MADRID (EP). La banca podría registrar 'números rojos' en España en el ejercicio 2012, según un informe de Fitch que exime de este pronóstico a las grandes entidades financieras con negocio internacional e incide en las dificultades que afrontarán aquellas centradas en el territorio nacional.
"Las grandes entidades registrarán un descenso de los beneficios, mientras que la presión es mayor en las de menor tamaño y centradas en el negocio doméstico, que podrían registrar pérdidas en 2012 a no ser que obtengan ganancias de capital", dice el informe.
Fitch incide en que las exigencias de saneamiento para cubrir la exposición al sector inmobiliario contenidas en la reforma financiera aprobada por el Gobierno ejercen "una significativa presión en los beneficios de las entidades" y sus estrategias de gestión de capital en un periodo de recesión en España.
En este sentido, especifica que hay una serie de entidades, sobre todo las de mayor tamaño, incluyendo "los dos grandes bancos internacionales" -en clara alusión a Santander y BBVA- que serán capaces de dar cumplimiento a las exigencias tanto de provisiones como de capital.
La norma incita, por otro lado, a emprender procesos de integración a las entidades que se vean incapaces de dar cumplimiento a los requerimientos en el plazo de un año, especialmente a aquellas que cuentan con respaldo público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del Banco de España.
ASISTENCIA FINANCIERA DEL FROB
"Está claro que algunas entidades tienen dificultades en alcanzar los nuevos requerimientos y se verán forzadas a fusionarse, lo que les dará un periodo de dos años para construir las provisiones necesarias y buscar, previsiblemente, asistencia financiera del FROB a través de los bonos contingentes convertibles", recalca.
La banca española dispone hasta el próximo 31 de marzo para remitir al Banco de España sus planes de cumplimiento de saneamiento del 'ladrillo' en balance a través de provisiones y de capital, y cuentan de plazo hasta el próximo 31 de mayo para remitir los planes de fusión.
La dureza de las exigencias y del calendario de implementación "son un gran estímulo para una mayor consolidación en el sistema financiero" de acuerdo al objetivo del Gobierno de reducir el exceso de capacidad instalada en España, sostiene Fitch.
Para las autoridades españolas la hoja de ruta ideal de este proceso es la integración de entidades más débiles en otras más fuertes en aras de minimizar el impacto sobre el contribuyente, subraya la agencia de calificación crediticia.
Por otro lado, Fitch considera que las escasas perspectivas de crecimiento de España, junto a su elevada tasa de paro, harán necesario engordar aún más provisiones, no solo para la cartera inmobiliaria, sino también de la de préstamos a pymes e hipotecas, "que también se deteriorarán".
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