone. Por eso aporta 10 millones al año a Sauber. Más o menos lo mismo que paga Petrov. Y dos menos de lo que aporta Maldonado, por ejemplo.

Pero Checo es diferente por tres motivos. Y uno de ellos tiene que ver con Valencia. Y con dos nombres propios: Phillipe Gauteron y Rafa Olcina. Los otros dos motivos son su talento y su capacidad de trabajo y mejora. En ocasiones difíciles de encontrar en alguien que llega con tan poco bagaje de edad.

Gauteron, francés de nacimiento, es un cazatalentos que a través de su empresa Virage Academy recorre Europa y parte del resto planeta en busca de talentos. Y, una vez encontrados, los afinca en Valencia bajo los colres del Addax Team, propiedad de Alejandro Agag. Aquí disponen de tres aspectos únicos: un equipo ganador en GP2, un clima de sol 300 días al año e instalaciones de altísimo nivel a su disposición.

Él descubrió a Vitaly Petrov, convenció a Adrián Campos para que lo incluyera en su primer proyecto de GP2 y lo acabó llevando a la Formula 1. Y actualmente, por ejemplo, ha traído a la capital del Turua a Johnny Ceccoto, hijo del mítico piloto que pilotó tanto en los mundiales de dos como de cuatro ruedas.

Ambos mejoraron sus prestaciones y su condición física durante ese año y dieron el salto definitivo en sus carreras. Algo que sigue teniendo continuidad a día de hoy con pilotos de GP2, GP3, World Series, AutoGP o Formula 3.Olcina, por su parte, a través del Centro Valenciano de Entrenamiento para Pilotos se ha convertido en el complemento perfecto. Desde hace diez años trabaja con motoristas y automovilistas de élite merced a un programa desarrollado a través de su experiencia, denominado Motor Training System. Por sus manos han pasado Héctor Faubel, Nico Terol, Adrián Campos Jr. O Carmen Jordà. Y en 2010 trabajó con Pérez y Petrov.

Dijo el director del Circuit Ricardo Tormo la semana pasada que ya no va a poderse subvencionar a los pilotos valencianos por la actual situación económica. Pero, al menos en el sector privado, Valencia continúa siendo la referencia internacional del mundo del motor.